Wednesday, August 7, 2019

10 cosas que hacíamos antes y ahora no.

Los tiempos cambian. Ya lo decía Bob Dylan. Por eso en cuanto te descuidas, te quedas desfasado y cuando hablas los jóvenes te miran como si fueras un marciano. ¿Qué antes te levantabas a las seis de la mañana para pillar número en el ambulatorio? ¡¡¡¡¡Eso como va a ser!!!!!! Pues sí, hijo, sí.

 He aquí otras cosas que haciamos antes, y ahora ya no tanto....



1 - Madrugar para viajar



Una cosa muy típica que hacían nuestros padres y abuelos, al menos, los de nuestra época, era pegarse unos madrugones de categoría cuando tenían que viajar, ya que según era su costumbre, había que estar en la estación cuatro o cinco horas antes de que saliera el tren. De aviones ni hablamos, eso era un lujo que uno se permitía una vez o dos en la vida. Cuando eso ocurría directamente se hacía noche en el aeropuerto.
  
¿A qué hora abre el aeropuerto, pueeeeees? 
Que tengo el vuelo en quince horas na más.

2 - Llevar comida al cine


Aunque se supone que antes se iba más al cine, la realidad es que para mucha gente esto era un acontecimiento que solo se daba de vez en cuando y solo si la película era un fenómeno social del estilo de lo que el viento se llevó, que se reestrenaba cada cierto tiempo, o Ben Hur. Si no veías la peli del año, eras un pringado que no merecía vivir. Y como eso no podía ser, allí iba la familia entera con niños, primos, el tío Alfonso, y la vecina con los gemelos. Y por supuesto, un bolso cargao hasta las trancas de comida y bebida tal y como si en vez de al cine fueran a la playa... Dos días. Bocadillos y refrescos, eran lo mínimo, pero juro por Billy Wilder que yo he visto hasta un tupperware con tortilla de patatas.

      Espero que el film no sea muy largo, 
porque llevo lo justo,


3 - Vestirse de gala para ir al médico


Ir al médico es algo que todas las generaciones han necesitado hacer. Se hacía antes, se hace ahora, y salvo que Ana María Lajusticia invente una pastilla que cure todo mal, se seguirá haciendo por siempre jamás. Lo que quizás ya no se hace tanto es eso de "arreglarse" para ir al médico. Antes la gente se bañaba, se ponía la mudita limpia, y el traje que se había comprado para la comunión de Manolito. Y ahora... Bueno, lo de la muda, si es tema de desvestirse, puede. Por lo demás, en el saladillo hasta en bata va la gente.

Bueno, a ver que me manda Don Alfonso.



4 - Hacer cola durante horas para ver una película.
Hoy en día ir al cine es casi un capricho. Con la oferta televisiva que tenemos, la gente ya solo va al cine, si no tiene otra cosa mejor que hacer. Por eso es imposible ver hoy en día a alguien dispuesto a quedarse una hora, dos y hasta tres, esperando delante de la taquilla para ver el último éxito de Hollywood. Aún recuerdo cuando fui con mi familia a ver Superman, al cine Florida de Algeciras, nos fuimos con el almuerzo todavía en la boca y salimos de madrugada. Pero con la película vista. Faltaría más.

Ahí estamos el Viru y yo, esperando para ver Parque Jurásico. 
Mas contentos que un monete con una pandereta.




5 - meter el dedo en la cabina para ver si alguien se había dejado la vuelta.

Esto es lógico que se haya dejado de hacer, porque ya apenas hay cabinas. Pero antes era un vicio tan difícil de quitar como el tabaco. Algunos ancianetes echaban la mañana recorriendo las cabinas de la ciudad en busca de alguna monedillas que alguien se hubiera dejado por descuido en el cajoncito de las vueltas. Dicen que una vez uno se encontró una moneda de cinco duros de las del mundial 82, y de la impresión, se quedó muñeco allí mismo. Pero puede que sea solo una leyenda.



 













6 - Llamar inglés a cualquier extranjero, sea de la nacionalidad que sea.

Eso se ha perdido ya, pero no hace muchos años, cualquier persona que se presentara hablando en un idioma que no fuera español, recibía el nombre de "inglés" o "inglesa", sin importarle un carajo a nadie cual fuera su verdadera nacionalidad. Se decía, simplemente, "Manolo, ahí hay un inglés, que no sé lo que quiere" y allí iba Manolo a pegarle gritos al inglés.


Un inglés. No cabe duda. 


7 - Ver lo que pusieran en la tele, fuera lo que fuera.

Antes no existía la ofera televisiva que hay ahora. Y tampoco se escuchaba eso de "me harté de hacer zapping y no había ná". Cuando solo teniamos la primera cadena, a partir de las una de la tarde, y la segunda a partir de las seis, veiamos lo que echaran, y todos tan contentos.

Dale, dale, voz, a ver lo que dice.

8 - Celebrar las comuniones en la propia casa.

Hoy en día las comuniones son como las bodas. Se reservan salones con un año de antelación, se invita a doscientas personas, se pone uno pantagruélico perdío, con castillos hinchables y poinchinelas bailarines... Antes era más sencillo. Te hacían unos sandwiches, una tarta de galletas, se compraba una casera de naranja y una de limón, y te lo papeabas con tus primos y uno o, como mucho, dos de tus mejores amigos del cole. Y luego te paseabas por el barrio vestido de marinero para ver si caía algo.

¡¡¡¡¡¡Que la sonrisa es pintá!!!!!!

9 -  LLevar el radiocasette del coche en la mano

Chorizos ha habido y habrá siempre. Pero el mercado del radiocasette del coche, parece que se les acabó hace tiempo. Supongo que porque ahora todos traen de serie un sistema de sonido de puta madre. Pero antes, el que ponía un casette en el coche, se lo tenía que llevar a cuestas a todas partes si no quería encontrarse el cristal roto, y el aparato vendido al día siguiente en el charco la pava.


Ostia, que me he traío las tripas pa fuera.



10 -Reirnos de todo quisqui 

Antes no existía la correción política, por lo que podías decirle negro a los negros, y hacer chistes de mariquitas, de gangosos, de chinos o de lo que tu quisieras. La gente era conocido como "el gordo", "el cojo", "el moro" Y, claro, en algún momento alguien tenía que llegar y decirnos, "quillo, cortarse un poquito, cojones" Hoy en día las cintas de Arévalo, durarían un minuto y medio, aproximadamente.


a lo mejor los de camioneros, podían colar...









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