"The interview" La chorrada que ¿casi? provoca una guerra

Es bastante probable, por no decir seguro, que mas tarde o mas temprano, este que os habla, se hubiera sentado a ver esta peli, que al fin y al cabo está protagonizada por dos tipos a los que siempre estoy dispuesto a ver, James Franco y Seth Rogen, por no mencionar a la sensacional Lizzy Caplan, a la que espero que empecemos a ver, mucho, en cine. Pero si os tengo que decir la verdad, tampoco es que me muriera por verla. Algo ya me decía, viendo el trailer, que no estaba ante la nueva "Teléfono rojo". Claro que todo el rollo ese de la mala reacción norcoreana, el hackeo a Sony, y la amenaza nuclear, generada por la desmesurada ofensa del parodiado lider asiático, me ha empujado, como ser humano y curioso que soy, a hacer por verla lo antes posible. Así que supongo que tengo lo que me merezco.
"The interview" es una de las películas de holgado presupuesto, mas malas de todo el 2014. Y eso es decir mucho... Partiendo de una premisa, que podría parecer interesante, pero que no es ni original, ni ingeniosa, (Un presentador y productor de un programa tipo "sálvame", que consiguen, sin que el guión lo justifique demasiado, una entrevista con el líder de Corea Del Norte, retratado en el film como una terrible amenaza con una burda escena inicial en la que una niña canta una canción incitando a hacer todo tipo de barbaridades al diablo americano, reciben el encargo de la CIA de aprovechar dicha entrevista para asesinar al tirano, al estilo Walter White, ricino incluido), el film se dedica a desarrollar una serie de gags metidos con calzador, ya que la trama carece de giros, o subtramas con las que enriquecer la historia, aparte del "asesinad al malo", durante la hora y media larga que dura, y que van desde la ridiculización constante del lider norcoreano, (que escucha a Katy Perry en su tanque), hasta la búsqueda de una excusa cualquiera para que Rogen se meta en el culo una cápsula de inaceptables proporciones. Una tontería detrás de otra, que no creo que hagan reir ni a los propios americanos.  

Mención aparte merece la lamentable interpretación del, habitualmente sobresaliente, James Franco, totalmente sobreactuado, con un personaje al que dan ganas de matar casi a los cinco minutos de película, así como al guionista Dan Sterling, que viene de dar picotazos en la televisión, y que debió pensar que estaba en uno de esos shows en directo para los que alguna vez ha escrito, y en los que basta con sacar a un famoso riéndose de sí mismo, para conseguir la aprobación del público. (No estoy seguro de que Eminem o Rob Lowe, sigan pensando que fue una buena idea involucrarse en esta basura...)

Una chorrada, en definitiva, sin gracia, y que si termina provocando una catástrofe, demostrará que la estupidez que South Park parodiaba, a través de los personajes de Terrance & Philippe, en su versión cinematográfica, puede, en este penoso mundo en el que vivimos, llegar a ser, aterradoramente real.

Mirando la hora se la pasa tambien el espectador, sin duda.