Se acabó pichones. El mundial más raro de la historia se acabó y haciendo honor a lo surrealista que ha sido todo ganó la selección más acostumbrada a los numeritos raros. Argentina.
Primero se jugó el partido por el tercer y cuarto puesto que se llevó Croacia. Marruecos, tras cargarse a la península Ibérica al completo, quiso hacer lo mismo con la balcánica, pero no le dio la vida y los de Modric se los llevaron por delante. Cuatro años y medio después del último mundial Croacia vuelve a quedarse a las puertas. La primera queda ahora segunda, y la segunda tercera. Pocos cambios en ese sentido.
Pero vamos con lo gordo. La final entre Francia y Argentina.
Pronto se le puso de cara el partido a los sudamericanos gracias a los goles del dúo sacapuntas argentino, Messi y Di Maria, que llevaron la ilusión a los suyos hasta que un inmenso Mbappé apareció como el séptimo de caballería. En el último minuto, para empatar el partido y enviar la final a la prórroga. A partir de ahí el partido se convirtió en un agónico duelo entre titanes, con un gol de cada una de sus estrellas, ambis de penalti. Y así se terminó decidiendo, de hecho, la cosa. En los penaltis. Y ahí fueron mejores los argentinos, gracias a su portero Dibu, recién salido de quién engañó a Roger Rabbit, y al acierto de sus lanzadores. Argentina era campeona del mundo por tercera vez en su historia.
Los argentinos tienen un concepto demasiado literal de la expresión "celebrar por todo lo alto" y hubo quien se subió a la marquesina de una parada de autobús, quien se subió a un semáforo y quien, directamente se subió al obelisco. las consecuencias en los tres actos fueron prácticamente las mismas con la única diferencia de la intensidad del zarpajazo, Pero no debe empañar estas idas de olla el gran momento de gloria vivido por Argentina a los que ya les tocaba festejar después de tanto sufrimiento.
¡Enhorabuena, campeones!
Y con esto doy por terminada mi etapa en Qatar, retransmitiendo el mundial. Ha sido un placer llevaros mis crónicas y disfrutar de este maravilloso país, donde me han tratado muy bien porque soy hombre, hetero y venía con los gastos pagados.
Hasta la próxima, pichones.
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