Sunday, August 31, 2014

La gran obra de Richard Attenborough, que no era Gandhi

He estado observando esta semana, a raíz de la muerte, (otra mas, vaya añito...) del actor y director británico, Richard Attenborough, cómo en todas partes donde se daba la noticia, se subrayaban, por encima de cualquier otra cosa que el buen hombre hiciera en su, (al menos esta vez, larga), vida, sus intervenciones como intérprete en “La gran evasión” y “Parque Jurásico” y su enorme éxito como director, con “Gandhi”. Comprensible. No seré yo el que deje de reconocer el loable mérito que conlleva la filmación de un mastodonte como “Gandhi” y el acto de justicia que representa, que semejante figura histórica, tenga notoria resonancia dentro del séptimo arte. Por más que a mí me aburra mas que hacer cola en correos. Claro que esa discusión, mejor la dejamos para otro día.

A mí, en general, nunca me pareció Attenborough, un gran director. Mas bien un tipo que quería ser David Lean. Que tuvo los medios para ser David Lean. Pero que, ay... no era David Lean. Y supongo que, por eso, y esto sí que no lo he visto en ninguna cadena, su película mas pequeña y modesta, es, de largo, su mejor obra. 

Corría el año 61 cuando el escritor C.S. Lewis, mas conocido por “Las crónicas de Narnia”, publicó un ensayo llamado “Una pena en observación”, donde reflexionaba en voz alta sobre el dolor por la pérdida de un ser amado. Una obra profunda y contundente, de una sinceridad escalofriante, que siempre ha tenido, y tendrá, un lugar de privilegio en mis estanterías. Era bastante lógico que alguien intentara sacar de ahí, una buena historia que llevar al cine.

El “Shadowlands” de Attenborough, o “Tierras de penumbra” como se llamó en España, no fue la primera “adaptación” del libro de Lewis, pero es la mas representativa. Una recreación profundamente emotiva de la historia de amor entre el escritor, maravillosamente encarnado por Anthony Hopkins, y su esposa, la escritora estadounidense, Joy Gresham, a la que interpreta, con su maestría habitual, Debra Winger. Una película sencilla, pero hermosa, que habla de cómo a veces, eso que tan fácil es para unos, como es el amarse sin concesiones, puede ser tan complicado y tortuoso para otros. Cosas de la vida...

Una pena, en mi opinión, que nadie se haya acordado de este logro del desaparecido cineasta, por mas seguro que esté, (que lo estoy), de lo orgulloso que se sentirá el hombre, allá donde esté, de ser recordado por el mastodonte.

Quede, en todo caso, este humilde homenaje a su otra obra, la pequeñita, de parte de un servidor.




Thursday, August 28, 2014

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 27 "Odisea" parte 4



Cuando dejé al abuelo de Heidi, empecé a desesperarme porque, la verdad, la cosa no pintaba bien. Había pasado ya mucho tiempo desde que me perdí de Tenorio, y no parecía que pudiera ser capaz de llegar a Toledo yo solo. Así que decidí que lo mejor era regresar a Algeciras y si Tenorio se enfadaba, que se enfadase.

Con esta decisión tomada, caminé hasta una gasolinera, y me acerqué al gasolinero para preguntarle. – Oiga, gasolinero, para ir a Algeciras, ¿por dónde tengo que tirar?
El tipo me miró con la misma cara que una persona normal pondría si le hubiera preguntado si  le estaba creciendo un segundo pescuezo en la nuca.  – Está usted un poco lejos, amigo.
Y ahí vi yo el cielo abierto, porque yo me pensé que estaba muy lejos, conque un poco lejos, solo, me parecía del carajo. Así que me puse a bailar la macarena y a decirle al tío, ole con ole. Pero se ve que él no compartía mi entusiasmo y se metió padentro de la oficina de la gasolinera, cerrando la puerta de un portazo. – Oiga, que me ha dejado con la Macarena en la boca. Eso no corresponde a educación alguna. – Le dije un poco molesto. Y él, - Ay, madre, que me ha tocao un chalao. – Y yo ahí no supe qué decir, porque yo no había visto a nadie tocarlo, pero igual lo había tocao antes de que yo llegase, y el efecto de tocarle, que claramente había sido, pegarle la chalaura, no había empezado a notarse hasta ese momento, conque dije, -Suerte amigo. Yo conozco los problemas de la mente y son difíciles de solventar. – Y me fui.

Contento por estar solo un poco lejos de Algeciras, me eché a caminar por un camino que ponía “Alcira”, ya que supuse que lo había escrito alguien que no sabía escribir Algeciras bien. Y como yo estoy a favor de la integración laboral, no quise criticar el hecho de que hubieran puesto a escribir carteles a alguien que no sabía escribirlos bien.

