El problema de esta es que, aunque la historia es basicamente la misma, está muy mal desarrollada, tienen un protagonista de carisma y dotes interpretativas, notablemente inferiores a las de Gerard Butler, y comete el error de repartir la acción y el heroismo con el propio presidente que, a ratos es inseguro, a ratos chistoso, y a ratos patea culos. De lo poco creible que es Jamie Foxx como presidente, hablaremos otro día. (Cuanto daño ha hecho Obama al cine)
La acción, que está bien filmada, (ni mas faltaba), por el cansino de Roland Emmerich, es repetitiva y menos original que un vaso de coca cola. Y la supuesta sorpresa final es tan obvia que ya cansa.
En definitiva, una pérdida de tiempo.
Dos horas dando vueltas y esquivando balas. Precioso, vamos.
No comments:
Post a Comment