Friday, July 26, 2013

"Llévame a la luna" - sobrevalorando el cine francés.

Confieso que empieza a cansarme un poco el doble rasero del que suele hacer abuso la crítica especializada a la hora de hablar de cierto cine. A veces da la sensación de que una misma película podría ser considerada  fallida o estimulante dependiendo de su nacionalidad o del nombre del firmante. Si la peli es de Perico el de los palotes, (peter of the pallots), es un quiero y no puedo, pretencioso y con personajes mal dibujados. Si es de Terrence Mallick, es una obra maestra que no está al alcance de la comprensión del público troglodita que no escribimos para fotogramas.Es normal ya que el mejor arma para un crítico, junto con el uso de palabras rebuscadas y una redacción pretenciosa, es hacer creer al público que no tiene ni puta idea, a base de tirar por los suelos los títulos más populares y encumbrar todo lo que tenga pinta de raro. De esa forma el año pasado, "Intocable" (que, por cierto, a mí nunca me dijo nada), pasó de ser una peli de culto a sobrevalorada en apenas dos meses solo porque el público empezó a ir a verla, mas o menos, en masa.

Y es que con el cine francés pasa eso. Es cierto que, de vez en cuando, (al igual que España, Italia o cualquier otro), nos deja algún título memorable. "Bienvenidos al norte", por ejemplo, me pareció estupenda. Y el año pasado "El nombre", de lo mejorcito del verano. Pero tampoco vamos ahora a comulgar con ruedas de molino.

"Llévame a la luna" es una de las apuestas mas ambiciosas que el cine galo ha hecho en los últimos años. Protagonizada por una de sus máximas estrellas, el siempre eficaz Dany Boon, con la presencia internacional de Diane Krueger y un presupuesto que le permite lucir variados y llamativos escenarios, la película pretende ser una clásica comedia romántica con un punto de mala leche y unos diálogos supuestamente inteligentes. Pero lo cierto es que en todo eso se queda a medias. Ni termina de ser clásica, ni termina de tener mala leche, (su protagonista femenina, de hecho, resulta a ratos tan desagradable, que uno desearía que no terminaran juntos), ni los diálogos son gran cosa. Eso sí, tiene algún que otro momento divertido, un par de aciertos de guión y los actores están bien. Y bien en algo tan mediocre como esto, es mucho.

Una película para pasar el rato y nada más, a la que la crítica ya está poniendo por las nubes porque la mayoría del público ni sabe que existe. Lo dicho, sobrevalorando el cine francés.

Una alemana y un francés, solo falta Rajoy implorando detrás.

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