Pacific Rim. Más honesta imposible.

He aquí un ejemplo de película que da exactamente lo que promete. Monstruos contra robots. Ni más, ni menos. Y es bastante lógico porque había pocas formas de afrontar un proyecto como este en el que la raza humana se ve amenazada por una legión de gigantescos y feroces monstruos que, a través de una brecha en el pacífico (de ahí el título), se van colando de forma periódica en nuestro mundo con intenciones poco amistosas, a los que solo, (o eso dicen ellos), se les puede combatir a bordo de unos robots gigantes que los frenan a porrazo limpio, y algún que otro misilazo. Un desmadre de historia parida por la mente de Travis Beachman (Furia de titanes), que sirve de excusa a Guillermo del Toro para jugar con mazinguers y godzillas.

Así que es comprensible que alguien con talento y auto consciente de la magnitud de su capricho personal, como él, haya optado por no complicarse la vida e ir a lo fácil en lo que respecta a los personajes y a darlo todo en las aparatosas, aunque no demasiado deslumbrantes, escenas de combate. De esta forma tenemos al héroe con pasado, la chica, tambien heroina, y tambien con pasado, el lider carismático, tambien heróico y tambien con pasado, el rival engreído, este sin pasado, y los científicos majaretas. Eso y un puñado de diálogos tontunos capaces de cargarse hasta el trabajo de todo un Idris Elba. Y para de contar.

Pero poco importa esto ya que, a pesar de los pesares, la película funciona bien, gracias a la pericia del director, algún acierto aislado en la historia, como el personaje de la chica o la elección del cómico verborréico, Charlie Day, que borda, contra todo pronóstico, su papel de científico que salva el día, y la siempre vistosa imagineria habitual del mejicano.

Eso sí, cuando uno ve la brevísima intervención de Ron Perlman como traficante de artículos exóticos, se acuerda de lo atractivo y rico que puede llegar a ser el universo Del Toro yno puede evitar sentir cierta frustración...

Esto en España no pasa porque ponen una pareja de la guardia civil en la brecha esa y no se cuela ni un monstruo de esos.