Sunday, June 2, 2019

¿Y EL PADRINO QUÉ OPINA? de Aladdin, versión 2019

Tengo claro que la intención de Disney a la hora de rodar en imagen real, (o live action), todos sus clásicos, no es otra que la de darle una segunda vida comercial a algunas de las mejores ideas que el estudio tuvo hasta ahora. O, si preferís la versión corta, ganar más dinero. Y como el producto ya lo tenían, y el público asegurado, ¿para qué darle muchas vueltas? Se escriben un par de canciones más y a rodar... Lo que es una magnífica maniobra financiera, pero una nula garantía mantener la calidad de los originales. No es lo mismo contar una historia con actores y animales, que se rigen por las leyes de la física y la razón, que hacerlo con personajes animados y sus infinitas posibilidades, por lo que un poco mas de trabajo de adaptación, hubiera sido deseable.


Ese es en mi opinión el gran problema de Aladdin, pretender ser exactamente la misma película que era el clásico animado, sin introducir más cambios que los que las citadas leyes de la razón, le obligaban. Y algún otro, muy acertado, para dar más protagonismo al genio, o para reivindicar el papel de Jasmine como mujer fuerte e independiente de nuestro tiempo, (aunque la historia transcurra en otro) De esta forma se pierden algunas de las grandes aportaciones que Disney hizo a la historia, como el impagable soporte cómico que eran Abu o el loro Iago, que formaban parte activa de la historia y ahora ven su papel muy reducido, debido a la obligación de limitar su comportamiento al de los animales que son. Algo que se podría haber arreglado con un poco más de trabajo de guion, En un mundo donde existen cuevas mágicas y lámparas maravillosas, no hubiera sido tan complicado justificar un loro racional y parlante. O bien introduciendo personajes nuevos y humanos como sí han hecho con la doncella de Jasmine, que tan buen resultado da. La consecuencia es quedarse a medio camino entre lo que fue y lo que debería se ahora. Pero como he dicho antes ese es solo el problema principal de Aladdin. A eso hay que unir un actor principal bastante malo, una incomprensiblemente mala elección para interpretar a Jafar, un número musical metido con calzador que se carga el climax de la película y otro muy, pero que muy chapucero, el de Aladdin huyendo de los guardias por las calles de la ciudad, culpa de un director nada adecuado para este proyecto, (sigo sin entender a los que intentan justificarlo diciendo que Guy Ritchie es especialista en películas con protagonistas que sobreviven en los bajos fondos... Esto es un musical de época con magia y fantasía a raudales, no una película sobre los bajos fondos), por no mencionar un vestuario y dirección artística mas cercanos a un parque temático que a una superproducción.


Pero no todo es malo en Aladdin. Precisamente lo más difícil de conseguir, el mayor reto al que se enfrentaban, recrear al genio en imagen real, y hacerlo sin Robin Williams, es, sorprendentemente, el mayor logro del film. Will Smith está, nunca mejor dicho, genial, llevando el personaje a su terreno, incluso en los números musicales, (los suyos son los mejores del film), logrando que la trama brille en todos los tramos que tienen que ver con él, especialmente los acertados añadidos hechos al guion para extender su participación. Demostrando así, como antes señalaba, lo beneficioso que hubiera sido en general un mayor trabajo de adaptación en el libreto.


Un desperdicio, en mi opinión, de uno de los mejores títulos de la factoría.          



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