Tipos legales. Christopher Walken y dos mas...

Ayer tuve ocasión de recuperar esta película que, a pesar de lo mucho que admiro a Al Pacino, o quizás precisamente por eso, dejé pasar de largo en su momento. Esto de que el cine repesque títulos varios meses despues de su estreno a mitad de precio está muy, pero que muy bien, la verdad.

El problema a la hora de decidirse o no a ver esta supuesta comedia, a priori, es que a uno, que empezó en esto de la cinefilia viendo a Michael Corleone ventilar los problemas de la familia sin despeinarse hace ya unos cuantos años, (por la tele, cuidao, que no soy tan viejo), le duele ver a todo un Pacino haciendo el chufla en productos de mierda por no ser capaz, entre otras cosas, de aceptar que, a cierta edad, los únicos papeles buenos son secundarios... Este es un ejemplo. Pero menos.

Tipos legales es dos películas en una. La que parece y la que realmente debería ser.

La que parece, es una comedieta de gangsters septuagenarios llenos de achaques y reproches hacia los cambios de un mundo que ya no es el suyo, llena de chistes de viagra y situaciones supuestamente graciosas que, en realidad, (y sobre todo por la categoría de los actores implicados), rozan el patetismo.

La otra es la gran película que esta gente estuvo a punto de hacer si tan solo se hubieran dado cuenta de que podían hacerla. Un retrato triste y desencantado sobre las miserias de un oficio, el de gangster, cuyos días de gloria suelen acarrear un alto y decepcionante precio, reflejado en la dolorosa historia de dos viejos amigos a los que su modo de vida terminó pasándoles por encima y que ahora se enfrentan a la última y terrible consecuencia del mismo. Un Al Pacino que ni siquiera necesita interpretar ya que su sola presencia es el personaje y un espectacular Christopher Walken que es la verdadera joya del film merced a una interpretación contenida llena de miradas y silencios que transmiten tanta verdad, tanto dolor que uno casi se olvida de lo estúpido que es casi todo lo demás en esta película. Y ahí es donde estos tipos legales, (el título original, aunque difícil de traducir, Stand up guys, los define mucho mejor. Algo así como los tipos que permanecen de pié a tu lado cuando empiezan las tortas), brillan de verdad, apuntando a lo que, insisto, podría haber sido una gran película. Pero apuntando solo...

Aún así, Walken, Pacino y un par de narices echadas cuando hay que echarlas, se bastan y se sobran para hacernos pasar un rato, cuanto menos, agradable. Y dejarnos, contra todo pronóstico, un regustillo de respeto.

Tambien sale el siempre magnífico Alan Arkin pero eso, la verdad, importa poco.

        Pocas bromas con estos abueletes.