Cuando llevaba un rato andando por la carretera, me paró un patrol de la guardia civil.
-Buenas tardes, caballero. – me dijo uno de ellos que tenía cara de reloj suizo. - ¿Tiene usted algún problema?
- Yo, ninguno.
- ¿Puedo preguntarle a donde se dirige?
- Aro, aro.
- ¿Perdón?
- ¿Perdón, por qué? Si no me ha hecho nada.
- Disculpe pero no le entiendo.
- Otro integrao, como el del cartel.
- ¿Perdone?

Y ahí me eché a correr porque aquello no conducía a ninguna parte. Pero claro, se ve que eso de echarte a correr cuando te para la guardia civil, en ciertos sitios se considera sospechoso, y me echaron mano rápido y ligero, que na más que les faltó echarme una red por lo alto como le hicieron al Charlot Gestos, en el planeta de los simios. Conque cuando me vine a dar cuenta, estaba en la comandancia, esposao y con un paratrapo en la boca, porque decía uno de los guardias que no me quería escuchar. Y como yo quería decirle que vale, pero cada vez que lo iba a intentar, me decía, “¿Qué he dicho?”, y yo entonces intentaba decirle lo que había dicho, y él, “¿otra vez?” y yo lo intentaba otra vez… Pos al final, por estas cosas que tienen los sicopáticos, se enfadó y me puso el paratrapo.

Y entonces os podéis morir de lo que pasó. Resulta que en la misma comandancia donde me llevaron, estaba mi amigo Tenorio, esposao, pero sin paratrapo. Él siempre ha sabido interpretar mejor que yo a los sicopáticos. 

-        -  Mmmmm, mmmmm – le dije yo.
-         - Ostia, quillo. No te esperaba yo aquí. Como te fuiste con los moros, pensé que te habías ido a la fiesta del cordero.
-          - Mmmmm, mmmmm.
-          - Pos sí, me han cogido, ya ves. El coche, que era robado, después de todo.
-          - Mmmmmm, mmmmmm.
-          - Sí, ya sé que tenía las pegatinas de la casa de alquiler, pero es que lo robé de la casa de alquiler, precisamente.
-          - Mmmmmm, mmmmmm.
-          - Vaya tela, sí.

Y ahí se quedó la cosa. Al otro día nos llevaron pa Algeciras y nos metieron otra vez en la clínica de nuestra señora del corto amparo, al cuidado del doctor Rivera. Que cuando nos vio aparecer, parece que hubiera estao presente en nuestra conversación, porque dijo, “vaya tela”

Conque menuda odisea en el espacio que he vivido yo este verano. Ahora, a Toledo no vuelvo más.


 Lo rápido que sacó el paratrapo el gachó

Tuesday, August 26, 2014

Los Emmy hacen justicia con Sherlock y Breaking Bad



Anoche se entregaron los Emmy. Que son  como los óscar de la televisión, según dicen. Pero yo no tengo tan claro que la gente le de la misma importancia.
Yo este año he quedado bastante satisfecho porque, en general, han ganado todas las series que yo considero que tenían que ganar. Y estoy bastante contento, también, con el reparto de premios de interpretación. Echemos un vistazo rápido a los ganadores:

Mejor serie dramática: Breaking Bad
Indiscutible para un servidor, que opina que esta es la mejor serie que jamás se ha hecho. Y aunque la dimensión de su grandeza solo empieza a apreciarse seriamente a partir de la tercera/cuarta temporada, como lo que se premiaba aquí, eran esos últimos ocho episodios magistrales… Pues eso. Que no veo cómo ninguna otra, incluyendo la estupenda, pero, (y ahora es cuando me llueven los palos), probablemente sobrevalorada “True detective”, podía vencer a este espectacular trabajo.

Mejor actor dramático: Bryan Cranston
Cranston es el show. Así de simple. Si Breaking bad, funciona como funciona es porque tenía al mejor actor posible para encarnar al mítico Walter White. Su trabajo es inconmensurable. Y al igual que pasa con la categoría de serie dramática, ni el inmenso Matthew McConaughey, (no me deja de asombrar este tío…), podía arrebatarle un premio ganado a pulso. 

Mejor actriz dramática: Julianna Margulies por “The good wife”
Esta no es mi serie… vaya eso por delante. Pero no pongo pero alguno a una interpretación, que, las pocas veces que he tenido la ocasión de ver, me ha parecido perfecta.

Mejor actor de reparto en serie dramática: Aaron Paul por Breaking Bad
Decir que Bryan Cranston es el show, sin añadir luego… junto con Aaron Paul, sería una injusticia. ¿Tiene sentido Walter White sin Jesse Pinkman? Paul ha estado magnífico durante toda la serie, pero en estos últimos capítulos donde la rabia, el miedo, el estupor, la desesperación, el infierno en definitiva, en el que su personaje se ha sumergido durante los años de sociedad con Heizenberg, le llevan a límites terribles, está, sencillamente, magistral.  

