Wednesday, August 22, 2018

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 54 "Sintonía"

Madre mía la situación que estoy viviendo. Soy presa de la angustia y por momentos me veo cercado por el desaliento. Y con eso lo digo to y no digo na. Y todo por culpa de las sintonías. Que tiene mucha tela el tema ese de las sintonías, cuidao. Que la gente no sabe la oscuridad que nos acecha hasta que se va la luz, y dice, "Ostias, dónde he puesto las velas"

El caso es que la otra noche tuve una visión mientras dormía, o mas bien trataba de dormir, porque había estado en una barbacoa en casa de mi primo Guillermín, y había salido de allí a pique de que me acorralaran tres niños mexicanos en una esquina, y me dieran de palos pa sacarme los caramelos de dentro, de hinchao de comer que estaba. Porque el año pasao, cometí el error de merendarme tres bilbainos y media perrunilla con cacao soluble, antes de ir a casa de Guillermín, a su barbacoa anual, que como su nombre ya permite adivinar a los más avispados, se celebra todos los años, normalmente en verano, ya que en invierno el clima no acompaña, y además, existe el riesgo de que llueva y se apaguen los carbones. Y claro, como llegué con la tripa llena de ricos alimentos, me mostré completamente inapetente durante toda la velada. Aparte de que no tenía hambre. Y la mujer de mi primo, a la que yo llamo Guillermina, porque nunca me acuerdo de su nombre, no hacía más que decirme " come de esto que está muy bueno, como de aquello que está muy rico" y de vez en cuando, añadía "no estás comiendo nada, hijo" y yo, "si es que estoy inapetente, madre" le respondía y. Y entonces me soltaba esa frase tan bonita que siempre termina diciendome la guillermina. "Desde luego hijo, eres muy bueno, bien lo sabe dios, pero algunas veces tienes cositas pa aborrecerte". Y como a mí no me gusta que me aborrezcan, pues este año cuando me dijeron que se hacía la barbacoa el 18 de agostos, me dije "Tate", y luego añadí mentalmente, "Montoya" y me pegué desde el miercoles a las 1430 hrs sin probar bocado, para llegar con mas hambre que un gremlin a las tres de la mañana. Conque tal y como llegué empecé a roer como si no hubiera un mañana, y venga de menear el bigote y venga de menear el bigote. Y que si patatas de la campesina, que si yorkeso, que si bollos en estado de buena esperanza, empanada de hacendados, cachitos de pan ortiz con fuagrás de la piara apimientado, cestitas chiquititas de hojaldrada con endalaila dentro, pinchitos morunos, pero hechos por cristianos, (de religión, no del que dice siiiiiiuuuuu), montaitos de ternera y de hamburguesita, chorizo quemao por un lao y crudo por otro, longaniza quemá por los dos laos, y cruda por dentro... "¿A quien le gusta la carne casi cruda? " preguntó Guillermín con las pinzas en la mano y vestido solo con las bermudas naranjas y amarillas, a pique de achicharrarse el torso. "Al hombre lobo" le dije yo, sin parar de roer. Conque al final, cuando me vine a dar cuenta, estaba tirao en una butaca playera, con el estómago a punto de reventarme y resoplando como si estuviera pariendo. Y me dice la guillermina "¿Quiere un trozo de flan que lo ha hecho mi madre?" y yo la  miro con la misma cara que puso el ecce homo cuando la vieja aquella lo restauró, y le suelto un eructo que saltó la alarma de tres coches en la calle. "Desde luego hijo, eres muy bueno, bien lo sabe dios, pero algunas veces tienes cositas pa aborrecerte" me soltó ella. Y yo, "será" y me fui a mi casa.


El problema es que por la noche no podía dormir, porque tenía burning tripa, y na mas que hacía rodar pa un lao y luego rodar pal otro, y cuando me quedaba dormío, tenía unas pesadillas en elm Street pa volverse loco, como una en la que me perseguía un esqueleto y otra en la que dejaba de hacerlo. ¿Por qué? ¿Qué había pasado para que perdiera el interés de esa forma? Y entonces tuve una visión. En una esquina del dormitorio, aparece de repente un agujero interdimensional, y se asoma Chema, el panadero de Barrio Sesamo, vestido de torero, y me dice "La sintonía de cabecera de todas las series cómicas de los 90 eran siempre la misma, pero como la gente no las veía juntas, no se dio cuenta nadie" y yo, "Anda ya, eso cómo va a ser" y Chema, "que sí, que sí, la de los padres forzosos, la de primos lejanos, la de cosas de casa..." y en ese momento lo vi claro, "¡ostia, es verdaaaaaaaaaaaaaaaaaa!" y entonces Chema se metió pal agujero y mientras le quitaba el envoltorio a un frigopié, me dijo, "difunde la palabra" Y ahí terminó la visión.


