Ayer me contaron una cosa que me ha deajo con las patas
colgando. Resulta que han encontrao los huesos de Cervantes, en los bajos de un
condominio. Enterraos junto con otros trece o catorce. Una cosa mala. Porque lo
que más me llama la atención no es que los hayan encontrao, que eso me parece
más o menos normal, teniendo en cuenta que cada vez que hacen un hoyo en este
país te encuentras una vajilla mozárabe, o un romi fenicio. Yo no sé por el
norte, pero en Algeciras, hay más cosas bajo tierra, que en lo alto. Te digo yo
que a poco que escarbes sacas menaje pa hacer seis semanas fantásticas del corte
inglés. Por eso digo que a mí, que hayan encontrao los huesos de Cervantes, y
los de otros trece o catorce, no me llama la atención. A mí lo que me deja
pedreruelo es que los estuvieran buscando. ¡Qué haces buscando huesos de la
gente! ¿Qué eres el chucho canelo? Porque a mí eso de que tú entierres a una
persona, y luego venga otro y lo desentierre, no me parece serio. Y no me
vengas con lo que dice mi vecino Amaro, de que si el valor histórico del
hallazgo, que si cervantes es una figura importante y que hay que exhibirlo pa
que todo el mundo pueda ir a ponerle flores. Porque como ya he dicho antes,
había otros trece o catorce metíos con él, porque se ve que habían comprao el
sitio entre todos por el tema de que en esa época estaba tol mundo canino, y
aunque el quijote se ha vendío bastante bien, le ha pillao al hombre ya
difunto, y no le dio tiempo a apuntarse a la sgae, y ha visto menos royalties
que el que escribió el Lazarillo de Tormes. Bueno, ahora tampoco se iba a hacer
creso el hombre, porque la gente, mejón que de comprá libros, lo que está
haciendo es comprarse una especie de nintendo pa leé, que la enchufas a
internet, y te bajas gratis, ciento quince mil libros, entre cuentos y leyendas
búlgaras, la biografía de William H Macy, y los cuentos de la Alhambra. Y
siempre viene el quijote entre ellos. Conque hubiera vendido menos libros que
Belén Esteban en Wisconsin. Y de las otras obras, no os creáis que vendería
tampoco mucho. Porque tiene una que me creo que se llama, “En el rinconcito me
como un cortadillo”, que no lo lee ni el dvd de mi primo, que lo lee todo.
A mí estas cosas me dan mucho coraje, porque me parecen, y
eso lo digo desde el ámbito indivisible de la opinión personificada, totalmente
ateas y herejísticas, con el añadido de la falta de respeto y el componente de
santería cubana, que conlleva todo lo que sea menear un muerto de su tumba,
conque me fui a ver al cura que se parece a Mr. Bean, para pedirle
explicaciones de por qué se ha permitido tamaña poca vergüenza.
-
- - ¿Qué pasa con los huesos? – le grito nada más
verlo. Que por cierto estaba de espaldas sacando bolsas del coche, y se le
cayeron al suelo.
- -
Eah, ya me he quedao sin bayonesa. – dijo él,
porque a raíz del impacto, se había fracturao el bote, y había dejao el suelo,
Heinz perdío.
- -
Digo que qué pasa con los huesos.
- -
¿Qué huesos?
-
- No se haga el iletrado conmigo, que yo sé que
usted ve 13 tv todos los días y está bien informado. Los huesos de Cervantes.
- -
Ah, que los han encontrado, por lo visto.
- -
¿Y a usted le parece eso normal? ¿Qué dice el
Papa Paco al respecto?
- -
Pues no he hablado con él esta mañana…
- -
Pues mal hecho, porque lo primero que hay que
hacer cada mañana al llegar al trabajo, es sentarse con el jefe a ver qué
tareas hay pendientes y cómo afrontar situaciones tan graves como esto de andar
desenterrando cristianos por la cara.
- -
Pues yo he escuchao decir que Cervantes puede
que fuera judío.
Y ahí le metí el cabezazo. Porque estaba claro que la
actitud de aquel hombre estaba empezando a ponerse del color negro oscuro, y ya
lo único que podía esperar de él, es que en cualquier momento me sacara una
navaja.
Bueno, pues no creáis que la gente se puso de mi parte, no.
En este país, nadie es católico, todo el mundo raja de la iglesia, pero le
pegas un cabezazo a un cura y parece que eres Richard Channing. Empezaron a
increparme, a decirme “Ande vá?”, a zarandearme, y si no llego a abrirme paso a
bocaos, me cuelgan allí mismo como en la parte oeste americana.
Pero yo no me había quedao conforme con aquello, tenía que
concienciá a la ciudadanía de que no se pueden cogé los huesos de la gente y
pasearlos como si fueran orejas del segundo toro de la tarde. Conque me fui pa
la papelería Nogue, me compré una cartulina, y un carioca, y escribí, “Ocuparse
de los huesos de los que duermen en la calle, y dejar tranquilos los de los que
duermen en paz” y me fui por la avenida de las fuerzas armada, cantando
“Saaaaaanchooooo, quijote, quijoooooteeeee, sancho” en claro homenaje a
cervantes y a la magnífica serie de animación que se hizo basada en su obra más
popular. Y a veces cantaba, “aaaaaah, aaaaaah, aaaaah, aaaaah” porque la
canción tenía partes que eran como de coro, y solo decían “aaaaaah, aaaaaah,
aaaaah, aaaaah”
Bueno, pues eso tampoco le pareció bien a la gente. Como que
me llegan dos municipales, y me piden la documentación, y les digo yo, “Si
quieren que me identifique, háganme un examen de ADN, de esos que les hacen a
los pobres difuntos para tenerlos controlados”
Y otra vez que termino en comisaria, y el doctor Rivera
yendo a por mí. Y me dice, “Hombre, tomarse ese sofoco por unos huesos. Que
lo mismo no eran ni de Cervantes. Que en la caja ponía MC, pero eso no quiere
decir que signifique Miguel De Cervantes” Y ahí me dejó reflexionando, porque
lo mismo MC quiere decir Michael Corleone, y los huesos que hay ahí enterraos
son de mafiosos. Lo cual es infinitamente más grave, porque a la guarrada que
supone, perturbar el descanso de un muerto, se unen las posibles represalias de
la cosa nostra.
Yo, por si acaso, en cuanto me den el alta en la clínica,
voy a comprar otra cartulina y voy a poner, “Los italianos también son personas”
no sea que me metan una cabeza de percherón en el catre.
En un lugar de la tíbia...
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