Mejor actriz de reparto en serie dramática: Anna Gunn por Breaking Bad
Se quejaba en el tramo final de la serie, la pobre Gunn, de que la gente la odiaba por culpa de su personaje… ¿No es ese el mejor piropo para un intérprete? Esta mujer está extraordinaria en un papel condenado a vagar a la sombra de los Walter White, Jesse Pinkman, Saul Goodman… Un premio merecidísimo.

Mejor serie de comedia: “Modern Family”
Durante mucho tiempo era mi serie de comedia favorita, hasta que “Brooklyn nine nine” me robó el corazón. Aun así, y teniendo claro que lo mío con “Brooklyn…” es más una cuestión de gusto personal, “Modern Family” sigue siendo la sitcom mejor escrita, mejor rodada y mejor interpretada de la televisión actual. El premio es de pura lógica

Mejor intérprete masculino de comedia: Jim Parsons por “The Big Bang Theory”
Yo, como casi todo el mundo, adoro a Sheldon Cooper. Y el trabajo de Jim Parsons, es antológico, por supuesto. Él le ha dado más al personaje que todos los guionistas juntos, qué duda cabe. Pero si tengo que ser sincero, la única razón por la que considero que es justo vencedor es porque ninguno de sus rivales me parece digno de arrebatarle el premio. Un Ricky Gervais que no me termina de convencer en Derek, un Don Cheadle en una serie que nunca me ha gustado nada, “House of lies”, unos correctos William H Macy, Matt Leblanc (¿En serio? ¿Por episodes?) o Louis C.K… Normal que gane Parsons.

Mejor intérprete femenino de comedia: Julia Louis Dreyfuss por “Veep”
¿En serio que esta mujer no gana siempre porque era la de Seinfeld? Porque otra explicación no tiene, la verdad… ¡Cuando ganará la grandísima Amy Poehler por “Parks and recreations”

Mejor actor secundario en comedia: Ty Burrell por “Modern Family”
A mí lo que este tío hace en Modern Family me parece una pasada. En una serie donde todos los actores, (o casi todos…) deberían ser premiados, él consigue lo imposible. Sobresalir. Su Phil es antológico. En cada frase, cada mirada, cada gesto. Dominio total del timing. Un mosntruo, así de claro. Justísimo ganador.



 Mejor actriz secundaria en comedia: Allison Janney por “Mom”
Esta es una serie que me gusta mucho, por más que no pueda evitar reconocer que no es nada del otro mundo. Pero solo por el personaje de la madre, magistralmente interpretado por Allison Janney, ya merece la pena. Rayando muchas veces la magnificencia. Una especie de Walter Matthau femenino. Un prodigio. Era imposible ganarle este año.

Mejor miniserie: Fargo
Esto lo tenía yo clarísimo. Fargo me parece, como ya dije en su día, la mejor serie del año. In crescendo en cada episodio. Enorme. Y esos Billy Bob Thornton y Martin Freeman…

Mejor actor en miniserie: Benedict Cumberbatch por “Sherlock. His last Vow”
Por alguna razón que desconozco , Sherlock, no ha participado en los emmy como serie o miniserie, sino como película para la televisión, por lo que cada uno de los tres episodios que componían la temporada, participaba independientemente. El que consiguió las nominaciones fue mi favorito, “His last vow”. Sí, el de la boda. Y aunque igual de justo me hubiera parecido que ganara Billy Bob Thornton, (aunque participara Sherlock como TV movie, las categorías de interpretación de miniserie y tv movie, van juntas. Un lío, ya.), el ganador ha sido sherlock himself. El gran Benedict Cumberbatch, que está inmenso en todo el episodio, y en especial en ese memorable discurso de padrino de bodas.

Mejor actriz en miniserie: Jessica Lange por “American horror story. Coven”
Nunca he visto esta serie, así que no opinaré.

Mejor actor secundario en miniserie: Martin Freeman por “Sherlock. His last vow”
Lo de considerar secundario a Watson es una injusticia. Pero son cosas de los premios. Al menos así, Freeman ha conseguido un merecidísimo premio, en un año en el que si no ganaba por esta, bien pudiera haber ganado por Fargo. Un actorazo como la copa de un pino.




Mejor actriz secundaria en miniserie: Kathy Bates por “American horror story. Coven”
Lo dicho, no opino.

Mejor película para la televisión : The normal heart
Vi esta peli por el reparto y no me gustó nada. Y que le quite el premio a Sherlock, menos todavía. Pero como la obra en la que se basa y su autor, gozan de tanta simpatía en la industria…

Resto de ganadores como sigue:

Guión de comedia
Louis C.K. – Louie
Dirección de comedia
Gail Mancuso – Modern Family
Reality
The Amazing Race

Guión de miniserie

Steven Moffat – Sherlock
Dirección de miniserie
Colin Bucksey – Fargo

Guión de programa de variedades
Sarah Silverman: We Are Miracles
Dirección de programa de variedades
Glenn Weiss – 67th Annual Tony Awards
Programa de variedades
The Colbert Report
Dirección de drama
Cary Fukunagwa – True Detective
Guión de drama
Moira Walley-Beckett – Breaking Bad

De esto solo comentaré que celebro que el mejor escritor de tv en activo, Steven Moffat, sea reconocido con un merecidísimo emmy.
Y eso es to, eso es to, eso es todo, amigos.


