El otro día fui a ver Terminator
vuelve. Igual no se llama así, pero yo es que soy mu malo pa
los títulos y si no me acuerdo me los invento. Pero es la última,
última. Que sale Swursenase, o suarsenene, o sursundegui,
o susurrusu... Bueno, sale el que hacía de conan, pero de viejo. Con
los pelos así como la vieja del Ecce Homo, y un tic en el brazo, que
cuando le da, le mete una torta al que tenga al lao, y le están
silbando los oídos hasta el puente la Inmaculada.
También sale la madre de los dragones
de la serie esa del enano de los tronos, solamente que se ha puesto
una peluca pa que no se vea que es ella. Pero yo me di cuenta na mas
que salir, porque uno que había delante mía dijo, “La calesi”.
Y dije yo “Se dice Calesa. Y eso no es una calesa, es una
forgoneta. Las calesas llevan caballos y van de la avenida a la feria
y de la feria a la avenida” y entonces él me dijo lo del enano de
los tronos y que si calesi era un tratamiento para la reina de la
casa tagarnina, y que era viuda de la droga y no sé qué mierda mas.
Y yo me quedé mirándolo y le dije “Ya lo sé, chalao. Pero lo de
la feria es mas divertido”. Y le cogí un puñao de palomitas así
como pa dejarlo muerto. Porque los niñatos estos, como los dejes que
te coman terreno, se hacen con el mundo y no se va a poder salir a la
calle. Y bien que hice, porque se fueron a la otra punta del cine, en
señal de respeto.
El caso es que yo salí del cine
acojonao. Porque lo dice la película, te digo yo a ti, que termina
pasando un día de estos. Y es que resulta que a fuerza de ir
mejorando el windows, y haciendo los juegos de furgo cada vez mas
realistas, y de meterle aifons a los teléfonos, las máquinas
terminan siendo mas listas que las personas, (Que algunas ya lo son
hace tiempo), y pegan un golpe de estao que se caga la perra. Y
cuando te vienes a dar cuenta se han hecho con el mando y ya no hay
forma de quitárselo na mas que a ostias. Y como eso termine pasando
en el mundo, que va a pasar, yo lleno una mochila y me echo a la
sierra de las nieves y que le den por culo a la civilización.
Conque soliviantao salí del cine y na
mas que fijándome en to las máquinas que me cruzaba por si veía
alguna ponerme mala cara. Y na mas doblar la esquina me veo a uno
dando dedazos a un teléfono. Y me acerco y le digo, “Sí, tú dale
con el deito, que cuando se rebele, vas a ser el primero que se lleve
por delante” y el tío me mira como si acabara de decirle una
chalaura. Lo malamente que está la gente, ompare.
Pero es que yo tenía el miedo metío
en el cuerpo y ya no se me quitaba tan fácil. Y si no fuera por lo
lejos que están los cines de mi casa, te digo yo que salgo corriendo
y encierro la tostadora en el armario el pasillo. Pero tenía que
coger el autobús, conque me puse en la parada y recé porque llegara
pronto, y no estuviera rebelao. Y se me pone al lao una de las niñas
de Zapatero, comiéndose una palmera de chocolate, como la tapaera un
retrete de grande, y con unos cables metíos en los oídos y el pelo
cayéndole por los ojos. Y de repente empieza a decir, “no hay
salida, no hay salida, no hay futuro, no hay mas vida. No hay salida, no
hay salida” Así, muy rápido, y juraría que hasta con ritmo. Y
Yo, “Qué dices niña” y ella “El final se acerca ya, no
intentes correr, no intentes luchar, el final, el final, el final se
acerca ya” Y entonces la agarro por los brazos y me pongo a
zarandearla y le grito “Qué diceeeeeees niña del
futuroooooo?????” y entonces ella levanta la mano y señala un
mando como de garaje al que le habían crecío unos cables,
seguramente, por tema de evolución maquinística, y era lo que se le
había metío por las orejas y la tenía dominaita.
“Ay, mi madre. Que ya están aquí.
Que tienen a la gente dominá pa lanzar al mundo su mensaje
apocalíptico!!!!” y entonces le metí dos tortas a la niña. Un
bocao a la palmera, y salí de allí pegándome las patás en el
culo.
No llevaba yo ni diez minutos
corriendo por el arcén de la autovía, al grito de “Nos has
condenado, Bill Gates” mientras agitaba los brazos y daba saltitos
de forma discreta, cuando me para un patrol de la guardia civil.
“¿Está usted bien, caballero?” y ahí me pregunto yo qué
concepto tienen algunas personas de lo que es tener aspecto de estar
bien, porque un tío gritando por la autovía y agitando los brazos,
no parece que haya salido a estirar las piernas. Conque les digo,
“Las máquinas se han despertao y tienen a la gente dominaita” y
entonces me veo que uno de ellos se aparta y trinca un radiocomando y
empieza a susurrarle cosas. Y entonces me di cuenta de que los
guardias estaban en el ajo y yo condenao.
“Tranquilo, caballero. Le llevaremos
donde puedan ayudarle” me dice el otro guardia, y le digo yo, “a
mí no me engañáis. Vosotros estáis hechos de mercurio cromo y
tomais la forma que sus da la gana” y pa demostrarlo le metí un
tirón del bigote pa deformarlo. Aunque en honor a la verdad, lo que
hice fue quedarme con un puñao de pelos en la mano.
Y ya no me acuerdo de mas na, porque lo
siguiente que sentí fue un impacto salvaje en el rostro y me
desperté en el punta europa, rodeao de máquinas. Pero, mira, que
dominen el mundo si quieren, Que yo ya no tenía mas ganas de seguir
luchando. Ni tengo.
El enano será el otro, pero la calesi esta no te creas tú que es mu grande, no.