Monday, April 28, 2014

Memorías de un hijo del levante. Capítulo 14 "Concierto"

Yo soy un melanoma de esos. Vamos, que me gusta muchísimo la música.  A mí me pones un picú al lao con varios discos de Frank Sinatra, Dino Martino o el chino de arte cuatro, y yo me quedo embelesao las horas y las horas. Que me gusta una cosa mala, vamos. Por eso, en cuanto tengo ocasión de ir a algún concierto de música en vivo, allá que me planto. Por cierto que vaya expresión mas curiosa esa de la música en vivo, ¿no? Porque lo que no se te puede ocurrir esperar es que la música sea en muerto, ¿no?. ¿Qué música te va a tocar un muerto? ¿el thriller? Yo una vez le pregunté a uno y me dijo que se decía en vivo porque el músico estaba allí, delante tuya, que no era una grabación. Y entonces le dije yo, pos decir que es un concierto en persona. Y no en vivo. Y el tío me mira como si estuviera yo diciendo una chalaura. No, es mejor decir en vivo pa que la gente se crea que los muertos hacen música. A ver si no son ganas de confundir a la gente. En fin.

Bueno, pues el caso es que me enteré de que el sábado actuaban en la gramola, que es una sala que hay aquí en Algeciras, los complices. Pero no los complices de esos de, tira padentro que tú tambien has tenío algo que ver, sino los de uno con rizos que canta tocando el piano y la mujer al lao con una pandereta, aunque no sea navidad, ni ná. Y me dije yo. vamos a verlo. Y no me respondí nada porque ese día estaba enfadao conmigo mismo por algo que ya ni me acuerdo, y me hablaba pero no me respondía. Pero ir, fui a verlo. Y mejor que no hubiera ido.

Nada mas llegar, me llevo el primer disgusto, porque había un tío en la puerta que te cobraba. Y yo no me pude aguantar y se lo dije. En el anuncio decía ven a disfrutar de una velada de música, y yo soltando dinero, no disfruto. Pero como los artistas tienen que vivir de algo ahora que el Ramoncín les diezma la paguita, solté los jurdeles y me metí padentro.

Hay que ver lo oscuro y lo cerrao que están los sitios estos donde dan conciertos. tan oscuro estaba el sitio en algunas zonas que cuando me quise acercarme a la barra a pedir algo, me endiñé en toda la rodilla con una especie de cubo de rubik grandote, que se supone que era un sofá. Y, claro, me tuve que liar a patadas con él. Que no veas lo mal que le sentó al que estaba sentao en él, como si aquello fuera asunto suyo. Pero como yo no tenía ganas de meterme en jaleos nada mas llegar, no le di ningún cabezazo y me fui para la barra. - ¿Qué desea el señor? - me dice uno to rapao y con una camiseta que tenía pintao una especie de gremlin. - El señor desea la paz en la tierra, a mí ponme un coca cola. - Y va el menda y se me queda mirando como si le hubiera pedido un zumo de alicates. - Coca cola, pichica. La chispa de la vida. ¿No sabes lo que es una coca cola, cojone? - Y ahí ya reaccionó y fue por la coca cola. vaya tela lo que tiene uno que aguantá. Encima se me acerca un barbagorro que estaba en la esquina observando la escena, y que se ve que tenía parte en el negocio y me dice, -¿Está todo bien, caballero? - y le digo yo. - ¿Qué vais a revelar fotos aquí o algo? - y el tío me pone cara de domador polaco. Y mientras llega el otro con la coca cola, y le tiro un euro diciendo, - toma, y a ver si con lo que saqueis esta noche, comprais un par de flexos, cojones. - Y me dice el nota, - perdone, pero son dos cincuenta, la coca cola. - y ahí ya no pude morderme la lengua, a pesar de lo prudente que yo suelo ser, y le solté. - pos toma lo que falta, pero perdonarte no te perdono, Bárcenas, que estas hecho un Bárcenas. - y ahí lo dejé muerto.

Yo soy un hombre tranquilo y eso lo sabe todo el que me conoce. Pero parece que la gente se conjura para ponerme las cosas difíciles. resulta que me pongo en una esquina con mi coca cola a esperar a que empiece el concierto y empieza la gente a pasar por donde estoy yo ubicado. Y venga de perdone, y me permite. Y algunos ni eso. Llega uno con cara de snorkel, y me pone la mano en el brazo y empieza a hacer presión y a acercarse. Y le digo yo, - ¿Qué quieres, pimpollo? - y él venga de hacer presión, como si quisiera apartarme, pero sin decir nada. Y ahí le dije yo, - A esto podemos jugar los dos. - Y le metí un rempujón que todavía debe estar rodando por el suelo. A tomar por culo el snorkel, hombre. Vaya tela de nutela.

Afortunadamente el grupo no se hizo esperar mucho y el concierto dio comienzo antes de que me liara a cabezazos con un grupo de jijis jajas que me estaban poniendo a prueba.

Qué bonito cantan los complices, la verdad. A mí me encantan. Sobre todo cuando cantaron esa de "es por ti que hay mareos, cuando subo yo en la noria" o no se qué... Yo me hinché de aplaudir. Pero a uno que había al lao mía se ve que no le gustó esa porque cuando terminaron chillaba "otra, otra".

Pero la felicidad dura poco en mi vida y al final terminé la noche enconflictado. Y es que a mí no hay cosa que me de mas coraje que porque tú seas famoso y tengas un prestigio, te creas que ya lo tienes todo hecho. Resulta que se ponen los mendas a cantar una canción y cuando llega la parte del estribillo le pone la gachí el micrófono al público pa que canten ellos. ¡¡¡Y que no lo hizo una vez ni dos, que lo hizo entre tres y cinco veces!!! Yo ya no pude mas y de un salto le quité el micrófono y dije a todo lo que me dio la voz. "Que yo he pagao unos buenos dineros pa escucharos cantá a vosotros y no pa que hagais el vago y os haga el trabajo la gente, acomodaos, señoritos". Y ahí fue donde me empezaron a llover los palos.

Viendome acorralado por la chusma encanallada que empezaba a rodearme, decidí cortar por el único sitio que me quedaba y me subí de un salto limpio y grácil al escenario. Y me llevé por delante el teclado, el amplificador y al de los rizos. Y es que algunos días no debiera uno levantarse de la cama.

Conque al final terminé en la comisaria de los municipales dando explicaciones de lo que había ocurrido. Y no os creais que me dieron la razón, no. Ni la razón, ni la vanguardia.

Vaya tela.





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