Friday, August 22, 2014

Varios temas agosto 2014



 Se cree Florentino, que porque le cambie un poco el nombre, ya le van a dar a Madrid las olimpiadas... ¡Pero sin en 2018 no hay!!!!!!






Tuesday, August 19, 2014

Memorias de un hijo del Levante. capítulo 26 "Odisea" parte 3

Os estaba yo contando la odisea que he vivío este verano por culpa de mi amigo Tenorio y su capricho andaluz de ir de vacaciones a Toledo, donde por una foto que nos mandó el hermano, en la que se veía su familia flotando en el aire, parece ser que rige la atmósfera cero. Pero eso no detuvo a Tenorio. Claro que eso es porque seguramente no se imaginaba antes de salir que a raiz de un malentendido en una gasolinera, me iba yo a confundir de coche al salir escopetado de allí, metiéndome en uno de unos marroquises, de los que luego huí en un peaje, calculo yo que en Albuquerque, Nuevo México, colándome a lo polizón en una embarcación con ruedas que me dejó en pleno picnic campestre de podemos, donde me agencié una lata de almóndigas con chicharitos que no había forma de abrir porque no tenía open easy. y no creais que eso de que si te encuentras un buho, te ayuda a cambio de comida, es verdad. porque es una falacia como un demonio de grande.

El caso es que, como ni podía saciar mi voraz apetito, ni podía volver con los podemos, porque habían malinterpretado mi acto de robarles, tomándoselo a mal, decidí seguir la vera de un riachuelo que me había encontrado por allí, con la esperanza macarena de llegar a la civilización, o a la parte donde remontan los salmones, teniendo en mente la  posibilidad de trincar uno en un salto y hacermelo a la parrilla. Que yo otra cosa no, pero facilidad para hacer fuego, tengo como el que mas. Que se lo pregunten a mi cuñada, que le he quemao tres veces las cortinas del salón, y una el mantel de renos, jo jo jo. Pero cuando llevaba un rato caminando, me jarté y me tiré en el suelo silbando la canción mas triste que se me pasaba por la cabeza en ese momento. Cantinero de Cuba. Ya estaba yo entregao a mi destino. si tenía que irme parriba, me iría. Total, ya he vivido mas que el niño del pijama a rayas, ¿no? Pero entonces escuché una voz a mi espalda que decía.

 - ¿Se encuentra bien, caballero?  - Y en ese momento pensé. "Qué suerte tiene el caballero ese que tiene quien se interese por él, y no como yo, que me espera el palmolive de aquí a un rato"
- Oiga, le digo a usted. - repitió la voz, al tiempo que alguien me presionaba la espalda con lo que parecía ser una especie de palo.
Me volví, y era un palo.
- ¿Me habla usted a mí, misterioso desconocido? - dije yo, por darle conversación.
- A usted, claro. Aquí no hay nadie mas.
- Que sepamos.
El tipo, que era un viejuno con barba blanca al estilo abuelo de Heidis, y se estaba fumando una especie de puro asqueroso, miró a su derecha, luego a su izquierda, y luego a su derecha otra vez, porque se ve que no miraba con la misma eficacia a uno que a otro lado.
- Bueno, si está usted bien. Ya está. - dijo finalmente. - Y si necesita algo, no dude en pedírmelo.
- Hombre, si tuviera usted un abrelatas.
-¿Un abrelatas?
- ¡Sí, un abrelatas! - grité yo, viendo que el tío era, obviamente, sordo. - ¡Es que me quiero papear una lata de almóndigas con chicharitos que me han donado unos de podemos, y no puedo abrirla. Porque se ve que el podemos, no se refiere a abrir las latas!
- Pero no chille, hombre.
- Pues enterese usted a la primera, abuelete.
- A ver, déjeme esa lata que voy a intentar abrirla con mi navaja.
- no, si la lata ya no la tengo. Se la he tirado a un buho contestatario a la chorla hace un rato.
- ¿Entonces para qué quiere el abrelatas?
- Madre mía... Pues para abrir la lata de almóndigas con chicharitos, ¿no se lo he dicho ya? Está usted fatal. ¿Qué tiene algo de Azeime de oliva, no?
- Mire, amigo, si lo que tiene es hambre, yo he preparado algo de sopa castellana y tengo guiso de conejo. Es que soy hermitaño, ¿sabe? y me gusta vivir en la maturaleza.
- Y a mí eso me parece del carajo, porque yo una sopa castellana, o calé, me la tomaba yo ahora mismo con los ojitos cerrao. Y lo del guiso de conejo... Yo preferiría si lo tuviera de personas, pero si es lo que hay, me como yo un plato ahora mismo, y los conejos que se busquen la vida.

