Wednesday, March 25, 2015

Memorías de un hijo del levante. capítulo 36 "Votaciones"



El otro día fueron las elecciones. Una cosa mala. Porque yo no soy de votar. A mí eso de decidir quién va a mandar, no me gusta. Principalmente porque estoy loco y me cuesta distinguir entre la verdad y la mentira. Con lo que si viene un tío y dice “Voy a poneros un sueldo a todos, la universidad gratis y los gelocatiles a mitad de precio”. Pues yo no sé si lo está diciendo de verdad o es para que le votes y luego no hacerlo. Con lo que prefiero no votar y dejar que lo hagan los que sí son capaces de distinguirlo. Como mi vecino Amaro, que ese siempre sabe quién dice la verdad y quién no. El otro día lo decía. “No es sinvergüenza este. No sabe qué decir ya para engañar a la gente. Como sabe que el coleta viene apretando y va a acabar con la corrupción y la poca vergüenza” Y yo me quedo embobado escuchándolo, porque a mí me parece que los dos lo están diciendo de verdad. Por lo menos, con la misma convicción hablan. Por eso no voto nunca. 

Pero este año no me quedó más remedio porque alguien la cagó en el ayuntamiento, y me llamaron para que hiciera de la U en una mesa. Bueno, en realidad era de la A, pero luego me dieron a elegir, y preferí la U, porque me gusta más. Porque le pregunté a una de gafas y felpa que estaba allí y era la encargá de las votaciones, que qué era lo que yo tenía que hacer, y me dijo que yo iba de vocal. Y claro yo le dije que vale, pero que de qué vocal iba yo. Porque vocales hay cinco. La a, la e, la i, la o, que el menos avispado puede confundir con el número cero, y la u, que es mi favorita porque vale pa tó. Que algo te impresiona, dices uuuuu, que te asustas, dices uuuu, que quieres asustar, dices uuuu, que quieres abuchear a uno, dices uuuu. Vale p ató. Y entonces ella me dijo. “De primer vocal” Y yo dije,  “vaya tela” porque la primera es la A, y la A no me gusta, conque le dije “¿No puedo ser la U?” y ella me dijo, “Lo que usted quiera”, conque me salí con la mía. Luego, como vi que había unos mendas, con una cartulina colgando del pescuezo que decía, “Psoe”, o “Podemos”, o “Cs”, (que se ve que estos eran más vagos y no querían escribir mucho), me puse yo una que decía, “yo soy la U”, no fuera que me confundieran con gentuza electoral. 

Yo, la verdad es que tenía pensado no ir. Porque había escuchao que a mucha gente los llaman para una mesa electoral, y luego no van porque se hacen el loco. Y como yo no tengo que hacérmelo, porque lo estoy de verdad, pues más a mi favor. Pero dos días antes, estuve en casa de mi padre, y le escuché que dijo “Hay que estar loco para votar al psoe” y ahí fue cuando me di cuenta de que tenía que cumplir con mi labor ciudadana, porque si para votar hay que estar loco, con más vera hay que estarlo para sentarse todo el domingo en una mesa a ver como lo hacen los demás. Conque no me libraba de ir ni sanani. Y fui.
Otra cosa era decidir a quién votar. Porque ya que iba, hubiera estao guarro no votar. Se me hubieran quedao mirando como en plan, ¿no participas de la fiesta de la democracia, so sieso? Y yo no quiero que me pongan de sieso, por la cara. Conque tenía claro que había que votar.

