Si ya fue difícil mantener el nivel con la secuela de Expediente Warren, aun manteniendo a James Wan como director, ahora que el padre del invento anda firmando superproducciones para DC, conseguir una tercera entrega a la altura de sus predecesoras, era ya, casi un milagro. Y con el demonio de por medio, como que no... No ha habido milagro. Este tercer expediente Warren no tiene el pulso cinematográfico, ni los hallazgos de las anteriores, entre otras cosas porque su director, no tiene el tino de Wan, para crear ese atmósfera, ese "momento". Y desde luego tampoco ayuda que ni la historia sea tan terrorífica, (si no hubiera una posesión diabólica por medio, casi parece un thriller), ni que los nuevos "monstruos" estén a años luz de Annabelle o La monja, por citar solo dos.
Pero ojo, tampoco es esta una película fallida. Funciona a un nivel inferior al de sus predecesoras, pero funciona. Es floja de argumento, pero coherente con el mismo, tiene su dosis de sobresaltos, y su pizca de mal rollo, Su chistecito, (solo uno, pero muy, muy bueno) sobre Annabelle, y sigue teniendo a los Warren. Y cualquier cosa con los Warren, siempre es mejor. Con lo que al final, queda una película menor, para que cualquier aficionado al cine de terror, pase una distraída tarde de domingo. O noche de jueves, para los más valientes. Yo, como ya sabéis los que me conocéis, las suelo ver en el matinal. 😅
No, no están en el circo del sol, no.
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