Y con el hermitaño que me fui a comerme la sopa castellanomanchega y el guiso de roger rabbit ese, que no veas si estaba bueno.

- ¿Y cómo es que anda usted por aquí, amigo? Le noto acento mas bien del sur.
- Un hijo del levante soy.
- Ah.
- Nada, que iba a Toledo con mi amigo Tenorio. ¿Lo conoce?
- Sí, muy bonito.
- Ah, yo en esas apreciaciones no entro, porque yo no sé si Tenorio es bonito o feo. Que soy Stereosexual, ¿sabe?
- No, si yo es que pensaba que me estaba preguntando si conocía Toledo.
- Pero si Toledo no es una persona. Ojú, como tiene usted de rebirao el tema ese del alzeime de oliva...
- jajaja, qué divertido es usted.
Y como a eso no sabía qué responderle, porque estaba empezando a sospechar que ademas de alzeimico era esquizofreno, de esos que oyen voces y ven ecce homos en las paredes aunque no estén en Borja, me hice el dormío y ya se calló.

Ahora que en cuanto se quedó dormío él, me eché cuatro cucharás grandes del guiso ese que tenía pa los conejos en una bolsa del esroski, y me eché a correr colina abajo al grito de "Gracias, abuelo de heidi"

Y a los conejos que les den polculo.


 No se enteraba de ná, con la mierda de en las nubes voy...
 

Saturday, August 16, 2014

Memorias de un hijo del levante. capítulo 25 "Odisea" parte 2

En la última entrega nos quedamos en que huyendo de los civiles, me había metido en el coche de unos marroquises que no querían ni oir hablar de acercarme a Toledo, y lo único que hacían era decir, Jula Jula, y magna, magna. Y, claro, yo intentar, lo que es intentar arriarme del coche en marcha lo intenté un par de veces, pero como cada vez que abría la puerta y hacía acción de revolearme, una marroquina que iba en la parte de atrás, me jalaba de la camiseta y me decía, "tú, loco", pos en el coche que me quedaba. Hasta que pararon en un peaje y ahí me pude bajar al grito de "Numancia no se rinde". Solo que no tenía ni idea de dónde estaba ni cómo llegar a Toledo, conque me puse a correr de coche en coche diciendo, "¿Toledo? ¿Toledo?" y me dice uno, "no, es un León" y como no sabía qué decirle a eso, le metí los deos en los ojos y seguí de coche en coche diciendo "¿Toledo? ¿Toledo?.

Al final vi un coche grande que llevaba una lancha con ruedas, enganchá en la parte de atrás. Y me dije "en Toledo no hay playa, ni mar, ni albufera. Por eso, si quieres pasear en barco, tiene que ser así, con ruedas. Luego mu lejos de Toledo no deben ir los paisanos estos" y me subí a la lancha, y me metí debajo la lona como si fuera el indio ese de la vida de pis, que se fue a pescar con un tigre, un mono y una jirafa. Solo que luego se ajogaron tós o algo, porque lo que es la película no le he visto nunca.

Y así estuve seis o siete horas. O quince, no estoy seguro, porque me quedé dormido y cuando me desperté era de noche y estaba en una especie de campo. "Hay que ver la odisea en el espacio que estoy viviendo", me dije nada mas ver dónde estaba. "Esto es digno de Starleys Rubrik, que hizo la naranja metálica y en los descansos inventó el cubo de colores que lleva su mismo nombre" Pero como no había nadie para escucharme no obtuve respuesta alguna. Conque me bajé y me fui a dar una vuelta a ver si veía gente saltando en el aire en atmósfera cero, como en la foto de Toledo. Pero lo único que vi fue una comuna de jipis de podemos, haciendo barbacoas y pegando risotadas.  Y como , por una parte tenía ganas de liarme a chillios con todos ellos diciéndoles que se buscaran un trabajo y sacaran el país palante, pero por otra parte, estaba muerto jambre, decidí hacerme pasar por uno de ellos pa ver si conseguía manduca.

"Compañeros, abajo el capital", dije, "aquí vengo de tirarle piedras a una vieja que estaba usando un cajero. Con la mierda de hacerle el juego a los bancos. Y un hambre que traigo... venga un pellizco de pan proletario de ese que teneis ahí, con cualquier cosa que tengais a mano. Jamón, mismo" Y no sé si es que no lo hice bien, o esta gente está muy resabiada, pero el caso es que en vez de darme jamón, lo que hicieron fue mandarme fue al carajo. Y no me pegaron porque esta gente de podemos gasta buen cuidado de mostrar publicamente violencia alguna, por el tema de que hoy en día con los móviles que hay, en diez minutos ya te estan sacando en 13 tv, con unos cuernos pintaos. Pero como yo no estaba dispuesto a seguir pasando hambre, trinqué una lata que había allí en lo alto de una mesita y un puñao de ensaladilla rusa con la otra mano que me la iba metiendo en la boca conforme iba corriendo.

