He aquí algunas de ellas.
1 - Salir de los parkings por la rampa de los vehículos.
Este es un clásico. Todos los parkings tienen una salida peatonal pero, ¿quién no ha salido alguna vez por la rampa de acceso o salida del tráfico rodado para evitar tener que dar un rodeo de medio metro...? Lo mejor es cuando nos encontramos un coche de frente y en lugar de apartarnos lo miramos con cara de "a ver si me vas a pillar". Y hay incluso quien hasta sale con carrito de bebé y todo.
2 - Cruzar la calle.
Lo de cruzar la calle es una de las especialidades del ser humano a la hora de putear a los demás. Normalmente la cruzamos por donde nos sale del nardo, aunque haya un paso de cebra a dos metros. Por eso es tan curioso que cuando vamos en coche y nos paramos ante un paso de peatones, veamos siempre a alguien corriendo como alma que lleva el diablo para llegar a tiempo y cruzar antes de que tú puedas reanudar la marcha. Aunque detrás tuya no venga absolutamente nadie.
3- Una preguntita.
A nadie le gusta hacer cola. Y tener que hacerla solo para hacer una pregunta es una putada, por eso, cuando alguien llega y dice aquello de "solo voy a hacer una preguntita", normalmente lo dejamos pasar. Sobre todo porque la mayoría no te está pidiendo permiso, simplemente te está informando de que se va a colar sí o sí. Lo malo es que no siempre te informan de que es una pregunta compuesta de seis partes con tres anexos. Cuando tras hacer la pregunta ves que hasta se sientan, ya te echas a temblar...
4 - Con la prisa que tengo.
Otra de esas monerías que se suelen dar en las colas. Sobre todo en la del super, es la típica, (casi siempre es una señora), que suelta aquello de "es que yo tengo mucha prisa", como si eso fuera motivo suficiente para que la dejen pasar todos los demas que sí pueden perder su tiempo haciendo cola. A veces añaden el socorrido "tengo que echar la comida todavía..." Un clásico. Eso sí, hasta la fecha nunca he visto que funcione.
"Y mi Antonio que entra a las tres..."
5 - Dar por culo en el cine.
Este es uno de los deportes favoritos de los bajunos. Ni les gusta el cine ni leches pero, como a veces se ven obligados a meterse por mor de su/sus acompañante/s, aprovechan para compartir con el mundo su imbecilidad supina a base de comentarios absurdos en voz alta, chistes de mierda y todo tipo de comportamientos groseros y/o molestos. Un clásico es hablarle a los actores.
6 - ¿Quién me lo cuenta? ¿Tú o tú?
este es uno de mis favoritos. Alguien empieza a contarte una anécdota y, de repente, otra persona, ya sea su conyugue, amigo, compañero, etc..., empieza a interrumpirle para contarte lo mismo que él ya te está contando. El primero, que no renuncia a ser quien cuente la anécdota intenta retomar la narración por lo que comienza una lucha de interrumpciones entre uno y otro llegando a hablarte los dos al mismo tiempo en mas de una ocasión sin que tú sepas a cual mirar...
De uno en uno por favor.
7 - El que te sube y baja la cremallerita mientras te habla.
Otro clásico. La gente que mientras habla contigo te quita pelusillas de la ropa o se entretiene jugueteando con la cremallera de la chaqueta que llevas puesta. Es la misma que mientras habla por teléfono se dedica a arrancar con las uñas cualquier pegatina que ven en una farola o señal de tráfico.
8 - Pararse en seco en mitad de la calle.
Que a la gente le importan los demás un carajo es algo que a estas alturas ya sabemos todos. Una clara muestra es como, cuando van por la calle, no tienen el más mínimo problema en pararse en seco a ver un escaparate o a charlar con alguien sin pensar en que te puedan estar bloqueando. Mi favorito es el que se vuelve a mirarte porque estás hablando por el móvil o algo por el estilo, te bloquea el paso y cuando intentas esquivarlo reanuda la marcha. Suelen ser octogenarios, en honor a la verdad.
Tambien se puede hacer en coche ya que la gente no se corta en pararse a charlar con uno desde el coche bloqueando todo el tráfico rodado si es necesario.
Así de rápido tenía que ir el ancianismo por la calle.
9 - El coche que cambia de opinión.
Una de las cosas que mas putean al volante es encontrarte con un tío que va buscando una dirección y avanza a paso de tortuga. Naturalmente si intentas adelantarlo, él aumentará la velocidad. El colmo es cuando parece que van a torcer a la derecha y a última hora, cuando tú ya estás confiado en que se va y empiezas a rebasarlo, cambia de opinión y regresa al carril. Pa matarlo.
10 - cartero comercial
Vivir en el último piso tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Uno de los que uno no sospecha es que cuando tu piso es el primero que se encuentran empezando por arriba en los porteros automáticos, todo el que no venga a un piso concreto va a llamar al tuyo. Por ejemplo el cartero comercial. Por lo que a poco que te descuides te pasas el día levantándote a escuchar eso de "Cartero comercial, ¿me puede abrir, por favor?" Y siempre en lo mejor de la siesta o cuando van a descubrir al asesino...
Una monería...
Imposible rebatir los puntos,
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