"Séptimo" - Ganas, muchas, imaginación, poca...

Con el cine está empezando a pasar como con el fútbol. Que a fuerza de ver partidos, cinco de los siete días, (y a veces los siete), de la semana, hay quien ha terminado sabiendo del tema más que los que lo juegan. Solo que no lo juegan, claro.

El tipo este que firma esta historia sobre padres angustiados y niños desaparecidos, es de esos que crecen viendo cine y luego, ya de adultos, le echan un par de narices (bravo) y se lanzan por su sueño de unirse a la fiesta. Y el problema cuando pasa esto es que saben como se juega pero no jugarlo.

Me explico.

"Séptimo" tiene todos los elementos para construir una de esas historias que el autor, probablemente, tenía en mente. Un punto de partida atractivo, un actorazo, (diría tambien una actrizaza, pero si veis la peli ya os dareis cuenta de que este es un one man show), medios técnicos suficientes, un escenario que debería funcionar a la perfección, y alguna sorpresilla, que al público poco exigente, seguro que agradará. El problema es que el principio atractivo se torna, en seguida, en rutinario deja vu, con una historia demasiado simple, que se dedica a ir abriendo y cerrando frentes de forma compulsiva y atropellada y sin dar tiempo a la tensión o al misterio a hacer su trabajo. Un desastre en ese sentido.

Aunque no todo falla en esta película. Darín, como ya he dicho, está perfecto, y siempre es un lujo verlo hacer cualquier cosa, como empieza a pasar con, la cada vez mejor, Belen Rueda, si bien su paso por el film es bastante secundario. Y el final, de puro alejado del efectismo habitual en este tipo de películas, que es, a mí, la verdad, me gusta. El final, final, digo.

¿Dónde estarán mis niños?