Wednesday, June 19, 2019

Memorias de un hijo del levante. Capítulo 56 - "Comisión"

Estoy aterrorizado. Mira que digo veces que no me gusta ver la tele porque me inquieta. Como tienen esa mania de distorsionar la realidad, no sabe uno qué es verdad y qué es mentira. Como los Serrano, que decían que el niño era cantante, y luego era mentira. Que lo había soñao todo el padre. Y nosotros sufriendo con la familia parriba y la familia pabajo. Oye y que el tío soñaba hasta cosas que pasaban en otro sitio donde él no estaba. Por no hablar de las horas de sueño que hacen falta para soñar ocho temporadas. Que el menda se echó despues de comer y se despertó el jueves siguiente. Claro que eso explicaba muchas cosas, ¿Cómo iba a ser verdad que la mujer del fiti era hermana de Natalia Verbeke y del de la ruleta de la fortuna? Eso no se entendía.

El caso es que yo siempre he tenido problemas para distinguir entre lo que es real y lo que no. Por el tema de que estoy loco. Aunque el doctor Rivera, prefiere decir, que tengo un desequilibrio de la razón. Pero vamos, que eso es de loco que estoy. Y la tele, en eso, no ayuda. Como el otro día, por ejemplo, que estaba en la sala de espera del dentista odontólogo, por el tema de que me duele un piño molar, y tenían la tele puesta, con la intención de entretener al gentío. Y aunque en condiciones normales, yo le hubiera pedido a la muchacha enfermeriza, o asistente dentrífica, que la quitara, como había un matrimonio de labriegos en la sala de espera, cuando yo llegué, prestando atención al aparato televisivo, me pareció fuera de lugar quitarles el entretenimiento, conque me quedé callado en silencio, y me concentré en esperar mi turno. Pero claro, ante la fuente inagotable de estímulos que es la televisión, al final, terminé por mirar, y el horror tomó forma de manera instantánea, ante el espectáculo dantesco que vi. Cuatro dinosaurios amarrones con manchas, los cuatro exactamente iguales, como si fueran los hermanos de Manolo Escobar, y un pellejo fino fino, tal que si fuera del material con el que hacen los gamberros para la lluvia,  que cantaban una canción que venía a decir algo así como "comisión, comisión", mienras ejecutaban una delirante danza alrededor de un micrófono, tal y como si en Viña del Mar, estuvieran o estuviesen. Algo ya suficientemente aterrador de por sí, si no fuera porque no estaban dispuestos a dejarte ir tan facilmente, ya que uno de ellos, persigue a una pobre muchacha hasta su casa, para asomarse a su ventana y seguir cantándole "Comisión, comisión". Como comprendereis, mi piño molar había dejado de tener importancia ante semejante amenaza. Aquello dejaba a los asusta viejas en un simple juego de niños. Estabamos ante una amenaza real, (yo acababa de verlo con mis propios ojos), que de no ser interceptada a tiempo, pronto acabaría con la vida en el planeta. Era necesario localizar a aquellos seres, y aclarar qué tipo de comisión es la que estaban reclamando. Conque me despedí de los labriegos, que me miraron aun desconcertados por el horror que habían presenciado, y me eché a la calle en busca de los dinosaurios. Pero como no sabía por donde empezar, decidí buscar la ayuda de algún experto en la materia. Y me metí en zooflor, que como llevan muchos años vendiendo animales en Algeciras seguro que saben algo de dinosaurios.

- Buenos días, caballero.. (mal empezabamos... la predispocisión del tendero ya era mala)
 - Buenos días, buen tendero, y experto en animales. ¿Sabe usted algo de dinosaurios y de como localizarlos? Mas concretamente, los de pellejo fino, tipo gamberro para la lluvia.
- No le entiendo.
- Pues estoy hablando español de la castellana.
- ¿Perdone?
- Mire, el asunto es serio. Tengo que localizar a cuatro dinosaurios, no sé de qué marca, que andan por ahí cantando comisión comisión, pero no sé por donde empezar a buscar. Se me ocurre que es mejor atacarlos en el nido, cuando estén durmiendo por la noche. Pero no conozco las costumbres de este tipo de seres, y no sé si duermen en cuevas, enterraos en la arena, como las rayas, o en un airbnb pa los cuatro. Conque cualquier pista al respecto, será bienvenida.
- Pues el caso, caballero, es que no estoy seguro de qué tipo de animal es del que me está hablando, porque dice usted dinosaurio, pero claro, los dinosaurios se extinguieron hace ya algún tiempo. ¿Podría ser que se haya confundido y en realidad esté hablando de algún tipo de lagarto o una iguana, quizás?

Y aquello me hizo cavilar, porque es verdad que el lagarto Juancho es verdad que hablaba y que mostraba inquietudes en lo que respecta a ver mundo. Y cantar, no recuerdo si cantaba, pero si puede hablar, mas mal que bien, cantará seguro. Claro que por otra parte, el lagarto Juancho era verde, y los de la comisión, eran amarrones con manchas. ¿Y si se trataba de un largarto, y no de un lagarto? Aquello era aun mas terrorífico, porque ya hace algún tiempo, me enfrenté a un largarto que vivía en las alcantarillas, porque lo habían tirado de chico al water. Y lo reventé como al largarto de Jaen, con un paquete de triki trake. Pero... ¿Y si estos cuatro, que son inequivocamente hermanos, son hijos de aquel y están buscando venganza? Porque claro, a ojos de ellos, yo cometí un asesinato. Y de haberlo cometido es de lo que me acusan en la canción, comisión, comisión....

( Si llegado a este punto desea usted rememorar la aventura del largarto , haga clic en la palabra largarto. Y si no, usted sabrá )

- Caballero, ¿Está usted bien?
- No. Estoy a años luz de estar bien. Estoy condenado... - y claro, salí corriendo. Tenía que hacerme con una buena provisión de trika trakes, y echarme de nuevo a las alcantarillas, antes de que fuera demasiado tarde. Conque me fui al kiosko Bartolo, y le dije "Bartolo, dame todas las cajas de triki trakes que tengas" y Bartolo me miró y me dijo, "toma, esto viene a ser lo mismo " y me dio cuatro cajas de unas galletas que ponía "Chocopupis" y yo, "no sé, Bartolo, si no son triki trakes a lo mejor no le hace na a los bichos" y él, "que va, hombre, si las galletas son todas iguales, hombre, solo que unas las meten en unas cajas y las cobran a euro y otras en otras cajas y las cobran a dos cincuen. Tu hazme a mí caso" y como Bartolo de dinosaurios no sabe, pero de galletas sí, trinqué las chocopupis y me fui pa la alcantarilla. La del barrio, no la de Murcia. y eché las chocopupis una a una al grito de "Siento la comsión de asesinato de vuestro padre, pero él se lo había buscao" y una señora que pasaba por mi lao, dijo, "Cómo se está poniendo el saladillo"

Pero yo a los bichos no los he vuelto a ver. Ni al dentista odontólogo. Y lo malo es que me está doliendo el piño molar, porque la última chocopupi no la tiré, me la comí yo.Y que tenía una señora veta de chocolate.





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