Thursday, June 4, 2015

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 39 "Supervivencia"

No sé si lo he dicho alguna vez, pero yo veo muy poco la tele. Pero no por chulear en plan "yo soy demasiado listo para ver esa mierda, porque prefiero emplear mi valioso tiempo en leer libros de Paulo Cogerlo ahí, ver online, e ilegalmente, cine independiente de los directores a los que más falta les hace que pagues una entrada, o discutir de economía y política con mis amigos que tampoco ven la tele, y que tampoco tienen ni puta idea de lo que están hablando", no. Yo no veo la tele, porque estoy loco, y malinterpreto el noventa por cien de las cosas que veo, y luego, la lío pollito, y me dan unas palizas de campeonato.

Pero el caso es que el otro día, me sentía supersolo, porque estaba probando unas pastillas nuevas, que impiden que haga locuras, pero que me ponen supertriste, y puse la tele, por ver si me hacía algo de compañía. Y lo que vi, no me lo pude de creer. Resulta que tienen a seres humanos, arriaos en una isla desierta, pasando hambre, sed, y penalidades, solo para grabarlo y ponerlo por las noches, para que la gente se ría de ellos. Y lo llaman supervivientes. Una cosa mala. ¡Pero en qué país vivimos! ¡Qué clase de diversión tiene ver a unos mendas desnutridos, y con el pelo sin lavar, haciendo sus pipises detrás de una palmera, y peleándose entre ellos, por una cañailla! Es que yo os juro que esto se nos está yendo de las manos. Como que no pude aguantarme y me eché a la calle, a avisar a la gente de lo que estaba pasando. Y al primero que me encontré, que era uno gordo con barba, que me creo que podía ser Bud Spencer, pero seguro, seguro, no estoy, se lo dije, "Illo, Bud, tienen a las criaturitas, en una isla, pasando calmidades, y el gobierno no hace ná" y él va y me suelta que me deje de política y que si me he creío que soy Guillermo el de Toledo, con la mierda de Cuba. Y yo le intenté decir, que no sé quién es el Guillermo ese, y que aunque una vez intenté ir a Toledo, durante una odisea que viví, en realidad no conozco a nadie de allí. Pero el tío no estaba por la labor de echar una mano, porque se ve que era progobierno, y quizás de la secreta, porque cuando me puse a zarandearlo y a darle bocaos en el pescuezo, me endiñó, con lo que probablemente era un cenicero de esos gorgos de cinzano, en la cepa la oreja, y me dejó medio privao.

Total, que allí me quedé yo, tumbao, mareaito perdío, cuando llegaron unos gentuzos y se empezaron a  cachondear de mí, diciendo que si estaba bien y que si necesitaba ayuda. Y yo, balbuceando, decía, "están pescando en el agua, durmiendo en la arena, las criaturita" y na mas que me dio tiempo a escuchar algo así, como "quiere ir a la playa", porque luego me desmayé. De todas, formas, era evidente que iban a lo suyo, y estaban mas por planear sus vacaciones que por rescatar a los supervivientes.

Pero el drama se desató al despertarme. Se ve que, ante la pasividad de los gentuzos, el Bud Spencer, con ayuda de dos o tres pequeños nicolases de esos que trabajan pal gobierno de tapadillo, volvió por mí, y pa escarmentarme, decidió encerrarme en una isla de esas, porque me desperté arriao en la arena, y con los pieses metíos en el agua. Que por cierto, me meé encima, porque dormir con los pies metíos en el agua, es como con la mano metía en agua. Que produce ese efecto.

No vea lo que me agobié, porque yo no sé hacer fuego con palos, como los robinsones suizos, y el pescao crudo no me gusta, que me llevaron una vez a un restaurante japonés de Chipiona, que se llamaba "osaka", y le dije al chino, "O saka un plato de papas fritas con huevo o le meto fuego al chiringuito", y no vea la que se lio. Conque me puse a correr por la playa chillando "me arrepientoooooo, me arrepientooooo, pero llevarme de vuelta, que aqui no tengo las pastillas, y como me de la cosa mala, soy capaz de beberme doce litros de agua con sal" Hasta que metí el pie en un hoyo y salí rodando como la piedra esa que perseguía a Indiana Jones. Y allí me quedé en el suelo un rato hasta que apareció un guardia civil, y me dijo "¿Estás mas tranquilito, hijo?" y yo, "Sí, sí, le juro que ya no me meto mas en las cosas del gobierno" y él, "¿Qué te has tomao?" y yo, "Una pastilla nueva", y él mira a otro que acababa de llegá tambien, y dice, "No tienen guasa los modernos estos" y yo, "no lo sabe usted bien, señor guardia. Entre las barbas que se dejan de moro talibán, y las camisas a cuadro, con las mangas remangás, parece que se han escapao de siete novias para siete hermanos"

Y se vé que se apiadaron de mí, porque me metieron en un patrol, y me llevaron de vuelta a España.

Ya no vuelvo a criticar lo que pongan en la tele, ni aunque saquen a uno comiendo arañas. Eso está jurao.


AHÍ ESTÁ EL TÍO

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