Sunday, November 20, 2022

¿Y el padrino qué opina? - De "El cuarto pasajero"

 Incluso un defensor acérrimo del cine de Alex De La Iglesia, como yo, es capaz de admitir que rodar una película por año, (a veces dos), dificulta mucho la posibilidad de no terminar dando una de cal y otra de arena, como le viene pasando al director de la inolvidable "el día de la bestia". La buena noticia es que la de arena ya la dio este año con el que, en mi opinión, es su peor trabajo hasta la fecha, "Veneciafrenia". Pero, ¿Es este cuarto pasajero la de cal? 

Pues sí. Y mucho. Para mi gusto, esta es la mejor película de Alex De La Iglesia desde La comunidad. O la más redonda al menos. Y viene a demostrar lo que otras veces he defendido, que, aun cuando como director posee un pulso y una maestría únicos, como guionista se le da mejor la comedia ligera, (ligera, que no simple o tonta), que el drama o la sátira corrosiva, como demuestran los patinazos de la chispa de la vida o mi gran noche, frente a los aciertos totales de perfectos desconocidos o esta magnífica el cuarto pasajero. 

Esta nueva película nos plantea una situación muy simple. Un tipo, poco orgulloso de sí mismo pero decidido a conquistar a la mujer de sus sueños, va a encontrarse con una serie de inesperados contratiempos y catastróficas desdichas, en parte por su propia inseguridad y en parte por la intervención de una especie de agente del caos, maravillosamente encarnado por Ernesto Alterio, con el que tiene la desgracia de cruzarse. A partir de ahí, comenzará un viaje al desastre más absoluto. Una trama simple, pero endiabladamente divertida. a la que un gran guion del propio De La Iglesia y de Jorge Guerricaecheverría saca petróleo. Ritmo endiablado, diálogos brillantes y un reparto en estado de gracia. Con dos duetos antológicos, el de Alberto San Juan con Alterio y el del propio San Juan con una Blanca Suárez que nunca estuvo mejor. Bien secundados por Rubén Cortada, en un papel menos lucido, pero importantísimo y que ejecuta con solvencia, un Carlos Areces que siempre está perfecto en todo lo que hace, y los habituales Enrique Villén, Jaime Ordoñez o Isidro Montalvo. 

Un descenso a los infiernos de un hombre tranquilo que eligió el peor día para dejar de fumar. Y, por una vez, con un final perfecto, acorde al tono de creciente locura del film, que cierra justo cuando y como tiene que hacerlo. Cosa que no siempre ocurre en la filmografía del cineasta vasco. Excelente. 




No comments:

Post a Comment