Ahí es donde yo envidio a los que lo tienen claro. Como Amaro. O como mi padre. Aunque de este último no estoy muy seguro, porque yo creo que desvaría un poco y mezcla conceptos. Por ejemplo, él tiene claro que quiere votar al PP. Pero luego dice que es porque hay que echar a la roja como sea. Y yo me quedo confundido, porque a la roja ya la echó Holanda del mundial. Además, ¿qué tiene que ver el fútbol con la política? Y encima, ese odio extraño que ha surgido hacia la selección, no solo por parte de mi padre. Primero que si somos los mejores, que si hemos ganao el mundial, dos eurocopas, y que si casillas es un santo y hay que regalarle un balón hecho de oro. Que eso decía mi padre. Y ya me diréis vosotros, pa qué quiere un tio que está forrao, un balón hecho de oro. Que eso ni bota, por el peso, ni ná. Y no lo puedes vender, porque quedaría guarro. Dale mejor un premio, o una plaquita pa ponerla en el salón. Pero bueno. Lo increíble es que pasan dos años, y ahora somos los peores y casillas es más malo que mi primo Manolín, que en el único partido que jugó en su vida, le metieron el primer gol en el minuto dos, y el segundo en la repetición.

¿Por qué estaba yo hablando de casillas? Ah, sí. Porque según mi padre, hay que echar a la roja.
Bueno. El caso es que yo me presenté en la mesa sin saber a quién votar, por lo que me dije, Bueno, pues a quien quiera la mayoría, y cuando venía alguien a votar, le preguntaba, “¿Tú a quien has votao?” Pa hacer cuentas y votar al que más tuviera. Lógico, ¿no? Bueno, pues la gente se enfadaba. Y hasta vino uno de esos de los que llevaban la tarjeta colgá del pescuezo a llamarme la atención, que no le di un cabezazo, porque dios no quiso. Y me dice el que estaba sentao al lao mía. “Si no sabes a quién votar, haz lo que yo. Que voto emblanco” Y ahí se me encendió la luz. Porque yo no sabía que se podía votar por tu comida favorita. Creía que era solo a los partidos. Pero si ese tío votaba al emblanco, yo tenía claro que votaba al pisto manchego. Porque es lo que más me gusta en el mundo mundial. Que lo tomo y tengo un ratatuí. Que regreso a la infancia de la parte de cuando era chico, y mi madre me hacía el pisto y yo me lo comía con medio quilo de telera y un vaso de mosto greip. Conque me fui al bar manolo, en el descanso que daban pa comer, y le pedí un tupperware de pisto. Y me lo llevé al colegio. 

Lo bueno es que por la tarde, cuando volví de la comida, me dijeron los de la mesa que habían avisao del ayuntamiento que hacía falta que uno de la mesa se fuera a su casa para vigilar que no dieran el resultado en la tele antes de que se cerraran las votaciones. Y me había tocao a mí, hacerlo. Conque hasta las ocho menos diez, estuve viendo boing, por si decían algo, pero nada más que salieron, Jake el perro y Fynn el humano, y un gato azul, con la cabeza mu gorda, que me creo que se llama Don Ramón, el gato cómico. Aunque ni contaba chistes, ni tenía gracia ni ná. Conque muy cómico no era. Ni estoy seguro de que fuera gato. Y a las ocho menos diez, me planté en el colegio a dar novedades y a votar. Conque cuando llega mi turno, saco el tupperware, lleno el sobre  de pisto y lo meto en la urna. Y no veas la que se lió, pollito. Porque resulta que el pisto se salió del sobre, y manchó yo no sé cuántos sobres más, y algunos no se podían ni leer. Y vino uno mu grande, enchaquetao y dijo, “esta mesa hay que impugnarla porque se han estropeao los votos” y otro más jovencillo, y con pelos jipiosos, dijo “Claro, a ti te conviene, porque sabes que vais a perder las elecciones” y lo siguiente ya se lo dijeron a guantazos. Conque tuvo que intervenir la policía, y no os digo ná la que se formó.

Y el mismo tío que me dijo que iba a votar emblanco, me dice que por qué había hecho eso. Y le digo que porque no me gusta el emblanco y él me dice, “pos mañana tenemos que venir otra vez y repetir la votación en esta mesa, pero tú no vienes ni de coña” y yo, to indignao, le digo, “Porque tú lo digas. A ver qué vocal eres tú pa mandar tanto” y me dice “Yo no soy vocal, soy el presidente” y le digo, “Ah, pos enhorabuena, señor presidente, no sabía que ya se conocía el resultado. Pero mas grave me parece que uno de los candidatos estuviera manejando las urnas, que lo de manchá un poquillo tres o cuatro papeletas.”
Y ahí debió ver el tío que tenía yo razón, porque se dio media vuelta y se fue. Ahora que de presidente ná, porque al otro día salió en la tele, que la presidenta es una que salía en los carteles imitando al gambrinus de la cruzcampo. 




