El caso es que, como ni podía saciar mi voraz apetito, ni podía volver con los podemos, porque habían malinterpretado mi acto de robarles, tomándoselo a mal, decidí seguir la vera de un riachuelo que me había encontrado por allí, con la esperanza macarena de llegar a la civilización, o a la parte donde remontan los salmones, teniendo en mente la posibilidad de trincar uno en un salto y hacermelo a la parrilla. Que yo otra cosa no, pero facilidad para hacer fuego, tengo como el que mas. Que se lo pregunten a mi cuñada, que le he quemao tres veces las cortinas del salón, y una el mantel de renos, jo jo jo. Pero cuando llevaba un rato caminando, me jarté y me tiré en el suelo silbando la canción mas triste que se me pasaba por la cabeza en ese momento. Cantinero de Cuba. Ya estaba yo entregao a mi destino. si tenía que irme parriba, me iría. Total, ya he vivido mas que el niño del pijama a rayas, ¿no? Pero entonces escuché una voz a mi espalda que decía.
- ¿Se encuentra bien, caballero? - Y en ese momento pensé. "Qué suerte tiene el caballero ese que tiene quien se interese por él, y no como yo, que me espera el palmolive de aquí a un rato"
- Oiga, le digo a usted. - repitió la voz, al tiempo que alguien me presionaba la espalda con lo que parecía ser una especie de palo.
Me volví, y era un palo.
- ¿Me habla usted a mí, misterioso desconocido? - dije yo, por darle conversación.
- A usted, claro. Aquí no hay nadie mas.
- Que sepamos.
El tipo, que era un viejuno con barba blanca al estilo abuelo de Heidis, y se estaba fumando una especie de puro asqueroso, miró a su derecha, luego a su izquierda, y luego a su derecha otra vez, porque se ve que no miraba con la misma eficacia a uno que a otro lado.
- Bueno, si está usted bien. Ya está. - dijo finalmente. - Y si necesita algo, no dude en pedírmelo.
- Hombre, si tuviera usted un abrelatas.
-¿Un abrelatas?
- ¡Sí, un abrelatas! - grité yo, viendo que el tío era, obviamente, sordo. - ¡Es que me quiero papear una lata de almóndigas con chicharitos que me han donado unos de podemos, y no puedo abrirla. Porque se ve que el podemos, no se refiere a abrir las latas!
- Pero no chille, hombre.
- Pues enterese usted a la primera, abuelete.
- A ver, déjeme esa lata que voy a intentar abrirla con mi navaja.
- no, si la lata ya no la tengo. Se la he tirado a un buho contestatario a la chorla hace un rato.
- ¿Entonces para qué quiere el abrelatas?
- Madre mía... Pues para abrir la lata de almóndigas con chicharitos, ¿no se lo he dicho ya? Está usted fatal. ¿Qué tiene algo de Azeime de oliva, no?
- Mire, amigo, si lo que tiene es hambre, yo he preparado algo de sopa castellana y tengo guiso de conejo. Es que soy hermitaño, ¿sabe? y me gusta vivir en la maturaleza.
- Y a mí eso me parece del carajo, porque yo una sopa castellana, o calé, me la tomaba yo ahora mismo con los ojitos cerrao. Y lo del guiso de conejo... Yo preferiría si lo tuviera de personas, pero si es lo que hay, me como yo un plato ahora mismo, y los conejos que se busquen la vida.
Y con el hermitaño que me fui a comerme la sopa castellanomanchega y el guiso de roger rabbit ese, que no veas si estaba bueno.
- ¿Y cómo es que anda usted por aquí, amigo? Le noto acento mas bien del sur.
- Un hijo del levante soy.
- Ah.
- Nada, que iba a Toledo con mi amigo Tenorio. ¿Lo conoce?
- Sí, muy bonito.
- Ah, yo en esas apreciaciones no entro, porque yo no sé si Tenorio es bonito o feo. Que soy Stereosexual, ¿sabe?
- No, si yo es que pensaba que me estaba preguntando si conocía Toledo.
- Pero si Toledo no es una persona. Ojú, como tiene usted de rebirao el tema ese del alzeime de oliva...
- jajaja, qué divertido es usted.
Y como a eso no sabía qué responderle, porque estaba empezando a sospechar que ademas de alzeimico era esquizofreno, de esos que oyen voces y ven ecce homos en las paredes aunque no estén en Borja, me hice el dormío y ya se calló.
Ahora que en cuanto se quedó dormío él, me eché cuatro cucharás grandes del guiso ese que tenía pa los conejos en una bolsa del esroski, y me eché a correr colina abajo al grito de "Gracias, abuelo de heidi"
Y a los conejos que les den polculo.
No se enteraba de ná, con la mierda de en las nubes voy...
No comments:
Post a Comment