No hay nada que me decepcione más que esperar mucho de una
película y que luego me deje frío. Y no digo ya que no me guste o que resulte
mala. Cuando digo dejar frío me refiero a que me dé exactamente igual haberla
visto que no. Y eso es lo que me ha pasado con este “Imitation game” que aquí
en España alguien ha rebautizado como “Descifrando a enigma”. Y eso que tenía
mejor pinta que los cupcakes de “mordiscos dulces”, en Antequera, que por cierto os recomiendo.
La historia que cuenta esta película no es completamente desconocida.
Un matemático llamado Alan Turyn, que durante la segunda guerra mundial,
consiguió descifrar los códigos nazis, ayudando claramente a ganar la guerra.
Alguien digno de los mayores homenajes, que sin embargo, tuvo que sufrir el
rechazo y la persecución por su homosexualidad. Ya digo que no es totalmente
desconocida, y que, obviando ciertos aspectos de su vida, se había contado
antes en otras películas. Aun así, un gran material para hacer una gran
película. Solo que en mi opinión, no se ha hecho.
Todo en The imitation game es correcto. La forma de contar
la historia, el retrato de los personajes, sobre todo el del protagonista, el
uso de la música, la fotografía, la recreación de la época, y, por descontado,
las interpretaciones de todo el elenco, lo que no es ninguna sorpresa si
echamos un vistazo a los nombres que lo componen, y que incluyen intérpretes de
la solvencia de Keira Knightley, Matthew Goode, y el grandísimo Benedict
Cumberbutch en el papel de Turyn. Un actorazo con una carrera comprensiblemente
lanzada. Pero claro, el problema del
notable, es que no es sobresaliente. La historia nunca llega a atraparte lo
suficiente como para tenerte en vilo, ni el protagonista consigue cautivarte,
por más que su personalidad antisocial, más cercana a un Seldon Cooper
dramático que a otra cosa, o su lucha interna contra su identidad propia,
deberían haber dado mejores resultados. Y eso, unido a que el resto de
personajes casi figura de comparsa, cumpliendo estrictamente su función en la
historia, pero sin enriquecerla, hacen que al final uno se queda con esa
sensación de, ¿y?
Venga ya, si estais viendo videos de youtube, a quien quereis engañar...
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