Tuesday, March 25, 2014

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 10 "Suarez"

El otro día se murió Suarez. El hombre que inventó la transición. Que es lo que se usó en España para que entrara la democracía sin que se derramara una gota de sangre. Aunque eso a mí me parece exagerar mucho, porque alguien se cortaría afeitándose, digo yo. O con el filo de un papel, que no veas lo que duele eso. Yo me corté una vez con un folio y lo reduje a cenizas, en venganza. Con un mechero que tenía de Transportes Rubio. Pero no os creais que por haberle dado destrucción al causante de mi dolor, se me pasó el coraje tan grande que tenía. De la impotencia me metí dos cabezazos con el costao del mueble bar y dejé caer una botella grande de ballantines que tenía mi padre guardada para pegarle un golletazo por las noches despues del telediario, y no os quiero contar la capuana que me dio. me pegó con todos los agujeros de la correa, y de propina con la hebilla. Con la mierda el folio. Y lo peor es que ni me acuerdo pa qué lo quería.

El caso es que se ha muerto Suarez, que era uno así con el pelo pal lao, que decía, puedo prometer y prometo, y que era de la UCD. Que era lo que se votaba en mi casa. Menos los niños que no votábamos. Pero tambien eramos de la UCD, creo yo. Luego se tuvo el hombre que salir de la UCD, por el tema de que dimitó de presidente, que me acuerdo yo que estábamos viendo doctor en casa y lo interrumpieron para que saliera él diciendo que se iba, que aquello ya no se sostenía de ninguna de las maneras, y se quitó de en medio lo mismo que la madre de Marco. Pero luego volvió, solo que se llamaba CDS.  Y aunque en mi casa se seguía votando CDS, ya no salió mas. Salió uno con patillas que primero decía que se llamaba Isidoro, y luego que se llamaba Felipe. Aunque mi padre lo llamaba "el cabrón ese". Y llevaba uno al lao que decía, "descamisaaaaos" y chillaba mucho, y luego cuando se enfrentaron a Aznar, decía "con ese bigote, con ese bigote", y pa que os hagais una idea de cómo era de belicoso el gachón, que le decían el guerra.

Bueno, pues como yo creo que un hombre que ha inventao la transición y que, aparte de las heridas propias domésticas que cada uno se hace, ya sea afeitándose o con un folio, ha evitao un derramamiento de sangre,  es digno de que se le despida en condiciones y que se le haga un buen homenaje, decidí irme a Madrid para darle mi último adios, (y el primero, porque yo nunca le había dicho adios a ese hombre, ni hola), en persona. Conque me fui pa la renfe y al primer menda que me enconctré parapetao detrás de un cristal gordo de esos de plástico, le pregunté del tirón. "¿qué tren tengo que coger para darle mi último adios, y el primero, al hombre que inventó la transición?" y el menda me dice "¿Cómo?" y yo, "Pos si tienes hambre, come. Pero primero, respóndeme a la pregunta, goloso". Y el menda "¿qué?" y claro, ahí yo ya me indigné. Porque el problema de estas cosas es que el tío que te tiene que atender está metío detrás de un mamparazo de plástico grueso, a traves del cual es imposible escuchar al cliente. Y luego si te pones a gritar viene el policía ese privado y te pega con la porra, que ya me ha pasao otras veces, con lo que decidí tirar de ingenio, y evitar la golpisa. Conque saqué un lapiz y un papel y le escribí al tío, "¿Qué tren tengo que coger para darle mi último adios, y el primero, al hombre que inventó la transición?" y el menda, que llevaba un rato resoplando y mirándome con la misma cara con la que se mira a una tortuga que te trae el cafelito con leche, me dice "Oiga, yo no sé qué es lo que quiere usted" y como aquello ya me parecia mas tema de negligencia del menda que del mamparazo de plástico grueso, me cabreé y me pusé a darle manotazos al papel, con tan mala suerte que me corte con el filo.

Yo no soy una persona que pierda los papeles así como así. Vosotros, que ya me vais conociendo, lo sabeis. Pero en aquel momento, el increible Hulk, era Ned Flanders a mi lado. Empecé a correr por la estación, gritando, viva la democracia, y pegando cabezasos a todo el que se me cruzaba. Luego se me puso todo negro y me desperté en la clínica psiquiátrica, Nuestra señora del corto amparo. Y aqui estoy desde entonces. Pero en cuanto salga voy a darle mi último adios, y el primero, al hombre que iventó la transición, aunque sea en patinete. Y si no me voy en un come.

Ahora no me dejan ni acercarme a la estación. ¿Tú te crees que eso es normal?

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