La verdad que yo soy una persona centrada y serena, que no suele dejarse llevar por los nervios. Eso lo sabe todo el mundo. Pero aquello era un asunto muy gordo, conque me eché al pasillo en pijama y empecé a tocar los timbres de todo el bloque, por el tema de difundir la palabra. Y vaya si la difundí, por todo el bloque, y por toda la calle, después. "La sintonía de todas las series cómicas de los noventa eran la misma todas" gritaba mientras golpeaba con un palo los contenedores, "La gente no se dio cuenta porque nunca las veía juntas" insistía mientras corría calle abajo, "feliz navidad, cine" y la gente que se asomaba a las ventanas intentando aceptar la nueva realidad que se abría ante sus ojos, "hijo puuutaaa, acuestateeeee" "qué horas son estas de dar por culo" Y así hasta que llegué a una esquina donde hay una tienda de chinos que tienen abierto el año entero. Dice mi vecino Amaro que el chino tuvo que cerrar un día pa ir a un entierro y no encontraba el candao. Y al pasar por la puerta del chino se asoma un chavalón vestido de negro con una camiseta de un lobo fumando grifa, y una coca cola azul en la mano y me dice "En realidad no eran la misma" y yo "¿lo cualo?" y él, "la sintonía de las series esas que dices, cosas de casa, primos lejanos o padres forzosos. No era la misma sintonía pero sonaban muy parecidas porque las hizo la misma gente y las cantaba el mismo menda" y ahí volví a ver la luz, "¡ostia, suena a que es verdaaaaaaaaaaaaaaaaa! Gracias, enviado del futuro" y él le pegó un buche a la coca cola azul y dijo "todos hemos de morir"  y yo "aro, aro" y me fui de vuelta a avisar a todos "no era la misma sintoniiiiiiiaaaaa, era el mismo menda y sonaba iguaaaaaaal" pero en la puerta del bloque me esperaban los municipales. Conque ya no difundí mas palabras esa noche.


Lo malo es que me pusieron tanta medicación que he estado tres días durmiendo y anoche, sobre las cuatro de la mañana, o de la tarde, ya digo que me han puesto mucha medicación, se me vuelve a aparecer Chema el panadero, vestido de Spiderman, esta vez, y me dice, "el colegio al que iban los niños en las series de los noventa, era siempre el mismo" y me quedo mirándolo y le digo, "Chema, eres muy bueno, bien lo sabe dios, pero algunas veces tienes cositas pa aborrecerte".









Thursday, August 9, 2018

Canal nostalgia con Bruno Faradio. Hoy "Las guerras de los niños"

Hola amiguitos,


Hoy, en canal nostalgia, vamos a repasar otro hito de nuestra infancia. Las películas de parchís. Que básicamente eran, "La guerra de los niños" y sus secuelas. ¡Ay, cuánta nostalgia!








Parchís era un grupo musical formado por cuatro zagalones vestidos cada uno del color de una de las fichas del juego homónimo, y un quinto, ataviado de blanco, que se supone que era el dado. Por eso se llamaban parchís. Aunque en la sociedad de daltónicos de Sigüenza los conocían simplemente como los chavales cantarines. Una cosa muy típica de la época, esto de los grupos infantiles que, normalmente solían tener nombres claramente relacionados con  la infancia, como caramelos, regaliz o padre Abraham. Pero si uno triunfó sobre los demás, ese fue Parchís, con temazos como comando G, comando G, siempre alerta está, o pedalear, pedalear, pedalear, pedalear, pedalear, vamos todos. Que es considerada la madre del spinning González.




Hipnótica como ella sola. Vosotros ponedla una vez
y ya me diréis si no os pasáis la tarde cantándola...


Tal fue el éxito del grupo que pronto dieron el salto al cine con la guerra de los niños y sus secuelas, algunas que seguían la trama inicial, como la entrega de premonitorio título, "la segunda guerra de los niños" y otras que situaban al grupo en otros escenarios como, la magia de parchís o parchís entra en acción, si bien la aventura mas prometedora del grupo, "Parchís contra los siete vampiros de oro" nunca llegó a ver la luz, privándonos del que podía haber sido el crossover musical mas importante del siglo veinte ya que estaba previsto que el mismísimo Torrebruno interpretara al profesor Luis Miguel Van Helsing y se andaba detrás del dúo dinámico para encarnar a los hermanos Colmillín. Una puta locura, no cabe duda. Nunca disfrutaremos de esta joya.


