Y llegó el segundo partido de España en la Eurocopa y llego el segundo empate: Este frente a Polonia, y fallando un penalti. Para tirarse de lo alto de una de las torres Kio, pero por el costao que no resbala, en el que caes a plomo, vamos.
La cosa empezó calentita, y no ya por las temperaturas que hacían en Sevilla, sino por el poco caso que la selección le hizo a los aficionados que esperaron en la puerta del hotel para saludarlos. Algunos, porque dicen que iban con auricularesm escuchando al arrebato, y otros porque llevaban unos shorts tan apretados, que no pudieron sacarse la mano de los bolsillos, para moverla al estilo Letizia. El caso es que muchca gente se ofendió, y la idea de que el conjunto nacional, tiene las mismas ganas de jugar esta eurocopa, que Paquirrín de preparse el Iron man.
Aún así, saltaron al terreno de juego, contra Polonia, y hasta consiguieron ponerse por delante con un gol de... Espera debe haber un error. Voy a asegurarme. Pues sí, me dicen que sí, que el gol ha sido de Morata. Ustedes comprenderán que haya tenido que comprobarlo, claro. Tan poco acostumbrado está el hombre a marcar, que en vez de celebrarlo, le ha pedido perdón a los polacos. El portero polaco, Szczesny, que es cojonudo tambien para que te salga en la ruleta de la suerte, y te den una vocal extra, le dijo que esas cosas pasan, y es verdad que pasan. Claro que luego, en cuanto pudieron, marcaron ellos con gol de Lewandowski, que estaba esperando a España para resucitar en esta eurocopa. Eso tambien son cosas que pasan.
Luego vio el penalti que le hicieron a Gerard, y que él mismo se encargó de tirar, y fallar, y los cambios de Luis Enrique, que aprovechando que en Polonía jugaba Fabianski, metió a Fabián, a ver si lo que había oído en los chistes sobre los polacos, era verdad, y alguno se equivocaba y se la pasaba al español. Pero se harán ustedes cargo de que eso no pasó. Claro está.
Al final, empate y a jugarselo todo en la última jornada donde puede pasar cualquier cosa. Desde ser primeros, a volvernos a casa antes que cenicienta. Ya veremos.
El portero rival, claramente acojonado ante la temible delantera española
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