"Cabrón, vuelve" decía uno. "los cojones voy a volver, yo" "Vuelve si tienes lo que hay que tener" y yo "si precisamente por eso no vuelvo. Porque ya tengo lo que hay que tener, comida." "Vuelve y da la cara" y yo, "¿Que te dé la cara? ¿Qué te crees que soy, Mr. Potato?" y seguí corriendo hasta que ya no se escuchaba mas al menda, que no veas el rato que estuvo diciendome cosas. Lo pesá que es la gente.

El problema es que la carrera me dio mas hambre y la ensaladilla me duró poco. Y cuando quise abrir la lata, que era de almóndigas, con chicharitos, no podía porque no tenía open easy, y yo no tenía abrelatas a mano. ni a máquina. conque me lié a darle porrazos contra una piedra como si fuera yo un gromañón de la posguerra del fuego, pero lo único que conseguí fue abollar la lata y troncharme un deo, que me dolió lo mismo que si me hubieran dao con un martillo. una cosa mala.

"Oh, desdicha, ¿por qué te cebas en mí?" dije cual si estuviera en una obra de Williams el Shakespearito. "uh, uh" dijo un buho que había por allí perdiendo el tiempo. "illo, buho, si me buscas uin abrelatas, te doy la mitad de las almóndigas" pero se ve que era un buho de podemos y se me quedó mirando como diciendo, "en menearme estaba yo pensando ahora mismo... O eso o que no le gustaban los chicharitos, porque los buhos son mu mijitas.


CONTINUARÁ...



 ira, ira, como se escuende el hijoputa pa no ir por el abrelatas...

Wednesday, August 13, 2014

Memorias de un hijo del levante. capítulo 24 "Odisea" Parte 1.

¿Qué? Hacía tiempo que no sabiais na de mí, ¿no? Pues no ha sido por gusto, no ha sido por gusto. Que he vivido yo una odisea este verano que no la aguanta ni Ulises 31 jarto ceregumil. Os lo digo yo, que soy el que la ha vivio.

Vata tela...

Y tó por tener la ocurrencia de irme de vacaciones, que mira que a mí no me gusta irme de vacaciones por el tema de que tienes que dormir fuera de casa y yo, na mas que de pensar en que donde yo estoy durmiendo, puede haber dormido antes alguien con problemas de vejiga, es que me pongo malo de los nervios. Ya una vez que dormí en el hostal América en Málaga, me pasó que me parecía oler a pipises y se me puso la niebla esa que se me pone en los ojos, me entró la cosa mala y cuando me vine a dar cuenta, estaba en el Larios center dando cabezazos en pijama. Un espectáculo.

Pero es que resulta que me dijo mi amigo Tenorio que se iba a Toledo a casa del hermano a pasar unos días, pero que le daba miedo irse solo por si le entraban ganas de robar, por el tema de que es cleptómano perdío. "illo, vente conmigo, y si ves que robo, me metes una patá en el pescuezo" me dijo. ¿os dais cuenta lo mal que está el gachó? ¡Una patá en el pescuezo! Se creerá que soy Chuck Norris. A ver cómo piensa ese que voy a estirar yo tanto la pierna. Como mucho le hubiera dado un rodillazo en los riñones. Y chutao que va. Además que a mí no hay cosa que me de mas coraje que se me salga la camisa del pantalón.

El caso es que quedamos el viernes a las ocho de la mañana en la puerta del mercadona para salir. Yo le había dicho como cincuenta y seis veces a Tenorio que no fuera a aparecer con un coche robado, porque lo conozco y él sale de casa con las intenciones de alquilar un peuyó, y aparece con un renol, que se ha encontrao por el camino. Como el día en que ibamos a ir a la playa y apareció con un coche que él decía que se lo había dejao su primo y resulta que estaba todo el sillón lleno de cristalitos, lo que, en mi opinión, es altamente sospechoso. Pero la verdad es que apareció con un coche que se veía que era de alquiler, con las pegatinas, los papeles, y todo de todo. Conque me subí de copiloto y arrancamos camino.

