"Zipi y Zape y el club de la canica" - Casi, casi...

Uno de los mayores errores que se suelen cometer a la hora de hacer cine infantil es, al igual que pasa en la vida muchas veces, tomar a los niños por simples, cuando no directamente tontos. Y de ahí que tengamos que ver ciertos horrores que circulan por ahí y que ni a los propios chavales gustan.

Una cosa es suavizar la maldad, la violencia, o la tensión, caricaturizando, a veces, ciertos personajes, o rebajándo con humor las dosis de crueldad de ciertas acciones, y otra caer en la tontería. Un claro ejemplo lo tenemos en la edad de oro que está viviendo el cine y la tele de animación estadounidense con éxitos tan rotundos como "Grú" o, en plan más oscuro, "Hora de aventuras"

En España parece que no terminamos de enterarnos de esto, aunque ya el año pasado le anduvieron muy, pero que muy cerca con Tadeo Jones.

Otro encomiable intento ha sido esta muuuuuy libre adaptación de las aventuras de Zipi y Zape, mezcladas con poco disimulo, con el espíritu de Harry Potter. (solo el espíritu, cuidado) Cierto que lo primero que llama la atención es lo poco que la peli tiene que ver con el tebeo, (sí, en mis tiempos se decía tebeo). Pero ese me parece a mí el mayor de los aciertos. Adaptar de forma literal el mundo de estos personajes hubiese sido, sencillamente ridículo. Y casi todas las decisiones tomadas al respecto, las considero, muy, pero que muy atinadas. Desligar las personalidades de los protagonistas para que uno sea el más rebelde e impulsivo mientras que el otro resulte más cerebral y cauto, es un acierto. Rodearlos de una pandilla de secundarios que incluyen a la chica,  el antagonista de turno, el pocas luces y un rarito, es otro acierto. Sobre todo porque los aportes cómicos de estos personajes, siempre hablando a los niveles del público al que va dirigido, funcionan a la perfección. Así como el villano de la historia, un siempre estupendo Javier Gutierrez, que se pasea sin reparos, y si aspavientos, (gracias por esto) por la delgada línea que separa la credibilidad del caricato, sin traspasarla nunca. Otro acierto, por supuesto. Ah, y tambien tenemos triangulo amoroso. Cosa trillada y que aporta poco, pero que funciona gracias al buen hacer de la actriz infantil, Claudia Vega, a la que ya vimos en "Eva" y que resulta mucho más natural que el resto de la chavalería.

Pero no todo funciona en esta película, claro. Como ya decía, las intenciones son buenas y el trabajo ha sido tomado en serio. Pero la historia es, una vez más, demasiado infantil. En plena era de wassap, playstation y demás, "el club de la canica", el tirachinas, y el osito de peluche, no tienen cabida, salvo que se le hubiese sabido dar un enfoque, un poco más inteligente, un poco más irónico, y un mucho más divertido...

El camino es bueno, pero, la próxima vez, denle un poco más de confianza a los chavales que van a ver la película, y ya que os habeis atrevido con cosas tan valientes como hacer decir a zipi y zape la palabra "gilipollez" (bravo por eso), no me los pongais despues a decir "soy un niño y quiero jugar", con morritos y una bolsa de canicas en la mano. No casa...