Thursday, April 9, 2015

Primera temporada de "Better call Saul" - Saul Goodman Begins...



Un problema inevitable al que tiene que enfrentarse todo Spin off, (que para el que no lo sepa, es una serie, o película, protagonizada por personajes secundarios de otras series, como Aida o Frasier), es paradójicamente, su razón de ser. Si existen es porque la serie de la que provienen, fue un gran éxito, que sus productores quieren prolongar. Y por tanto, su reto es… estar a la altura de ese éxito. Por eso, normalmente, se suele acudir a personajes, que ya destacaron en la obra original, y que reúnen suficientes méritos, a priori, para mantener el nivel. Y ni qué decir que tiene, que esto no siempre se logra. Ahí está Joey, como ejemplo más claro. Y es que al final, lo que realmente importa, es que lo que se haga, se haga bien.

Un ejemplo de cómo hacer las cosas bien, es este “Better call Saul”, spin off surgido a raíz del enorme éxito de una de las mejores series de todos los tiempos, (en opinión de este cronista), “Breaking Bad”, protagonizada por el único personaje que se prestaba a ello, Saul Goodman, abogado de verborrea infinita y experto en triquiñuelas, capaz de sacarle las castañas del fuego al criminal más pintado. Goodman era perfecto para tener su propia serie. Un grandísimo actor, que domina el drama y la comedia a partes iguales. Un personaje que el público ya conoce,  que gozó de gran popularidad entre los seguidores de Breaking Bad, y que no debería tener ningún problema en hacerse con el potencial espectador novato, que haya cometido el crimen de no haber visto la anterior. Y un mundillo profesional de infinitas posibilidades en el que moverse. Pero, ¿habrá sido capaz Saul Goodman, de hacerse con su propia serie? Pues ya os digo yo que sí. Y tanto que sí. 

El primer acierto de “Better call Saul”, es situar la acción al principio de la carrera de Goodman, como abogado, sin dejar en ninguno de los episodios, el característico uso del flashback, y el flashforward, que nos va ilustrando acerca del por qué, del cómo y de las posibles consecuencias, del esto y del aquello. Algo que el equipo de directores y guionistas, domina a la perfección.  

Esto convierte a “Better call Saul”, en una serie, con el estilo narrativo y visual de “Breaking bad”, pero que cuenta una historia, completamente distinta. Pero, ¿es esta nueva historia, lo suficientemente atractiva, como para mantener de nuevo el interés? Nuevamente, sí. La historia de Goodman, que aquí, de momento, se llama James McGill, (ya veremos en qué punto se transforma en Saul), es la historia de un intento de redención en el peor de los escenarios. Un tipo sinvergüenza y caradura, especialmente dotado para la estafa y la argumentación, que pretende redimirse en base a la enorme admiración que siente por su hermano, un abogado de éxito, excelentemente encarnado por Michael McKean, en un registro poco habitual para alguien salido del Saturday night live. El problema para McGill, es que el mundo en que se mueve su hermano, es más adecuado para terminar de convertirte en un liante canalla y pendenciero, que para redimirte. 

Por esta primera temporada, vemos pasar a algún personaje ya conocido de Breaking Bad, como Tuco Salamanca, o el gran Mike Ehrmantraut, genialmente interpretado por Jonathan Banks (¿Le habrá llegado la hora de los premios a este hombre?), además de otros nuevos, de entre los que, obviamente destaca, el hermanísimo del prota. Pero si algo es indiscutible, es que el rey de la función es el gran Bob Odenkirk, como James McGill/Saul Goodman. Un genio que se sabe ante el papel de su vida, y la gran oportunidad de su carrera, dándolo todo en cada escena. Él es la serie. Lo sabe, y lo aprovecha. 

Y lo mejor de todo, es que esta es solo la primera temporada, con lo que solo hemos asistido al nacimiento de una leyenda. 


 James McGill en vías de convertirse en Saul Goodman.

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