Thursday, November 13, 2014

"Interstellar" - ¿Qué me estás contando?... ¡Pero cómo me lo estás contando!



Siempre hay dos cosas que observar en todo cineasta. Qué tiene que contar y cómo lo cuenta. A mí, casi todo lo que Christopher Nolan ha tenido que contar hasta la fecha, me ha gustado, y mucho. Cómo lo ha contado, me ha entusiasmado a niveles de fan de One direction. Otra cosa es este viaje interestelar que se llama, lo que son las cosas, “Interstellar”.

A mí la ciencia ficción nunca me ha gustado demasiado. En mi casa hay, en alguna parte, un libro de Isaac Asimov, que pasa por ser el único suyo, y que poco tiene que hacer ante la montaña de los de Stephen King, Nick Hornby, Elmore Leonard o Enrique Jardiel Poncela, por nombrar solo alguno de mis autores favoritos de ayer, hoy, y…. ¿quién sabe lo que andará leyendo uno el día de mañana? Y supongo que por lo poco que ya digo que me gusta el género, y porque uno sabe algo de letras y casi nada de números, sentarme a ver esta historia de un tipo que viaja de galaxia en galaxia en busca de un futuro para la humanidad, contado por otro, durante tres horas, podría haber acabado con mi vida, como casi lo consigue el bastardo de Terrence Malick, con la cosa aquella del árbol de la vida. Afortunadamente, el que lo cuenta, como ya he dicho antes, es ese genio de nuestro tiempo, llamado Christopher Nolan.

A Nolan le sobra ambición narrativa, ya lo he dicho muchas veces. En su mente, las historias que cuenta, deben parecer, de partida, fascinantes. Pero él no se conforma con eso. Él, sabedor de que tiene talento para rodar lo que sea, siempre quiere ir un poco más allá. Dar otro giro, otra sorpresa. Que todo cobre sentido al final, que al final de la cuerda, haya algo más grande que la vida misma, que el público termine en pié, chillando y aplaudiendo de puro éxtasis. Y eso, por más que con el caballero oscuro, estuviera bien cerca, ni lo ha conseguido nunca, ni sé si lo conseguirá alguna vez. Eso, y siempre admitiendo lo poco que me gusta el género, hace que narrativamente, esta sea una de sus películas más flojas, e incluso, dependiendo del espectador, hasta decepcionante. Y sin embargo, a mí, me ha encantado…

Lo grande de esta película es exactamente lo que hace grande a su director. Un pulso cinematográfico y una capacidad creativa fuera de lo común. Única. Un sentido del espectáculo que pocos, muy pocos, tienen hoy en día, y que te mantiene, (al menos a mí me mantiene, con una sonrisa en los labios y un brillo de gozo en la mirada durante ¡casi tres horas! Nolan crea imágenes, mundos, situaciones límite, y todo tipo de maravillas dignas del que sí que es el mayor espectáculo del mundo. El cine. Y todo bañado del inmenso talento de un equipo que sabe estar, en todo momento a la altura. La apabullante música del grandioso Hans Zimmer, la increíble fotografía de Hoyte Van Hoytema, el soberbio trabajo de los actores… Algo para sentarse a disfrutar, una y otra vez.

Eso sí, todo lo que me tengáis que decir sobre la historia y el flojísimo final, bien dicho está. Pero lo bien que me lo he pasado y me lo seguiré pasando viendo esto, no me lo quita nadie. 


 Sí, hija, el tío de Sahara y de Novia por contrato era yo. No pongas esa cara...

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