Friday, January 19, 2018

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 46 "Blue"

Lo de este lunes ha sido de traca. Resulta que era el día mas triste del año. Así como os lo estoy diciendo. Y lo más grande es que las autoridades no han hecho nada al respecto. Vamos, es que ni lo han dicho. Que yo me he tenido que enterar en la panadería porque fui a comprarme una barra de pan, para comérmela mojá en nutela, que es una cosa que a mí, personalmente me da un gusto horroroso. Pues estaba yo allí, haciendo cola pacientemente, sin decir ni pío ni pegarle a nadie, a pesar de que había una señora con moño que en lugar de pensar lo que quiere adquirir antes de salir de casa y hacerse una listita como todo el mundo, había esperado hasta el mismísimo momento en que la muchacha de la panadería que es una así como de color rosa con ojos de canguro moribundo, le dijera "¿qué le pongo?", pa ponerse a pensarlo y a decir, "¿El bollo de mazadura está muy duro?" "Po claro, señora, por eso se llama mazadura" "oich, qué buena cara tienen los cruasanes." "lleve unos cuantos señora, que se los pongo a tres por dos euros" "uy, no, no, que yo esas cosas no las puedo comer" "Por un día no pasa nada" "Eso es verdad, pero es que esta tarde viene mi hija a dejarme al niño, y como el niño meriende en mi casa, termino yo picoteando tambien, porque mi Alejandro es mas malo pa comer. Na mas que quiere jamón. (Alejandro es tonto) Pero me dice, abuela, dame jamón, pero le tiene que quitá lo blanco. Con la media lengua esa que tiene, que se le entiende la mitá de las cosas. jajajaja jojojojo y yo le quito el tocino, porque lo blanco que quiere que le quite es el tocino" "Si, señora, me lo había imaginado" (La paciencia de la niña de color de rosa era inquebrantable), "Total que al final termino yo comiendo mas jamón que el niño" y ahí fue donde me acerqué yo y dandole en los michelines con el lapiz que suelo llevar en la oreja cuando voy a comprar el pan, por si tengo que apuntar algo, le digo "y el tocino que el niño no se come, tambien, pájara" y no os quiero decir como se puso la señora, que si vaya poca verguenza, que si qué me había creído, que si menuda insolencia, y yo na mas que venga de repetir "aro, aro, pero lo blanco te lo come, y como el niño no quite la mano rápido lo deja sin deos" y ella que dice que en su vida le habían dado una enrritasión mas grande que aquella y salió bufando como el toro que mató a Manolete. Pero los cruasanes se los llevó. Media docena.

Total, que voy a comprar el pan, y dice un menda que había allí en la esquina con una gabardina arrugá tipo Inspector gaché, y que debió meterse en la panadería aprovechando el revuelo causado por el Alejandrogate, porque yo no lo había visto antes, "están los nervios alteraos, es que como hoy es el día más triste del año" y ahí me quedé yo pedreruelo perdío, porque yo esa afirmación no me la esperaba para nada de nada. Conque decidí preguntarle "¿Y cómo es eso de que es el día más triste del año, Inspector?" Y él me miró un segundo como diciendo, "qué bien pensao lo del lapiz en la oreja", y luego me dijo "Está calculado matemáticamente que el tercer lunes de enero, es el día mas triste del año, porque se junta el frío, con las pocas ganas de ir al gimnasio, la letra del seguro del coche, y el regreso de Got talent." Y que eso se llamaba blue monday, o lunes blú. que es lo que te dice la gente cuando está desganá y tú le pregunta illo, ¿cómo estás' y ellos te dicen, bluuuuu. que es lo mismo que bueeee o pffffff " y yo los argumentos que dio, no sé si tenían lógica o no, porque yo cuando dijo que estaba demostrado matemáticamente, dejé de escuchar, porque yo, si algo tengo claro es que lo que está demostrado matemáticamente es fetén, y ya pueden salir cinco tíos de esos de trece tv chillando que demostrao está y demostrao se queda. Conque le dije al inspector, "Gracias por la información. Y suerte combatiendo el crimen", le pegué un pellizco a la barra de pan, y me eché a la calle pensando qué podía hacer para enmendar aquello. Y como a mí, lo que más alegría me daba en ese momento, era pensar en comerme el pan con la nutela, me dije, "ahí lo llevas" y corrí pa mi casa por el bote. Le metí cuatro o cinco tientos a base de pellizcos de pan, pa quitarme yo la pena y la jambre, y me eché a la calle con el resto pa alegrá a mis conciudadanos sireños.

Na más bajar a la vera el puerto, donde Paco De Lucia, me encuentro un menda que tenía la misma cara que el perro  ese que se quedó esperando al dueño en la puerta del hospital, pero el dueño había tirao parriba. Y ahí me dije yo, "Un blue. Nutela pa este." y trinqué un pellizco de pan, lo mojé y se lo metí en los morros. "Toma, picha. Se acabaron las penurrias" pero como estas cosas de preocuparse por los demás, pueden salir bien o salir mal, por la ley esa de Eddie Murphy, se ve que pillé al menda con un trancazo puro de oliva, y empezó a toser y a espurrear nutela por todas partes como si fuera un aspersor, que no dejó un viandante limpio en seis metros a la redonda."¿Qué está pasando aquí?" dijo uno que pasaba por allí con un gamberro verde, metiendose donde nadie le había llamao. Y como lo vi que tampoco estaba contento, otro trozo de pan con nutela que le metí a él tambien por los morros. Y no os quiero contar la reacción del individuo. Me trinca del cuello del yersi y me revolea como si fuera yo una marioneta bailando en la cuerda del amor, que si no llego a parar el golpe con una señora oronda que estaba allí hablando al móvil como si fuera una tostada que estaba a punto de comer, ruedo por el suelo. "Alto a la guardia civil" dijo de repente el menda del gamberro verde. Y ahí ya fue donde salí yo escopeteao, porque a la guardia civil no venía a cuento mezclarla en aquello. Conque tiré paseo marítimo alante y me escondí en el callejón del pollo caporal, como quien no quiere la cosa.

"¿Illo, qué hace ahí?" me dijo de repente un menda que salía del pollo caporal. "Traerle alegría al mundo" le respondí, y acto seguido, migajón de nutela pa la boca.

Con ese ya no tuve tiempo a analizar la situación ni a planificar un plan de huida. Del primer bofetón, se me cayó el bote de nutela al suelo, y el segundo, aunque intenté pararlo con lo que quedaba de la barra de pan, me dejó un pitido en el oído que ya esta mañana parece que empezaba a disminuir.

Yo no sé si el lunes era blue, pero a mi me pusieron morao. Eso fijo.


Así me quedé yo, igual que Carlos Areces en la foto.

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