Monday, January 13, 2014

Memorías de un hijo del levante. Cap. 2 "Rebajas"



Ya han empezao las rebajas... Vaya tela. Y mira que a mí no me gusta meterme en bullas y jaleos. Pero es que resulta que el otro día estaba yo en casa de mi amigo Tenorio jugando al Tetris de mesa, que es un juego que hemos inventado nosotros y que consiste en poner todo lo que nos encontramos, (tarros de espárragos, latas de fabada, jarrones, libros, destornilladores), encima de la mesa del salón, buscando los huecos que haya, sin que se caiga nada al suelo, porque si se cae algo, pierdes, cuando echaron por la tele un anuncio que me llamó la atención. (A Tenorio le gusta tener la tele puesta las venticuatro horas del día porque dice que sería una descortesia para el que está haciendo un programa apagar justo cuando sale él. Vamos, que sería como decir, "me gustan todos los programas menos el tuyo". Y como ya ha ofendido a mucha gente a lo largo de su vida por el tema de estar loco, pues no se quiere buscar mas enemigos.)

El caso es que salió un anuncio con un muñeco que cantaba, bailaba, y decía, venid a comprar a mi tienda que vendemos muy barato. Y a mí me pareció eso una cosa extraordinaria. Porque un muñeco que canta, que baila y que vende barato, no se ve todos los días. Y le dije yo a Tenorio que había que ir a comprar a la tienda del muñeco ese porque yo tenía que conocerlo en persona. O en muñeco. Porque cuando es una persona se dice en persona pero respecto a cómo hay que referirse cuando al que quieres ver es un muñeco, creo que no se ha pronunciado la academia de la lengua, que yo sepa. Que por cierto, tienen sillones con letra, que es una cosa que no tiene nada que ver con lo que estoy contando pero que es curioso de cojones.

Bueno, pues como a mí el muñeco que cantaba y vendía barato me pareció una cosa extraordinaria, tomé la decisión de ir a verlo a la tienda. Aunque tuve que ir solo porque Tenorio, ni compartía mi punto de vista, ni encontró tan extraordinario el hecho de que un muñeco cantara, bailara y vendiera barato.

Total, que al día siguiente me puse mi gorra de tiendas, que es una gorra negra con orejereas, que pone "tiendas", porque lo escribí yo con rotulador púrpura, y me acerqué andando al centro comercial que hay por la parte donde queda el centro comercial. Y no te quiero decir como estaba aquello de gente que parecía que había llegao Moises y había dicho "deja ir a mi pueblo". Pero como yo no me amilano asi como asi, empecé a dar empujones y a decir a diestro y siniestro, "¡Qué está pasando aquí!" y conseguí meterme dentro. Y ahí la cosa se puso incluso peor. Porque la gente no estaba dispuesta a mostrarse razonable para nada y venga que de dar empujones, y venga que de "perdone" y "me permite", y yo venga de "No le permito" y venga de "no le perdono", porque yo soy muy rencoroso y eso de pedir perdón sin explicarse por lo menos, no lo admito. Conque eso es lo que hay. Y al final, una señora que había allí con un moño y una camiseta con un slogan muy poco apropiado, porque decía sexy girl, y no era ni una cosa ni otra,  empezó a gritarme y a preguntarme que qué me había creído, y yo le dije que yo me he creído muchas cosas en mi vida, porque soy bastante ingenuo, la verdad, y que aunque no entendía por qué tenía que darle explicaciones al respecto, tampoco podía hacerlo si no me especificaba un poco más, caramba, que no le voy a decir todas las cosas que me he creído a lo largo de mi vida, que son seguro mas de mil doscientas treinta, calculando por lo bajo.

Al final vino un guardia de seguridad y me preguntó si podía ayudarme y yo le dije que dónde estaba el muñeco que cantaba y vendía barato, y él me dijo "¿Qué?" y yo le dije que dónde estaba el muñeco que cantaba y vendía barato. Y el otra vez que "¿Qué?" y ahí ya me di yo cuenta de que no era cosa de que tuviera algún problema de oido sino de que el tío no estaba por la labor, conque le metí un cabezazo y salí corriendo.

Lastima de que al doblar la esquina me torcí un tobillo y me comí un puesto de gofres que había en la puerta. Y claro, me dieron poca.

Ahora, lo que es yo, no vuelvo a ir a las rebajas aunque la anuncie un conejo vestido de futbolista.

Claro que si el conejo vestido de futbolista, llevara gafas de sol.... Hombre, eso sí que querría yo verlo en persona.

O en conejo.

Lo bien que cantaba y lo barato que vendía...

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