- ¿Tú sabes cómo se llega a Toledo? - me dijo Tenorio cuando llevábamos ya un rato.
- ¿Yo? 
- No, al gato con botas se lo pregunto. Pos claro que es a ti.
- No te pongas facultativo conmigo, Tenorio, que no te lo consiento.
- Perdona, chico, perdona. Si por eso no quería venir solo, porque como no haya alguien para controlarme, me termino peleando tol camino.
- Bueno. Pero a Toledo ya te digo que no sé yo llegar.
- Bueno, pues lo que hacemos es que vamos mirando por la ventanilla y todo lo que no se parezca a Toledo, lo pasamos de largo.
- ¿Y cómo sabemos si se parece a Toledo lo que vemos si no sabemos cómo es Toledo?
- Pos porque yo tengo aquí una foto que me ha mandao mi hermano con los niños.
Y entonces se sacó el móvil del bolsillo, que nos dijo hijoputa uno que se cruzó con nosotros porque no nos lo comimos de milagro, y me enseñó la foto en la que se veía el hermano y los dos niños haciendo como que estaban saltando en el aire o flotando en la atmósfera cero, o no sé qué.
- Mu bonita la foto. Mu bonita.
Y ahí lo deje porque ya no sabía qué mas decir.

 El caso es que a las seis y media de la tarde, llegamos a un sitio que ponía Alicante, y que no se parecía en nada al de la foto. Y como yo estaba muerto de jambre porque solo me había comido un tomate cherry metío en pan, porque Tenorio había comprao unos changuiches pa almorzar que al apretarlos, se me había caído toda la ensalada de pollo en lo alto las piernas, le dije que parara que yo no tenía claro que fueramos a llegar a Toledo antes de que muriera de inanicionamiento. Y entonces paramos en una gasolinera pa echar gasolismo y pillarnos unas viandas.

Y esa fue mi perdición.

Y es que mientras Tenorio pagaba el gasolismo, yo me acerqué al mostrador de viandas y noté una anomalía que era necesario arreglar porque si no, corriamos el riesgo de que los turistas de la parte de fuera de España, nos tomaran por gente poco preocupada por lo  suyo. Y es que resulta que las galletas del príncipe, se siguen llamando del príncipe, a pesar de que ahora ya no es príncipe, sino rey. Y así se lo dije a la niñata del mostrador. Y va ella y se rie así, jajajajaja. Con todas esas jas. Y yo, que me quedo atonitado y arqueo la ceja como diciendo, "¿jajajajaja, de qué, paisana?" y ella, jajajajaja, y yo, que arqueo la otra ceja. Y como aquello no conducía a ná, cogí todos los paquetes en los que ponía príncipe, y empecé a tirarlos a la calle. Y ahí ya no dijo más jajajajaja la niñata sino, ¡Rafael, Rafael!, y resulta que Rafael, Rafael, era un menda de dos metros y medio, por alto y por ancho, que pega un guantazo en una esquina y te hace seis plazas de garaje. Conque yo, antes de darle tiempo a Rafael, Rafael, a que me endiñara, me eché a correr por la tienda al grito de "Coleta, sálvame" pero se ve que el coleta está muy ocupado salvando España y no vino a rescatarme. Y Rafael, Rafael, persiguiéndome y diciendo, "Loren, llama a la guardia civil" y yo, "Loren, no llame a nadie" Pero la Loren le hizo mas caso a Rafael, Rafael, y llamó a los guardias conque viendo que la cosa se estaba poniendo del color de Kunta Kinte, me tiré rodando como los chinos y alcancé la puerta de la calle, corriendo luego como pude hasta el coche, donde me metí de cabeza.

- ¡Corre Tenorio, corre! - grité. Y Tenorio me dice - Jula jula magna, magna.
Y yo, - Corre Tenorio, que vienen los guardias.
Y entonces dijo él, - ¡Los guardias, los guardias! - y pisó a fondo a tiempo de quitarnos de enmedio de alli. Una cosa buena, buena de verdad, que me hubiera permitido respirar tranquilo si no fuera porque cuando llevabamos media hora de camino, me di cuenta de que me había equivocao de coche y me había metido en uno de unos marroquises que se ve que iban pa Tanger o Marruecos y que estaban tan acojonaos con lo de los guardias que ni pararse a hablar del tema, querían.

- ¿Vosotros sabeis por dónde queda Toledo? - pregunté.
- jula magna. . dijo uno de ellos. - Pos tamos apañaos. Y lo peor de tó es que sigo muerto jambre...



CONTINUARÁ...


Así me veía yo cuando salí por pieses de la gasolinera


El oscar que nunca ganó Lauren Bacall



Suelen decir en Hollywood, que la muerte hace carambolas. Y desde luego no es la primera vez que perdemos, (los americanos dicen “pass away”), a dos y hasta a tres nombres, más o menos importantes, de la industria en cuestión de un día o dos. Robert Mitchum y James Stewart, por ejemplo, se fueron con apenas 24 horas de diferencia, allá en Julio del 97. Y tanto si es verdad que hay por ahí un señor de negro con guadaña, que se aburre, o si todo es fruto de la casualidad, lo cierto es que hoy, cuando aún colea la muerte de Robin Williams, nos despertamos con la desaparición de otro mito del cine. Lauren Bacall. Inolvidable pareja en pantalla y en la vida real, del gran Bogey. 

