Wednesday, August 13, 2014

Memorias de un hijo del levante. capítulo 24 "Odisea" Parte 1.

¿Qué? Hacía tiempo que no sabiais na de mí, ¿no? Pues no ha sido por gusto, no ha sido por gusto. Que he vivido yo una odisea este verano que no la aguanta ni Ulises 31 jarto ceregumil. Os lo digo yo, que soy el que la ha vivio.

Vata tela...

Y tó por tener la ocurrencia de irme de vacaciones, que mira que a mí no me gusta irme de vacaciones por el tema de que tienes que dormir fuera de casa y yo, na mas que de pensar en que donde yo estoy durmiendo, puede haber dormido antes alguien con problemas de vejiga, es que me pongo malo de los nervios. Ya una vez que dormí en el hostal América en Málaga, me pasó que me parecía oler a pipises y se me puso la niebla esa que se me pone en los ojos, me entró la cosa mala y cuando me vine a dar cuenta, estaba en el Larios center dando cabezazos en pijama. Un espectáculo.

Pero es que resulta que me dijo mi amigo Tenorio que se iba a Toledo a casa del hermano a pasar unos días, pero que le daba miedo irse solo por si le entraban ganas de robar, por el tema de que es cleptómano perdío. "illo, vente conmigo, y si ves que robo, me metes una patá en el pescuezo" me dijo. ¿os dais cuenta lo mal que está el gachó? ¡Una patá en el pescuezo! Se creerá que soy Chuck Norris. A ver cómo piensa ese que voy a estirar yo tanto la pierna. Como mucho le hubiera dado un rodillazo en los riñones. Y chutao que va. Además que a mí no hay cosa que me de mas coraje que se me salga la camisa del pantalón.

El caso es que quedamos el viernes a las ocho de la mañana en la puerta del mercadona para salir. Yo le había dicho como cincuenta y seis veces a Tenorio que no fuera a aparecer con un coche robado, porque lo conozco y él sale de casa con las intenciones de alquilar un peuyó, y aparece con un renol, que se ha encontrao por el camino. Como el día en que ibamos a ir a la playa y apareció con un coche que él decía que se lo había dejao su primo y resulta que estaba todo el sillón lleno de cristalitos, lo que, en mi opinión, es altamente sospechoso. Pero la verdad es que apareció con un coche que se veía que era de alquiler, con las pegatinas, los papeles, y todo de todo. Conque me subí de copiloto y arrancamos camino.

- ¿Tú sabes cómo se llega a Toledo? - me dijo Tenorio cuando llevábamos ya un rato.
- ¿Yo? 
- No, al gato con botas se lo pregunto. Pos claro que es a ti.
- No te pongas facultativo conmigo, Tenorio, que no te lo consiento.
- Perdona, chico, perdona. Si por eso no quería venir solo, porque como no haya alguien para controlarme, me termino peleando tol camino.
- Bueno. Pero a Toledo ya te digo que no sé yo llegar.
- Bueno, pues lo que hacemos es que vamos mirando por la ventanilla y todo lo que no se parezca a Toledo, lo pasamos de largo.
- ¿Y cómo sabemos si se parece a Toledo lo que vemos si no sabemos cómo es Toledo?
- Pos porque yo tengo aquí una foto que me ha mandao mi hermano con los niños.
Y entonces se sacó el móvil del bolsillo, que nos dijo hijoputa uno que se cruzó con nosotros porque no nos lo comimos de milagro, y me enseñó la foto en la que se veía el hermano y los dos niños haciendo como que estaban saltando en el aire o flotando en la atmósfera cero, o no sé qué.
- Mu bonita la foto. Mu bonita.
Y ahí lo deje porque ya no sabía qué mas decir.

 El caso es que a las seis y media de la tarde, llegamos a un sitio que ponía Alicante, y que no se parecía en nada al de la foto. Y como yo estaba muerto de jambre porque solo me había comido un tomate cherry metío en pan, porque Tenorio había comprao unos changuiches pa almorzar que al apretarlos, se me había caído toda la ensalada de pollo en lo alto las piernas, le dije que parara que yo no tenía claro que fueramos a llegar a Toledo antes de que muriera de inanicionamiento. Y entonces paramos en una gasolinera pa echar gasolismo y pillarnos unas viandas.

Y esa fue mi perdición.

Y es que mientras Tenorio pagaba el gasolismo, yo me acerqué al mostrador de viandas y noté una anomalía que era necesario arreglar porque si no, corriamos el riesgo de que los turistas de la parte de fuera de España, nos tomaran por gente poco preocupada por lo  suyo. Y es que resulta que las galletas del príncipe, se siguen llamando del príncipe, a pesar de que ahora ya no es príncipe, sino rey. Y así se lo dije a la niñata del mostrador. Y va ella y se rie así, jajajajaja. Con todas esas jas. Y yo, que me quedo atonitado y arqueo la ceja como diciendo, "¿jajajajaja, de qué, paisana?" y ella, jajajajaja, y yo, que arqueo la otra ceja. Y como aquello no conducía a ná, cogí todos los paquetes en los que ponía príncipe, y empecé a tirarlos a la calle. Y ahí ya no dijo más jajajajaja la niñata sino, ¡Rafael, Rafael!, y resulta que Rafael, Rafael, era un menda de dos metros y medio, por alto y por ancho, que pega un guantazo en una esquina y te hace seis plazas de garaje. Conque yo, antes de darle tiempo a Rafael, Rafael, a que me endiñara, me eché a correr por la tienda al grito de "Coleta, sálvame" pero se ve que el coleta está muy ocupado salvando España y no vino a rescatarme. Y Rafael, Rafael, persiguiéndome y diciendo, "Loren, llama a la guardia civil" y yo, "Loren, no llame a nadie" Pero la Loren le hizo mas caso a Rafael, Rafael, y llamó a los guardias conque viendo que la cosa se estaba poniendo del color de Kunta Kinte, me tiré rodando como los chinos y alcancé la puerta de la calle, corriendo luego como pude hasta el coche, donde me metí de cabeza.

- ¡Corre Tenorio, corre! - grité. Y Tenorio me dice - Jula jula magna, magna.
Y yo, - Corre Tenorio, que vienen los guardias.
Y entonces dijo él, - ¡Los guardias, los guardias! - y pisó a fondo a tiempo de quitarnos de enmedio de alli. Una cosa buena, buena de verdad, que me hubiera permitido respirar tranquilo si no fuera porque cuando llevabamos media hora de camino, me di cuenta de que me había equivocao de coche y me había metido en uno de unos marroquises que se ve que iban pa Tanger o Marruecos y que estaban tan acojonaos con lo de los guardias que ni pararse a hablar del tema, querían.

- ¿Vosotros sabeis por dónde queda Toledo? - pregunté.
- jula magna. . dijo uno de ellos. - Pos tamos apañaos. Y lo peor de tó es que sigo muerto jambre...



CONTINUARÁ...


Así me veía yo cuando salí por pieses de la gasolinera


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