Friday, September 13, 2019

¿Y EL PADRINO QUÉ OPINA? - De "IT. CAPÍTULO 2"

No hace mucho, reflexionaba yo, a raiz del estreno de "Historias de miedo para contar en la oscuridad", acerca de la diferencia entre el cine de terror, y el cine de monstruos. Y las dificultades, cada vez mayores, a la hora de conseguir asustar al público. Las dos partes de It son un perfecto reflejo de esto que decía.

En la primera, todo fueron aciertos. Desde un casting perfecto, a un tono sombrío y grave, que mantenía al espectador en tensión durante todo el metraje. Esto es una película de terror, donde niños pequeños son devorados sin piedad. Es fundamental que a los protagonistas se les vea aterrados y que no se abandonde en ningún momento la sensación de que a la vuelta de la esquina, algo muy gordo puede pasar. Y eso, en la segunda, se pierde completamente.

El reparto sigue siendo perfecto. James Mcavoy y Jessica Chastain, siempre están bien en todo lo que hacen, y Bill Hader lo borda. Pero el tono ha sido, inexplicablemente aliviado, rebajado, llegando a hacer, incluso, un uso excesivo del humor. Chistes que se cargan la tensión de un momento que debería ser aterrador, o dramático. Y que, a veces, ni siquera son buenos. Cierto que el personaje de Bill Hader es cómico de profesión, y que es incapaz de quedarse callado, recurriendo al humor en situaciones tensas. Pero muchas de las situaciones cómicas no están originadas por él, sino que se han metido con calzador. Como el final de la comida en el chino.

Otro problema, y gordo, es la duración del film. Es verdad que no se hace pesado en ningún momento y que el buen hacer del director, que visualmente, hace un trabajo excelente, y de los actores, tanto infantiles, como adultos, mantienen el nivel de entretenimiento hasta el final. Pero, ¿Son necesarias tres horas para contar esto? ¿Qué pasa si quitamos del guión el personaje del tipo que está encerrado en el psiquiátrico? Absolutamente nada. Porque no aporta nada a la historia, y su paso por el film, resulta ridículo. ¿Es necesario, tambien, ver todos esos espantos con los que "Eso", (porque el villano es "eso", "pennywise es solo una de sus formas), tortura a los protagonistas? Ese carrusel de sobresaltos, uno detrá de otro, que no conducen absolutamente a nada... ¿Por qué "Eso" mata a algunos tan rápidos, y a otros solo los acojona?

Tambien falla en mi opinión, en lo que, a priori, podría haber salvado la película. Las relaciones entre los personajes. Con interpretaciones de gran calibre, y una historia que transcurre de niños a adultos, bien podía haber dejado un puñado de buenas escenas. Pero la realidad es que le da vueltas a lo mismo durante tres horas, para sacar, en el último minuto, conejos de la chistera, a los que ya se les veía las orejitas hace rato.

Pero quizás el fallo más grande sea estropear el que, paradójicamente, fue el mayor acierto de la primera, algo que ya hacía la miniserie de 1990, convertir a Pennywise en el rey de la función, solventando el mayor problema que había a la hora de adaptar la novela, la falta de un villano físico, carismático y reconocible, con el que el público pueda conectar. Bien llevado en la miniserie, gracias a un gran Tim Curry, y perfeccionado de manera brillante en la primera entrega de esta adaptación, con un no menos grande, Bill Skarsgard, encarnando una versión, estéticamente más rica y aterradora, del payaso. Algo que, como digo, se va al garete en la segunda, convirtiendo a Pennywise en un secundario ridículo, devorado por los efectos especiales, y por un comportamiento absurdo, como en la escena de los espejos de la feria, y que hasta recurre a casi calcar su momento de gloria del primer film, (la escena de la alcantarilla), para dejar, al menos, algún buen momento, antes de pasar a un final, visualmente hermoso, pero tonto hasta decir basta. Y el chiste del escritor que la caga con los finales, no tiene tanta gracia como ellos se creen.

Entretenida, hay que admitirlo. Visualmente llamativa. Pero mala. Las cosas como son. Mala, y con mucho sobresalto y poco miedo.

Antonio Garisa, forever

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