Monday, March 23, 2015

Detienen al coleta cuando intentaba votar, haciendose pasar por sevillano.



La noticia saltó esta madrugada en el bar Manolo del sevillano barrio de Santa Cruz, cuando uno de los honrados ciudadanos que había participado en la fiesta de la democracia, como vocal de mesa, comentó, harto de Marie Brizard con coca cola, los lamentables hechos de los que había sido testigo, esa misma tarde.

“Sí, era él. Llevaba una gorra de Muebles Briole, y se había recogido la coleta en un moño. Pero se veía que era él”

El del moño al que se refería el vocal, no era otro que el conocido líder de “Podemos”, Pablo Iglesias, siempre según la versión de este parroquiano, y que podría haber intentado votar hasta en siete colegios distintos de la capital hispalense.

“Yo en los otros sitios, no sé si lo consiguió, pero en el que yo estaba, el colegio de Nuestra Señora del santísimo Patrico, del barrio de Santa Cruz, no lo dejaron votar, porque los interventores del PP, lo mordieron rápido”

Y es que según parece, el líder de podemos, se presentó, con la citada gorra, unas gafas de sol, tipo Torrente, y fingiendo un penoso acento sevillano, digno de Manolito Royo, cuando imita a los andaluces.
“Nos dimos cuenta endeseguida” dijo el apoderao de Unión Sevillana, “porque como es tan rojo y ateo, en vez de decir mi arma, dijo, mi fuerza interior, y ahí mordimos que ni era sevillano, ni ná de ná” 

El escándalo, que no ha transcendido, gracias a una magnífica labor de cobertura realizada por el partido de Iglesias, consistente en botella y media de Marie Brizard, y doscientos gramos de jamón en papel de estraza, por cabeza, a todos los asistentes, pudo ser incluso peor, ya que un ciudadano anónimo, fue detenido con unas tijeras de podar, de gran tamaño, cuando se dirigía hacia la coleta de Iglesias, al grito de “Mucho Beti”  
“Podemos”, por su parte, niega todos los hechos, y a la llamada de nuestra redacción esta mañana, para interesarnos por su versión, respondieron con un contundente, “¿A usted quién le ha dao este número?” que deja claro que todo lo sucedido es completamente cierto. 

“Yo lo tengo claro”, dijo un importante representante de la prensa nacional, Juan, el que vende los periódicos, a la vera la plaza, “Na más que tienes que ver la cortina de humo tan grande que han lanzao na más saberse esto, con el comunicado ese del coleta dejando a la novia. Pero si eso ya se sabía de hace tiempo, que ella le había puesto los coleteros y seis camisas blancas, en una bolsa de Alcampo, en la puerta la casa. ¡A quien queréis engañar, home!”



Thursday, March 19, 2015

Memorias de un hijo del Levante. Capítulo 35 "Huesos"



