"Noé" ¡Cuanta agua!

Si hay una pregunta que la gente se ha estado haciendo, (al menos la gente aficionada a esto del cine), desde que se conoció este proyecto de llevar la historia de Noé al cine, es qué demonios pudo interesar a alguien tan particular como Darren Aronofsky, autor de rarezas como Pí, Cisne negro o la fuente de la vida, (ademas de la gran "el luchador"), como para sentarse a rodarla. Y despues de ver el resultado final lo tengo claro. Aronofsky, pasa con toda la profesionalidad que puede por encima de las partes mas rutinarias de la historia, que si el ser humano es muy malo, que si merece un castigo, que si voy a hacer llover, que si a ver si tú te has creído que no nos vamos a subir al arca, cuando empiece el tomate... dejando algun que otro destello de calidad en la narración, y alguna que otra rareza, (esos rocosos vigilantes), para pasar, ya en el tramo final, a centrarse en lo que, estoy convencido, mas le atraía de la historia. El compromiso que se le debería presuponer a todo personaje bíblico con su misión. ¿No es, todo aquel que escucha la voz de su dios, y la obedece ciegamente, por encima de un héroe abnegado, un peligroso fanático, con todas sus consecuencias? ¿Acaso Moises no participaba de terribles plagas y matanzas, por mas que fuese contra los malvados egipcios, entre los que, por cierto, había niños? ¿Y Noé? ¿No participa Noé del exterminio de la raza humana? Y llegado el punto... ¿Hasta dónde estaría dispuesto a llegar por cumplir con la voluntad de su dios, por terrible que tuvieran que llegar a ser sus actos?

Esta interesante, y siniestra reflexión, es de largo, lo mejor de una película, entretenida, bien interpretada, (muy bien Russel Crowe), pero que no aporta absolutamente nada nuevo ni va a ninguna parte. Y es en este tramo final, cuando vemos a Noé enfrentado a su propio ¿fanatismo?, cuando Aronofsky se siente de verdad agusto, disfruta y hace disfrutar. No es mucho, pero es realmente inquietante.

Por lo demás, mucha agua. Y unos efectos especiales muy mejorables.

¡cogerlo ahí!