Tuesday, March 18, 2014

"Ocho apellidos vascos" - Para reír sin complejos

Si hay dos cosas que había oído sobre esta película antes de verla, son que, a) es una sarta de tópicos, muchos de ellos vergonzosos, sobre andaluces y vascos, detrás de otro. Y b) que te partes de risa con ella.
Y las dos son verdad.

Yo no sé si Martinez Lázaro, cineasta, a veces con pretensiones, a veces, simplemente, contento de tener trabajo, (al menos esa es la impresión que a un servidor le da), tenía intención de hacer la película que ha hecho, o simplemente, le ha salido así de casualidad. Pero lo cierto es que "Ocho apellidos vascos" es un auténtico prodigio en lo que a salir airoso de un atolladero, detrás de otro, se refiere. Empezando por un guión pobre, con una excusa argumental penosa, un reparto arriesgadísimo,  y un aluvión de chistes, metidos casi todos con calzador, que bucean en el paroxismo, cuando no beben directamente del repertorio de cómicos que uno podría encontrar en el mas añejo expositor de gasolinera. Y todo lo dicho, funciona como un reloj. El guión, resulta ágil, no aburre, es incomprensiblemente creible, y la historia, aun absurda, se vende de maravilla. El reparto, a pesar de decisiones descabelladas, como la absurda voz de Lopera que decide poner Alfonso Sanchez, (y que el director le permite), o el entregar la película a un monologuista debutante, cumple su función perfectamente, clavando sus personajes y manejando los chistes como si llevaran toda la vida haciéndolo, con especial mención de un enorme Karra Elejalde. Y lo de los chistes... Una vez pasados los diez primeros minutos, y la sensación de verguenza ajena por lo que está uno viendo, y una vez mas, sin que este cronista sepa explicar por qué, empiezan, sencillamente a funcionar, logrando un compadreo envidiable con el espectador. Compadreo que porbablemente se potencia si uno es vasco, o, (intuyo que sobre todo), andaluz.

Así que si uno es capaz de reirse de sí mismo y ver una película sin complejos, esta es la mejor película mala que he visto en mucho tiempo.

Eso sí, no caigan en eso de decir que la película no tiene pretensiones. ¿Hay pretensión mas hermosa que la de hacer reir?


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