Ayer me contaron una cosa que me ha deajo con las patas colgando. Resulta que han encontrao los huesos de Cervantes, en los bajos de un condominio. Enterraos junto con otros trece o catorce. Una cosa mala. Porque lo que más me llama la atención no es que los hayan encontrao, que eso me parece más o menos normal, teniendo en cuenta que cada vez que hacen un hoyo en este país te encuentras una vajilla mozárabe, o un romi fenicio. Yo no sé por el norte, pero en Algeciras, hay más cosas bajo tierra, que en lo alto. Te digo yo que a poco que escarbes sacas menaje pa hacer seis semanas fantásticas del corte inglés. Por eso digo que a mí, que hayan encontrao los huesos de Cervantes, y los de otros trece o catorce, no me llama la atención. A mí lo que me deja pedreruelo es que los estuvieran buscando. ¡Qué haces buscando huesos de la gente! ¿Qué eres el chucho canelo? Porque a mí eso de que tú entierres a una persona, y luego venga otro y lo desentierre, no me parece serio. Y no me vengas con lo que dice mi vecino Amaro, de que si el valor histórico del hallazgo, que si cervantes es una figura importante y que hay que exhibirlo pa que todo el mundo pueda ir a ponerle flores. Porque como ya he dicho antes, había otros trece o catorce metíos con él, porque se ve que habían comprao el sitio entre todos por el tema de que en esa época estaba tol mundo canino, y aunque el quijote se ha vendío bastante bien, le ha pillao al hombre ya difunto, y no le dio tiempo a apuntarse a la sgae, y ha visto menos royalties que el que escribió el Lazarillo de Tormes. Bueno, ahora tampoco se iba a hacer creso el hombre, porque la gente, mejón que de comprá libros, lo que está haciendo es comprarse una especie de nintendo pa leé, que la enchufas a internet, y te bajas gratis, ciento quince mil libros, entre cuentos y leyendas búlgaras, la biografía de William H Macy, y los cuentos de la Alhambra. Y siempre viene el quijote entre ellos. Conque hubiera vendido menos libros que Belén Esteban en Wisconsin. Y de las otras obras, no os creáis que vendería tampoco mucho. Porque tiene una que me creo que se llama, “En el rinconcito me como un cortadillo”, que no lo lee ni el dvd de mi primo, que lo lee todo. 

A mí estas cosas me dan mucho coraje, porque me parecen, y eso lo digo desde el ámbito indivisible de la opinión personificada, totalmente ateas y herejísticas, con el añadido de la falta de respeto y el componente de santería cubana, que conlleva todo lo que sea menear un muerto de su tumba, conque me fui a ver al cura que se parece a Mr. Bean, para pedirle explicaciones de por qué se ha permitido tamaña poca vergüenza.
-           
-   - ¿Qué pasa con los huesos? – le grito nada más verlo. Que por cierto estaba de espaldas sacando bolsas del coche, y se le cayeron al suelo. 
-         -  Eah, ya me he quedao sin bayonesa. – dijo él, porque a raíz del impacto, se había fracturao el bote, y había dejao el suelo, Heinz perdío.
-      -     Digo que qué pasa con los huesos.
-        -   ¿Qué huesos?
-          - No se haga el iletrado conmigo, que yo sé que usted ve 13 tv todos los días y está bien informado. Los huesos de Cervantes.
-        -  Ah, que los han encontrado, por lo visto.
-        -   ¿Y a usted le parece eso normal? ¿Qué dice el Papa Paco al respecto?
-         -  Pues no he hablado con él esta mañana…
-        -   Pues mal hecho, porque lo primero que hay que hacer cada mañana al llegar al trabajo, es sentarse con el jefe a ver qué tareas hay pendientes y cómo afrontar situaciones tan graves como esto de andar desenterrando cristianos por la cara.
-        -   Pues yo he escuchao decir que Cervantes puede que fuera judío. 

Y ahí le metí el cabezazo. Porque estaba claro que la actitud de aquel hombre estaba empezando a ponerse del color negro oscuro, y ya lo único que podía esperar de él, es que en cualquier momento me sacara una navaja. 

Bueno, pues no creáis que la gente se puso de mi parte, no. En este país, nadie es católico, todo el mundo raja de la iglesia, pero le pegas un cabezazo a un cura y parece que eres Richard Channing. Empezaron a increparme, a decirme “Ande vá?”, a zarandearme, y si no llego a abrirme paso a bocaos, me cuelgan allí mismo como en la parte oeste americana. 

