Monday, August 19, 2019

Memorias de un hijo del levante - Capítulo 59 "Tobogán"

El verano que me está dando mi amigo Tenorio, pa mí se queda. Si llego vivo a los tosantos va a ser porque el de ahí arriba quiera. Porque si es por mi amigo, me puedo dar por víctima.

Resulta que despues de salir bastante airosos, (pa lo que podía haber pasao), con el tema del marconing, viene a verme el otro día, escayolaito, que parecía Tutan come on, emperador del desierto, pa decirme que se nos acababa de presentar una oportunidad única y que como él estaba lisiao, de cuando se revoleó por la ventana del hotel haciendo marconing y se comió el techo de un Tiguan, pues que tenía que dar la cara yo, por el bien de la ciudad. Y yo, que por una parte quería salir corriendo, porque tenía claro que mi vida estaba en juego, (y porque me daba un poco de susto Tenorio escayolao, to hay que decirlo), pero por otra parte, me daba cosa del estado calamitoso en el que venía el chaval, que no daba un paso sin un ay, y respiraba como Darth Verde, el de la guerra de las galaxias, pues al final hice lo que nunca hay que hacer con Tenorio. Lo escuché.

Hacía tiempo que en Tenorio se habían despertado sentimientos envidiosos contra la ciudad de Estepona, por culpa de un tobogán que habían colocado allí, para que la gente, en lugar de tener que bajar la calle caminando como las bestias, pudieran revolearse por el tobogán como los seres civilizados del mañana que somos. Y yo le tengo que dar la razón porque la verdad que como medio de transporte, el tobogán es único en su género. Y considero además que es el primer paso hacia el transporte definitvo que ya pudimos ver en la serie, de riguroso calado científico, Futurama, donde la gente se metía en unos tubos de plástico duro, y salían revoleaos al punto de la ciudad al que quisieran ir. Y aunque en la serie nunca explicaron cómo funcionaban los tubos, por el tema de que como aún no se han hecho, no querían que les robasen la patente, Tenorio y yo teníamos nuestra propia teoría de cómo hacerlo en Algeciras y ponernos a la vanguardias del transporte públicos. La idea consistía en llenar la ciudad de tubos de plástico, unidos por arandelas de las buenas y un vasco en cada punta que cuando se suba un usuario, meta un soplío gordo, nivel lobo feroz, y revolee al usuario al punto de la ciudad de su preferencia. Solo que saldría un poco caro de mantener, entre el gasto en cristasol que necesita eso y lo que comen los vascos. Por eso cuando se enteró de que habían puesto el tobogán en Estepona se pilló un disgusto horroroso. Se plantó en la terapia y gritó "Los culito mojaos nos han tomao la delantera", luego se metió cuatro oreos en la boca y se fue corriendo.


Pero ahora tenía su oportunidad. "Hay que hacer un tobogán antes de que se le ocurra a Fuengirola o Nirvana", "¿Te refieres a Manilva?", "También" Y dicho esto se sacó una oreo del bolsillo y se la metió en la boca. Se ve que se llevó mas de las que yo pensaba.


Lo primero que teníamos que ver, era dónde poner el tobogán. Y Tenorio lo tenía muy claro. "Hay que ponerlo en el centro comercial puerta Europa, pa que las creaturitas que bajen cargaitas de bolsas no tengan que patearse toda la avenida." Y como yo conozco a Tenorio y lo mucho que le gusta apropiarse de lo ajeno, le digo "Y la elección del sitio no tendrá na que ver con el hecho de que el parque acuático, esté justo al lado. Llenito de toboganes. ¿Verdad?" y él, "Pues no lo había pensado. Pero no es mala sugerencia esa que haces de llevarnos prestados dos o tres toboganes. Con uno de los pequeños para cruzar la autovía y un par de kamikazes para la cuesta, nos llega" Y aunque en ese punto yo tendría que haberme negado en los redondos y salido corriendo, allí que me fui con él, metido en un carrito del Carrefour, por el tema de ir escayolao, por la noche a asaltar el parque acuático. Porque en honor a la verdad no podía dormir pensando en esas creaturitas cargaitas de bolsas.


Llegamos allí, bien entrada la noche. Y por supuesto estaba cerrado. Lo que no fue problema para Tenorio que, asegurando haber trabajado varios años en el circo del sol, (debió ser de niño, porque yo lo conozco de toda la vida y no recuerdo tal cosa), me dio unas instrucciones muy precisas para saltar la valla, poniendo primero las manos en el suelo para impulsar mi cuerpo por encima de la reja. Pero algo hubo que no debí entender bien, porque en lugar de saltar por encima de la valla, lo que hice fue doblarme la muñeca y caer a plomo de costao rodando por la cuesta hasta impactar con el carrito de Tenorio, que con el golpe, también salió rodando enfilando la cuesta y cogiendo una velocidad preocupante conforme avanzaba avenida abajo.


"Yo lo doy por perdido" dije mientras intentaba ponerme de pie.


Al día siguiente supe que unos chavales lo vieron bajar y pensando que era una momia motorizada y envalentonados por haber estado dándole a la droga porro, decidieron interceptarlo a pedradas. Y pararlo, no lo pararon, pero cuando se estrelló contra el videoclub batman ya llevaba dos dientes menos y una brecha en la frente.


La puntería que da la droga porro...


Yo ya le he echao el ojo a un tobogán más accesible



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