La guerra de los ninios contaba la historia de un colegio regentado por un abuelete, interpretado por Manuel Alexandre, que es ese que hablaba alargando las sílabas finales de las frases, y que estaba en el film, básicamente para dar penita, ya que el pobre hombre, a pesar de su avanzada edad, (por decirlo suavemente, el nota había hecho la mili con el águila roja), se agarraba a su pasión por la docencia y en lugar de quedarse en casa tomando el cafelito y viendo Juan Imedio, el muy contumaz mantiene abierto el colegio. El problema es, que como la escuela está en un barrio canino y la gente maneja menos efectivo que el oso yogi, no hay ni un alumno que pague las cuotas y el hombre se ve con el cobrador del frac en la puerta y un maloso, interpretado por el gran Ricardo Merino, empujando pa quedarse con el terrenito con la idea de montar un       Y ahí es donde entra Parchís, que lejos de dejar el tema correr, deciden entrar en acción y apretarle las tuercas al malo, y a su minion, un tipo llamado Cipri, que a buen seguro tendrá su sitio en la gloria, amén a las barrabasadas que le hacen los roros, siendo como es, un mandao. Ayudados, por cierto, por un smartperro, de esos que se dan a veces en las películas, que saben hacer de todo y se coscan de to lo que los humanos largan por la boca. Además de un niño opíparo, apasionado del meneo de bigote, que tiene escondidos bocatas y cuencos de salmorejo por toda la casa, y al que, en un arranque de ingenio, apodan el flaco. Como nota curiosa cabe destacar que este personaje no era interpretado por ninguno de los miembros del grupo musical, sino por un chavalón anónimo que no siguió, sin embargo, y a pesar de robar todas las escenas en las que participaba, su carrera interpretativa, opositando, primero, al registro de la propiedad, para dedicarse años más tarde a la política.


Una pena que no se hubiera dedicado al cine, mejor.


Uno de los momentos grandes del film era cuando, con el fin de elegir jefe, los niños se retan a ver quién hace la hijoputada mas grande y consigue salir en los periódicos, que era donde veía uno antes las noticias, con la particularidad de que las fotos eran en blanco y negro y para verlas mas grandes, no podías estirarlas con los deos, sino que tenías que pegar el hocico y dejarte allí los ojos. Conque uno roba una grúa, otra suelta a los perros de una perrera, otro zanga una bicha del selwo y la mete en la ceteme, espantando a los viajeros, el flaco se come una pastelería enteriza y termina ganando el perro porque putea tanto a uno que está echando el cemento, que termina trincándole un bocao al chucho. Ganao se lo tenía.


Total, que a fuerza de hacer el zulú, los niños consiguen que el maloso se retire del tema, viendo que en una de estas los galopines lo dejan muñeco. Porque no os creáis que los niños se limitan a organizar protestas o hacerle escraches al menda, no. Que los muy hideperras manejan pirotecnia y tiran de cachiporra con una facilidad corleónica. Conque, lo mejor que podía hacer el nota.


Y básicamente esa es la película. La primera y la segunda. Y las demás. Porque las secuelas van exactamente de lo mismo. El viejo penitas arrastrando los pieses, el maloso queriendo quedarse con el colegio y los niños que ya, venidos arriba, hasta lo revolean por una ventana en lo que es, sin ningún lugar a dudas, el vuelo más espectacular de un humano en toda la historia del cine español, culminado, además, con un antológico chapuzón en la Cibeles. Una cosa mala.






unos angelitos, vamos


Ay, qué nostalgia, qué nostalgia.

Monday, August 6, 2018

Señores famosos que se convirtieron en algo con el paso del tiempo


8 SEÑALES DE QUE NO DEBIERON CAMBIARTE LA MEDICACIÓN

A VECES ES PELIGROSO QUE TE CAMBIEN LA MEDICACIÓN. CLARO, QUE EL PACIENTE NO SIEMPRE SE DA CUENTA DE LOS EFECTOS. AQUÍ OS DEJAMOS ALGUNOS EJEMPLOS BASTANTE CLAROS DE GENTE A LA QUE NUNCA DEBIERON CAMBIARSELA...










Colección de cromos "VIDAS EJEMPLARES" - Entrega 3










Colección de cromos "VIDAS EJEMPLARES" - Entrega 2









COLECCIÓN DE CROMOS "VIDAS EJEMPLARES" ENTREGA 1

Buenos días amiguitos

Padrino Agostini, recupera hoy su vieja colección de cromos "VIDAS EJEMPLARES" con la que podremos conocer a esos seres extraordinarios que pululan por ahí sin que los demás sepan de su grandeza.

Echemos un vistazo a la primera entrega :