Y ya que ayer, por encima de repasar una carrera, de la que se podrían decir muchas cosas, pero que casi todas están dichas ya, preferí reflexionar sobre el mito del payaso triste, hoy lo que me viene a la mente, es aquella vergonzosa noche del 24 de marzo de 1997, cuando la, como casi siempre, torpísima, academia de cine norteamericana, humilló innecesariamente, a la Bacall.  

Creo, si no me falla la memoria, que era la primera ceremonia que mis ocupaciones profesionales me obligaban a escuchar por la radio, (sí, yo veo la entrega de los oscars desde que tenía catorce años, ya sé que no es tan digno y lógico como madrugar un domingo para ver la fórmula uno, o quedarte hasta las seis de la mañana viendo los carnavales, pero seguro que somos capaces de respetarlo también, ¿a que sí?), y ya antes de empezar, todos teníamos dos cosas claras. Que iba a ser la noche del paciente inglés y que Lauren Bacall, se iba a llevar a casa un óscar como un camión, más por el conjunto de su carrera, que por el trabajo en sí que le había proporcionado la nominación. Un regalo en una peli de Barbra Streissand, llamada “The mirror has two faces” cuyo nombre en español nunca recuerdo, ni quiero mirar en google, para no romper la tradición. Solo que cuando terminó la noche, lo único que se había cumplido, fue lo primero.

Hay una cosa que yo siempre digo con respecto a los premios de la academia. Para ganar un óscar, aunque pueda parecer de Perogrullo, hay que alcanzar dos metas. La primera, estar nominado. Y la segunda ganarlo. Y creedme que una cosa no tiene nada que ver con la otra, porque lo mismo se puede ser el gran favorito hasta el día antes de las nominaciones, y luego quedarte fuera, que entrar casi de sorpresa a última hora y terminar llevándote el premio a casa. Un ejemplo lo tenemos en Ben Affleck, que no consiguió estar nominado por "Argo" como director, principalmente porque el día en que salieron las nominaciones, las grandes favoritas para el premio gordo, eran “Lincoln” y “la vida de Pi”. Y muchos debieron pensar que no pasaba nada si el bueno de Ben se quedaba fuera de una categoría especialmente saturada desde que son hasta nueve las nominadas a mejor film. Luego, tras ganar el globos de oro, y otra docena más de premios, la noche se hizo día, y el óscar fue para la peli de Ben Affleck, que tuvo que ver como Ang Lee (o como diría mi amigo Blasco, el Puto Ang Lee),  se llevaba a casa una estatuilla que todo el mundo pensaba que debía ser para Affleck. Pero como ya he dicho, para ganar un oscar, primero hay que estar nominado.

El otro ejemplo es el de la Bacall. Ella sí que consiguió estar nominada por un papel en el que cualquier otra actriz, sin nombre, ni una carrera como la suya a sus espaldas, hubiera sido ignorada. Claro que todos lo entendimos como un acto de justicia parecido al que en su día se hizo con Jack Palance y su óscar por Cowboys de ciudad, o Christopher Plummer por Beginners, y dimos por sentado que el premio se lo llevaba de calle. Por eso cuando Kevin Spacey, abrió el sobre y en lugar de decir Lauren Bacall, dijo Juliette Binoche, nos quedamos todos con la misma cara de tonto que se quedaría uno si de repente le hablara el gato. Cosas de la academia… Hasta la propia Binoche, pidió disculpas al recoger el premio. Que ya tiene tela tener que sentirte así de incómodo en el momento, supuestamente cumbre, de tu carrera.
Bacall aguantó como pudo y se fue a casa sin óscar la misma noche en la que le dieron uno a un tal Cuba Gooding Jr, por dar saltitos y repetir aquello de “enséñame la pasta”. Otro ejemplo de lo cuestionable que es el criterio de la academia a la hora de repartir premios.

El feo a “La mirada”, como se conocía a Lauren Bacall, en el mundillo, (que es como el mundo pero en chiquitillo), pasa por ser la mayor cagada de la historia de la academia. No porque Binoche no lo mereciera. La buena mujer se echa la peli a la espalda en los ratos en los que Fiennes está tumbado esperando el Palmolive. Sino porque la academia nunca se ha mirado en si lo merecías o no, para dártelo. Y nominar a un mito del cine, y hacerle creer que vas a darle un broche de oro a su carrera, para luego darle una bofetada, es digno solo de turcos y luteranos. O de camperos que salen en camiseta a la calle, cada cual que elija. 

Pero como quiera que los mitos, se cimentan igual en claros que en oscuros, ahí queda la afrenta de la academia como parte de la leyenda de Lauren Bacall, que llegó tarde (decía un amigo mío que las flacas siempre se hacen de rogar), a su cita con los oscars. Y al final, tuvo hasta que pagar la cena.

Ah, sí. Al final le dieron uno honorífico... La misma ilusión le haría.