Monday, January 20, 2014

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 3 "Lotería"



La poca verguenza que gasta la gente y el descaro con el que se conduce mas de uno es algo que me desespera. En serio. Estamos viviendo tiempos oscuros con tanto canalla, tanto vividor, y tanto chivato como hay suelto. Y no digo ya solo en el gobierno, en el parlamento o en los palacios, que yo siempre he sido seguidor de la casa real, cuidao, que a mi Juan carlos, Melchor y Baltazar, me gustan mas que Papá Noel y que el conejo de Pascua ese, pero que los reyes y los principes están ultimamente disparataos, no me lo podeis discutir. Si hasta el yate del rey se llama Bribón, con eso te lo digo tó.

El caso es que lo que me pasó a mí los otros días no tiene nombre. Bueno, sí, se llama estafa. La gran estafa gaditana. Que a ver si hacen una película con Juan Diego haciendo de estafador y el chavalito de Aquellos maravillosos años haciendo de mí. Que por cierto, el otro día me dijo uno que el que hacía de Milhouse en la serie esa de aquellos maravillosos años, el amigo del protagonista, digo, que era en realidad Marilyn Monroe. Y tiene que ser verdad porque, ¿a que vosotros no habeis visto ninguna foto de Marilyn de vieja?. porque de vieja se ha hecho niño con gafas, como el de la película de Benjamin Buitrago ese que nació viejo y cuando se le alisaron los pellejos era Brad Pitt.

¿Qué estaba diciendo? Ah, sí...

Que el otro día me hicieron la gran estafa gaditana. Resulta que iba yo por la calle, volviendo de terapia, que no la pude hacer porque había pisado un charco y a mí me da mucho coraje hacer la terapia con los pies mojados, cuando al volver una esquina me escucho a un tío diciendo "que llevo el premio para esta noche, que llevo el premio, María". Y claro, como la única mujer que había cerca era una que estaba mirando el móvil dos metros mas allá, y aunque yo no sabía cómo se llamaba, tenía que ser ella la tal María por fuerza porque yo no me llamo María, y no había nadie más, le dije, "Oiga, que me parece que este hombre le está llamando por motivo de un premio" y ella me miró con la misma cara que mira uno un cartel de toros si empezara a hablarle el morlaco de la foto. Y yo venga que de "María, que te llaman", y ella venga que de poner la cara del cartel de toros. Conque al final se fue y el tío que decía "llevo el premio, María", se viene pa mí y me dice, "Caballero, ¿no quiere usted el premio?" y yo "Hombre, si María no lo quiere, me lo quedo yo". Y me dice él, "eah, pos llevese un numerito que le va a tocar" y yo "¿Un numerito de qué, caballero?", por seguir la jerga que él usaba, y el tío que me dice que lo que vende es lotería y que me lleve un décimo que me van a tocar treinta mil eurazos. Y yo me puse loco de contento porque a mí treinta mil eurazos me vienen de escándalo. Y no me di cuenta de dos detalles que delataban claramente la gran estafa gaditana de la que estaba siendo objeto. Primero, que me dejó elegir un número entre varios que llevaba, lo que demuestra que no sabía realmente cual iba a salir y segundo que me cobró una cifra irisoria a cambio del décimo que se supone que me iba a proporcionar treinta mil eurazos, y claro, si eso hubiera sido verdad, se hubiera quedado él con el décimo y los treinta mil eurazos en lugar de con la miserable moneda que le di yo, ¿no? Porque yo estoy loco pero de eso soy capaz de darme cuenta. Solo que ahora que lo pienso, porque esta gente son profesionales de la estafa gaditana y en el momento no te das cuenta porque usan trucos y entelequias.

Total, que por la noche puse el sorteo a la hora que el tío me dijo y en vez de salir el 10617 salió el 45327 y ahí fue donde me indigné porque el nota había dicho claramente que me iba a tocar, y lo que me tocó fue un mojón envuelto en una colcha.

Cabreao como estaba me fui a casa de mi vecino Gustavo que es policía pa decirle lo que había pasado y él me sale conque eso es normal y que el tío cuando me dijo que me iba a tocar no lo estaba diciendo en serio y que eso es una forma de hablar. Y yo le dije que una forma de hablar era con voz nasal como hacía mi tío Federico y que lo que había hecho ese gachó era engañarme. Pero Gustavo seguía conque eso era así y que no me sulfurara.

Total, que no me convenció conque al otro día me eché a la calle a buscar al estafador y empecé a zarandearlo y a decirle que me había hecho la gran estafa gaditana y a darle con el décimo en el rostro y el tío que ve el número y me dice  que tranquilo que me ha tocao el dinero vuelto, y con esa excusa va y me devulve la pasta. Normal, viéndose acorralado, Rambo 3...

Vaya cabreo y disgusto que me llevé, la verdad. Pero al menos pude hacer justicia, aunque me hubieran venido mejor los treinta mil eurazos.

Esta mañana se lo estaba contando a mi amigo Tenorio y me pregunta que si el décimo era de los ciegos. Y le dije yo, "mucho no vería, no. Porque me llamaba María"

La gran estafa gaditana, me hicieron

1 comment:

  1. jajajajajaja me muero padrino, ¿Cómo se te ocurren estas cosas, por dios?

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