Pasa más a menudo de lo que a uno le gustaría, que de las
pelis que menos se habla, sean precisamente las mejores. Un clarísimo ejemplo
es este “WHIPLASH”, que ha pasado casi desapercibido por nuestras pantallas, y
es, en mi opinión, lo mejor que se ha estrenado en lo que va de año, y, a falta
de ver la de Clint Eastwood, la que más merece el premio gordo de las nominadas
al oscar, este año. Pero supongo que al final se tendrá que conformar con el de
actor secundario, que tampoco es moco de pavo.
“Whiplash” cuenta la historia de dos personajes muy claros,
y que lo tienen muy claro. Un alumno de la escuela de música, que quiere ser el
mejor, y un profesor que sabe cómo conseguir que lo sea. Otra cosa es el precio
que hay que pagar para serlo… La
historia no entra a juzgar si el fin justifica los medios, sino que
directamente te cuenta que hay gente que así lo cree y que, para bien o para
mal, lo aplica, incluso a veces, como en el caso del antológico profesor
magistralmente interpretado por J.K.Simmons, que ya digo que tiene el oscar en
el bolsillo, de forma salvaje e implacable. El viaje hacia sus propios límites,
en el que se embarca el protagonista, también genial Miles Teller, no concede
un momento de respiro al espectador, al que coge en volandas desde los primeros
compases del film hasta su intensísimo y espectacular final. Una auténtica
pasada que no debe perderse absolutamente nadie.
En serio, lo mejor del año. De momento.
Entran unas ganas de meterle una baqueta en el ojo al cabrón del calvo...
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