Esos lances domésticos que nos hacen tener ganas de tortearnos a nosotros mismos.

El ser humano es despistado y torpe por naturaleza. Eso hace que a veces nos entren ganas de corretearnos a nosotros mismos con una vara verde en la mano por habernos dado cuenta demasiado tarde de algo o por cagarla en el último minuto. Repasemos algunos de esos casos...

1- El mando a distancia.

Empezamos con un clásico entre los clásicos. ¿quien no se ha levantado a poner un dvd, y cuando se ha sentado de nuevo se percata que se ha dejado el mando encima del televisor? No es que sea una gran distancia pero toca tela los cojones...

El mejor mando a distancia del mundo

2 - La comida en el fuego.

Tener que estar por delante de la comida mientras se hace es una de las peores torturas que se conocen. Pero más vale que no te despistes porque como te alejes un par de segundos, cuando vuelvas a mirar ya está la comida negra o pegada. Un clásico es poner huevos a cocer, sentarte a ver la tele y escuchar como crujen media hora despues recordándote que los habías puesto. El cazo pa tirarlo...

3 - El cafelito.

Una de las cosas que mas coraje dan en el planeta mundial es ir desde la cocina hasta el silloncito con tu cafelito en la mano y que justo cuando te sientes se te derrame llenando el sofá, la mesa, el suelo y al perro que justo en ese momento pasaba por allí.

 4 - El suelo fregao

Hay ciertas habitaciones que tienen el interruptor de la luz en lugares poco accesibles. Eso suele ocurrir mucho con los cuartos de baño donde es típico que el interruptor de al lado de la puerta no funcione y haya que entrar hasta el fondo para encender el de al lado del espejo, o como decíamos en mis tiempos, el romy. Esto puede dar lugar a una situación muy divertida. Terminas de fregar el suelo y te das cuenta de que no has apagado la luz antes de terminar con lo que, o eres habilidoso con el palo de la fregona o pisoteas lo fregado.


5 - El lavavajillas.

Y eso de poner en marcha el lavavajillas y cuando te das media vuelta te das cuenta de que te has dejado una taza en la mesita... Tambien pasa con la ropa y la lavadora.

 ¡Pero a quién te quieres llevar tú por delante!

6 - La camisa planchaita.

Qué bonito es planchar. Sobre todo en verano con la caló. Pero mas bonito es cuando te tiras media hora planchando la camisa que te vas a poner, sufriendo porque ya llegas tarde, y cuando la tienes practicamente planchada, te das cuenta de que tiene una mancha que ni había salido con el lavado ni habías visto hasta ahora...

7 - Volvemos en siete minutos...

Y eso de estar haciendo zapping y cuando por fin encuentras un canal en el que están poniendo algo que te gusta, a los dos segundos se van a publicidad...

 Ganas de matar aumentando...

8 - El tapao de la cama.

Uno de los grandes placeres de la vida es acostarse bajo un montón de mantas calentitas en pleno invierno. Claro que todo ese placer se jode cuando justo tras coger la postura y empezar a dormitar, tiras de la sabana y se te quedan los pies al aire... Yo hasta le he pegao a la almohada, como si ella tuviera la culpa.

9 -El aire acondicionado

Quedarse dormido en el sofá tiene dos inconvenientes. Uno, que se te puede quedar el pescuezo marichalar perdío. Y el otro que cuando dices de irte a la cama vas tan sonámbulo que no eres consciente de lo que haces. Esto último puede derivar en darte un porrazo en la espinilla con un mueble o en cosas menos dolorosas para el cuerpo pero sí para el bolsillo como dejarte el aire acondicionado encendido toda la noche. Cuando al asomarte al salón al día siguiente notas el frescazo, cualquier maldición es poca. A esto hay que añadirle, el cubito del agua totalmente rebosado, un charcazo en la calle y a Walt Disney sentado en el sofá. Una alegría.

 Esto es lo mínimo que te encuentras al levatarte.

10 -Ayer mismo lo vi...

Es probablemente la mayor causa de enrritaciones hogareñas que existe. Cuando vas a buscar algo que estás harto de ver rodando por la casa y justo cuando lo necesitas no lo encuentras ni a tiros. ¡Pero si ayer recuerdo que lo vi!!!!!!