Pero yo no me había quedao conforme con aquello, tenía que concienciá a la ciudadanía de que no se pueden cogé los huesos de la gente y pasearlos como si fueran orejas del segundo toro de la tarde. Conque me fui pa la papelería Nogue, me compré una cartulina, y un carioca, y escribí, “Ocuparse de los huesos de los que duermen en la calle, y dejar tranquilos los de los que duermen en paz” y me fui por la avenida de las fuerzas armada, cantando “Saaaaaanchooooo, quijote, quijoooooteeeee, sancho” en claro homenaje a cervantes y a la magnífica serie de animación que se hizo basada en su obra más popular. Y a veces cantaba, “aaaaaah, aaaaaah, aaaaah, aaaaah” porque la canción tenía partes que eran como de coro, y solo decían “aaaaaah, aaaaaah, aaaaah, aaaaah”

Bueno, pues eso tampoco le pareció bien a la gente. Como que me llegan dos municipales, y me piden la documentación, y les digo yo, “Si quieren que me identifique, háganme un examen de ADN, de esos que les hacen a los pobres difuntos para tenerlos controlados”

Y otra vez que termino en comisaria, y el doctor Rivera yendo a por mí. Y me dice, “Hombre, tomarse ese sofoco por unos huesos. Que lo mismo no eran ni de Cervantes. Que en la caja ponía MC, pero eso no quiere decir que signifique Miguel De Cervantes” Y ahí me dejó reflexionando, porque lo mismo MC quiere decir Michael Corleone, y los huesos que hay ahí enterraos son de mafiosos. Lo cual es infinitamente más grave, porque a la guarrada que supone, perturbar el descanso de un muerto, se unen las posibles represalias de la cosa nostra. 

Yo, por si acaso, en cuanto me den el alta en la clínica, voy a comprar otra cartulina y voy a poner, “Los italianos también son personas” no sea que me metan una cabeza de percherón en el catre. 


 En un lugar de la tíbia...

Monday, March 9, 2015

Broadchurch. Segunda temporada. Las segundas partes, claro que pueden ser buenas. (Sin spoliers, lo juro)



¿Cómo se puede seguir una serie sobre un asesinato, que queda resuelto en el último capítulo de la primera temporada, sin repetirse, ni hacer piruetas raras de guión? Esa es la primera pregunta que a un servidor le vino a la cabeza el día que supo que habría segunda temporada de la estupenda “Broadchurch”. Si ya conocemos la identidad de la persona que mató a Danny Latimer, y esa persona ya ha sido detenida… ¿A dónde vamos ahora? Pues la respuesta es más sencilla y lógica de lo que podría parecer, como suele ocurrir en una cadena seria y profesional como la BBC. Una vez detenido el asesino, el siguiente paso es… el juicio.

En un movimiento, en mi opinión, inteligentísimo, Broadchurch, en esta segunda temporada, se convierte en un doloroso drama judicial, con dos abogadas antagonistas, (maravillosas Charlotte Rampling y Marianne Jean-Baptiste), enfrentadas por algo más que la simple justicia, y un pueblo que sigue siendo puesto a prueba, día a día, con nuevos giros inesperados, y secretos que salen a la luz. Haber salido con otro asesinato, hubiese sido, sencillamente ridículo.

Pero como una simple trama judicial, después dela poderosísima primera entrega, podría saber a poco, los responsables de la serie, deciden jugar, esa carta que ya sabíamos que tenían en la manga. Y que no es otra que el caso sin resolver que atormenta al protagonista, (excelente, como siempre, David Tennat), y que ahora, podría finalmente cerrar, con la ayuda de su nueva compañera, ¿y amiga?, la detective Ellie Miller. Y aunque esta subtrama, no funciona tan bien, como toda la primera temporada, ni el asunto del juicio, consigue mantener el interés y la atención del espectador, además, de dejar algunos buenos momentos, permitiendo, en definitiva, que esa segunda temporada de Broadchurch, sea todo lo digna que los fans de la primera, deseábamos que fuera, y dejando una vez más, otra grandiosa interpretación de esa superactriz que es Olivia Colman, en el papel de Miller. Si el año pasado ya se llevó todos los premios del mundo, este año, sin duda, debería repetir.