Mortadelo y Filemón contra Jimmy el cachondo. Un sueño hecho realidad.

Decía Rafael Azcona, que pasa por ser el mejor guionista español de todos los tiempos, que en una película epañola puede pasar cualquier cosa, siempre y cuando los españoles hablen como españoles y se comporten como españoles. Y yo siempre he estado de acuerdo con eso en un hundred por ciento, o even more. Y la muestra está en obras tan incontestables como "La isla mínima" o todas las maravillas que hicieron Berlanga o Fernan Gómez en su vida.

Yo no digo que por culpa de querer hacer las cosas a la americana, sea que en España, hasta la fecha, no se hubiera visto una película de animación realmente buena, (Lo siento, pero la tontería esa de Tadeo Jones, no pasaba de estar dignamente hecha), pero la realidad es que, hasta que no han llegado unos personajes castizos y autóctonos a mas no poder, dibujados y tratados con el cariño que un icono se merece, no hemos visto la primera gran cinta de animación española, que ojalá sirva para mostrar el camino a otras muchas.

Mortadelo y Filemon, contra Jimmy el cachondo, es la adaptación mas perfecta que se podía hacer del tebeo de Ibañez, conservando la quintaesencia de los personajes, y de su característico humor, sin renunciar, en ningún momento, al sello de identidad del autor de "El milagro de Ptinto", que, al contrario que ocurriera en su primera aventura de imagen real, se adapta a los personajes y no al revés, logrando un matrimonio perfecto. El resultado es una montaña rusa de humor totalmente hispánico y muy, pero que muy físico, que se beneficia lo indecible del genial trabajo de todos y cada uno de los dobladores, con un espectacular (Vaya añito el suyo) Karra Elejalde, un inesperado e insuperable Mortadelo, a la cabeza. Al éxito final, contribuye una animación imaginativa y colorista, riquísima en el detalle, que se aleja de cualquier modelo visto antes en cine, para acercarse a donde se tiene que acercar. Al tebeo.

Cierto que la historia es algo floja, (el villano no está a la altura de la función), y que no todas las ideas funcionan igual de bien, como el excesivamente largo prólogo, alguna cancioncilla, o la visita a la casa de gran hermano, pero el resultado general es tan bueno, que uno no puede evitar pasarlo por alto y sentarse a disfrutar de tan magnífico espectáculo.

Un sueño hecho realidad.