Tuesday, June 17, 2014

Juego de tronos - Cuarta temporada.

Desde que empezó esta serie, que tiene a tanta gente maravillada, con moderada justificación, según mi modesta opinión, vengo observando que pasa lo mismo temporada tras temporada. Empieza bien. Incluso a lo grande, diría yo. Te entusiasmas, te enganchas, y luego, pasados los cuatro primeros episodios, estiran el chicle, sin que pase realmente nada hasta llegar a los dos últimos, que suelen ser lo mejor de la temporada. Y este año ha vuelto a pasar, exactamente igual.

Yo, que siempre he tenido la sospecha de que el tal Martin este, que escribe los libros, va improvisando la trama segun avanza, decidiendo quién vive y quién muere, sobre la marcha, soy de la opinión, que a esta serie le sobran, una cuarta parte de los personajes y la mitad de las historias que cuenta, muchas de ellas, excesivamente tontas, cuando no, directamente absurdas. El comportamiento de algunos personajes es para tirarse de los pelos. Y el ir saltando de trama en trama, de escenario, en escenario, sin guardar una coherencia a la hora de repartir el tiempo de pantalla no ayuda, ni muchísimo menos.

Pero hay una serie de elementos en esta serie, que, a pesar de todo lo dicho anteriormente, la hacen digna de figurar entre lo mejor que pasan por televisión hoy en día.

El primero, la magnífica factura con la que está realizada, y que es, cada vez mejor. La fotografía y los efectos del penúltimo episodio, son de lo mejor que jamás he visto en la pequeña pantalla.

A esto hay que añadir, un puñado de personajes excelentes, magistralmente interpretados, (ese Peter Dinklage, es un puto maestro), que guardan la poco común virtud, de ser capaces de ganarse el favor del público, aun cuando no ocultan su cara negativa. Ese Jamie Lannister, incestuoso, y cruel, (¿hemos olvidado que no le tiembla la mano a la hora de arrojar a un niño al vacío?), que se ha ido convirtiendo, temporada tras temporada en uno de los favoritos del público. O ese perro, reconvertido en niñera...

Otra de las cosas que podemos empezar a añadir a esta serie, desde este año, son las escenas de acción, batallas, duelos... que, ahora ya sí, por fin, están presentes y rodadas con deleite y contundencia, huyendo de esos trucos baratos, de desmayar al protagonista para que se despierte con la batalla ya terminada. Y ganada.

En definitiva podemos decir, que, sin ser la maravilla que podría ser, estamos ante una de las mejores series que nos ofrece la televisión hoy día. Entretenida como ella sola, y llena de grandes momentos.

Un disfrute, para los no demasiado exigentes.



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