"Una cuestión de tiempo" - Incuestionablemente buena.

Hay películas que gustan a unos y otras que gustan a otros. Y otras que son incuestionablemente buenas. A mí me gusta pensar que esta es de ese último grupo.

Lo último de Richard Curtis, es, como rezaba cierto show de Faemino y Cansado, parecido, pero no lo mismo, que sus anteriores trabajos. Con un reparto menos coral de lo que en él es habitual, (siguen estando los grandes personajes pivotantes que pueblan sus historias, solo que mucho mas secundarios), y sin renunciar a sus señas de identidad, Curtis ha apostado en esta ocasión por una historia más ambiciosa en lo narrativo y, por primera vez, con mensaje. Y aunque ese mensaje, de partida, no puedo negarlo, resulta pueril, (Hay que vivir el día a día y apreciar lo bueno de la vida), la reflexión en voz alta que al autor le sugiere este mensaje, convierten esta, en su mejor película hasta la fecha. Claro que eso es solo si compartes con él la fascinación por el tema tratado, y que no es otro que lo paradójico que resulta que nuestro presente, esté siempre tan condicionado por nuestro pasado y nuestro futuro.

La excusa que Curtis usa para esta reflexión no es otra que la de los viajes en el tiempo que su protagonista, impecablemente interpretado por Donham Gleeson, tiene la capacidad de realizar, fabricando, a partir de esta idea inicial, una historia sólida, no exenta de giros argumentales y sorprendentes revelaciones, que resulta creible, dentro de su marco de fantasía, gracias al extraordinario guión que deja pasajes de altísima calidad, como la relación entre padre (magnífico Bill Nighy) e hijo, o el segmento del dramaturgo y el silencio escénico. Si bien es verdad que la historia, sobre todo en los tramos finales, flirtea tanto con el sentimentalismo y la emoción, que a alguno le puede terminar empalagando.

Cabe tambien la posibilidad de que, como ya he apuntado anteriormente, uno no comparta con Curtis la fascinación por este tema. En ese caso, Una cuestión de tiempo, funcionaría solo como comedia romántica. Pero, y eso es lo mejor, aún seguiría siendo una película excelente, con unos diálogos maravillosos, muchos momentos de gran comedia, un tempo efectivo, y unos personajes inolvidables.

Lo dicho, incuestionablemente buena.