Friday, September 6, 2019

¿Y EL PADRINO QUÉ OPINA? - DE "Quien a hierro mata"

Paco Plaza, mas conocido por sus notables incursiones en el que, hasta ahora, ha sido su especialidad, el cine de terror, con títulos tan emblemáticos como "Rec", "Verónica" o la mas aterradora de todas, "OT: La película", hace un alto en el camino del cine de terror, (¿o quizás no tanto?) para contarnos una historia de narcos gallegos, cosa que así, de partida, no parece una propuesta muy original, al menos en estos tiempos en que "Vivir sin permiso" y "Fariña" triunfan en la TV. Solo que él, por encima de ir al retrato del narco y del problema social, que su existencia provoca, ha preferido contar una historia de hombres buenos, y hombres malos, (que dan la casualidad, que son narcos), y cómo las circunstancias pueden hacer que sea difícil distinguir a unos de otros. Al fin y al cabo, la película no se llama "Narcos" sino "quien a hierro mata"... Lo que ya deha una pista de por dónde pueden ir los tiros.

Esta es una película que funciona, principalmente, porque tiene un puñado de actores prodigiosos. Desde Xan Cejudo, en un impecable papel de capo enfrentado a la crueldad de una enfermedad que supone el fin de sus días, unos, caricaturescos, y al mismo tiempo, sorprendentemente eficaces, a pesar de este arriesgado tono, en el cumplimiento de su función en la trama, Ismael Martínez y (ojo con este, en los goya), Enric Auquer, como los hijos del capo, hasta llegar al rey indiscutible de la función, sin cuya maestría, la película, simplemente, no podría existir. El inmenso Luis Tosar, que crea un ambiguo personaje, dolorosamente humano, dolorosamente cercano, y dolorosamente lleno de matices, que habla con la mirada, y que hiela la sangre con un gesto.  Un festival interpretativo, que permite al director, repito, contar esta historia de personajes, por encima, de otra cosa. Sin un actor de este calibre, una película como esta, simplemente no se podría haber hecho.

Cierto es, sin embargo, que para mi gusto personal, Plaza, se apoya demasiado en la violencia, tanto física, como psicológica, para subrayar la gravedad de los hechos que estamos viendo, y la retorcida paradoja que es que unas mismas manos puedan dar muerte y vida. En eso, bajo mi punto de vista, cae un poco en el exceso, haciendo el film, en bastantes ocasiones, innecesariamente desagradable.

Aparte de esto, que hace bastante incómodo todo el tramo final del film, casi nada malo se puede decir del mismo, si damos por sentado que, como cine que es, aceptamos esas licencias que la ficción suele tomarse. Entradas y salidas, sin ser visto, y otras irregularidades. Así como el exagerado acento que suelen poner los actores que no son gallegos, cuando hacen de gallegos.



¿Y mi goya? Ah, claro. Lo tendrá Banderas...

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