"Blue Jasmine" Lo mejor de Woody Allen en años

Yo no soy un fan incondicional de Woody Allen. A veces hace cosas que me gustan mucho, o incluso muchísimo, ya veces hace cosas que ya me gustan menos. O incluso nada. Y de vez en cuando hace, lo que en mi juicio son obras rotundas, por no decir maestras. Este "Blue Jasmine" es de esas.

La historia no puede ser mas simple, y mas oportuna. Una mujer de clase alta ve, de la noche a la mañana, como todo su mundo se derrumba cuando su marido ingresa en prisión y lo pierde absolutamente todo. Arruinada, se ve obligada a refugiarse en casa de su hermanastra y afrontar una vida proletaria y llena de carencias. Las consecuencias resultan devastadoras para su cordura.

Allen aprovecha la excusa argumental para realizar un certero retrato sobre el canallesco mundo del que se hace rico a costa de estafar y robar a la misma gente a la que, luego, mira por encima del hombro y menosprecia, así como esa otra gente, que no roba per se, pero que mira para otro lado porque es mas cómodo, como hace la protagonista. Al mismo tiempo, vemos lo diferente que puede ser el mundo para ellos y para la gente que no ha tenido suerte en la vida, resumido en esa contundente frase que repite la hermana pobre, "Las dos somos adoptadas, pero ella tenía los genes buenos",  y que tienen que agarrarse a lo que pueden sin los remilgos del que sí ha conocido una vida mejor.

Otro de los logros del film es el montaje, plagado de flashbacks, que van desgranando la historia y que ilustran perfectamente el descenso a la locura del personaje central. Un trabajo impecable de dirección.

Claro que si la película es buena, lo del elenco ya es de otro planeta. Todo el mundo está estupendo en "Blue Jasmine". Desde un sorprendente Andrew Dice Clay, en un papel alejado de sus registros habituales, hasta una magnífica Sally Hawkings que brilla en su papel de hermana pobre pero entusiasta y que tiene los mejores momentos cómicos, y, la mayoría de las mejores frases de la película. (Sí, es un drama, pero lleno de momentos de gran comicidad).

Y luego está Cate Blanchett. Si lo del reparto es de otro planeta, lo de ella es de otra galaxia. El trabajo de la australiana es, simplemente espectacular, llegando a convertirse en el personaje y haciendote dudar de que lo que estás viendo sea realmente una interpretación o una persona, en verdad, enajenada. Sus miradas, sus temblores, sus gestos, su desgarro... Todo es auténtico. Si hay un ápice de cordura en la academia, este año ganará su segundo y merecidísimo oscar.

Una película excelente, en definitiva. De lo mejor del año y lo mejor de Woody en mucho, pero que mucho tiempo.

 No está quemá la pobre mujé, chiquillo...