Thursday, August 27, 2015

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 40 "Máquinas"

El otro día fui a ver Terminator vuelve. Igual no se llama así, pero yo es que soy mu malo pa los títulos y si no me acuerdo me los invento. Pero es la última, última. Que sale Swursenase, o suarsenene, o sursundegui, o susurrusu... Bueno, sale el que hacía de conan, pero de viejo. Con los pelos así como la vieja del Ecce Homo, y un tic en el brazo, que cuando le da, le mete una torta al que tenga al lao, y le están silbando los oídos hasta el puente la Inmaculada.

También sale la madre de los dragones de la serie esa del enano de los tronos, solamente que se ha puesto una peluca pa que no se vea que es ella. Pero yo me di cuenta na mas que salir, porque uno que había delante mía dijo, “La calesi”. Y dije yo “Se dice Calesa. Y eso no es una calesa, es una forgoneta. Las calesas llevan caballos y van de la avenida a la feria y de la feria a la avenida” y entonces él me dijo lo del enano de los tronos y que si calesi era un tratamiento para la reina de la casa tagarnina, y que era viuda de la droga y no sé qué mierda mas. Y yo me quedé mirándolo y le dije “Ya lo sé, chalao. Pero lo de la feria es mas divertido”. Y le cogí un puñao de palomitas así como pa dejarlo muerto. Porque los niñatos estos, como los dejes que te coman terreno, se hacen con el mundo y no se va a poder salir a la calle. Y bien que hice, porque se fueron a la otra punta del cine, en señal de respeto.

El caso es que yo salí del cine acojonao. Porque lo dice la película, te digo yo a ti, que termina pasando un día de estos. Y es que resulta que a fuerza de ir mejorando el windows, y haciendo los juegos de furgo cada vez mas realistas, y de meterle aifons a los teléfonos, las máquinas terminan siendo mas listas que las personas, (Que algunas ya lo son hace tiempo), y pegan un golpe de estao que se caga la perra. Y cuando te vienes a dar cuenta se han hecho con el mando y ya no hay forma de quitárselo na mas que a ostias. Y como eso termine pasando en el mundo, que va a pasar, yo lleno una mochila y me echo a la sierra de las nieves y que le den por culo a la civilización.

Conque soliviantao salí del cine y na mas que fijándome en to las máquinas que me cruzaba por si veía alguna ponerme mala cara. Y na mas doblar la esquina me veo a uno dando dedazos a un teléfono. Y me acerco y le digo, “Sí, tú dale con el deito, que cuando se rebele, vas a ser el primero que se lleve por delante” y el tío me mira como si acabara de decirle una chalaura. Lo malamente que está la gente, ompare.

Pero es que yo tenía el miedo metío en el cuerpo y ya no se me quitaba tan fácil. Y si no fuera por lo lejos que están los cines de mi casa, te digo yo que salgo corriendo y encierro la tostadora en el armario el pasillo. Pero tenía que coger el autobús, conque me puse en la parada y recé porque llegara pronto, y no estuviera rebelao. Y se me pone al lao una de las niñas de Zapatero, comiéndose una palmera de chocolate, como la tapaera un retrete de grande, y con unos cables metíos en los oídos y el pelo cayéndole por los ojos. Y de repente empieza a decir, “no hay salida, no hay salida, no hay futuro, no hay mas vida. No hay salida, no hay salida” Así, muy rápido, y juraría que hasta con ritmo. Y Yo, “Qué dices niña” y ella “El final se acerca ya, no intentes correr, no intentes luchar, el final, el final, el final se acerca ya” Y entonces la agarro por los brazos y me pongo a zarandearla y le grito “Qué diceeeeeees niña del futuroooooo?????” y entonces ella levanta la mano y señala un mando como de garaje al que le habían crecío unos cables, seguramente, por tema de evolución maquinística, y era lo que se le había metío por las orejas y la tenía dominaita.

“Ay, mi madre. Que ya están aquí. Que tienen a la gente dominá pa lanzar al mundo su mensaje apocalíptico!!!!” y entonces le metí dos tortas a la niña. Un bocao a la palmera, y salí de allí pegándome las patás en el culo.

No llevaba yo ni diez minutos corriendo por el arcén de la autovía, al grito de “Nos has condenado, Bill Gates” mientras agitaba los brazos y daba saltitos de forma discreta, cuando me para un patrol de la guardia civil. “¿Está usted bien, caballero?” y ahí me pregunto yo qué concepto tienen algunas personas de lo que es tener aspecto de estar bien, porque un tío gritando por la autovía y agitando los brazos, no parece que haya salido a estirar las piernas. Conque les digo, “Las máquinas se han despertao y tienen a la gente dominaita” y entonces me veo que uno de ellos se aparta y trinca un radiocomando y empieza a susurrarle cosas. Y entonces me di cuenta de que los guardias estaban en el ajo y yo condenao.

“Tranquilo, caballero. Le llevaremos donde puedan ayudarle” me dice el otro guardia, y le digo yo, “a mí no me engañáis. Vosotros estáis hechos de mercurio cromo y tomais la forma que sus da la gana” y pa demostrarlo le metí un tirón del bigote pa deformarlo. Aunque en honor a la verdad, lo que hice fue quedarme con un puñao de pelos en la mano. 

Y ya no me acuerdo de mas na, porque lo siguiente que sentí fue un impacto salvaje en el rostro y me desperté en el punta europa, rodeao de máquinas. Pero, mira, que dominen el mundo si quieren, Que yo ya no tenía mas ganas de seguir luchando. Ni tengo. 


 El enano será el otro, pero la calesi esta no te creas tú que es mu grande, no.